Ya os adelantamos, a principios de año, en el artículo sobre los rincones más bonitos de Navarra para conectar con la naturaleza, que en este 2024 nuestro propósito era descubrir lugares fascinantes de nuestra tierra y acercar a nuestros lectores nuestra pasión por la montaña y el senderismo. Por eso, volvemos a la carga y os traemos nuevas aventuras. En este artículo os mostramos ocho enclaves que ofrecen una ventana hacia la majestuosidad del paisaje navarro:
Paso del Oso
Es una de las maravillas naturales de la sierra de Leyre. Se trata de un lugar que ofrece una vista panorámica del emblemático embalse de Yesa. No obstante, acercarse hasta su balconada no está exento de ciertos riesgos, por lo que es necesario ser precavidos y caminar con firmeza. Para llegar hasta el ojo, se puede realizar una ruta circular sencilla de aproximadamente nueve kilómetros, comenzando en el monasterio de Leyre, pasando por el Cañada Real de los Roncaleses y coronando también la cruz de Castellar.
Ojos de Lumbier
Aunque la fama de la foz de Lumbier precede a este lugar, la ruta de los ojos de Lumbier maravilla y sorprende a partes iguales a cualquier senderistas. Esta ruta se encuentra muy cerca del paso del Oso, por lo que los más aventureros pueden realizar ambas (aunque el desgaste es más que considerable…).
Comenzando en el aparcamiento de la famosa foz y atravesando los vertiginosos acantilados de piedra, se encuentra el primer ojo, que ofrece una “vista extraordinaria”. Una vez allí, siguiendo la senda marcada con puntos rojos, se llega al segundo, “que maravilla por la majestuosidad del paisaje que ofrece”. Tras visitar ambos ojos, cabe la posibilidad de seguir ascendiendo hasta la ermita de la Trinidad. Realizar esta ruta circular suma nueve kilómetros con una dificultad moderada.
Ojos de San Prudencio y Ollobarren
A falta de uno, en la sierra de Lóquiz, encontramos dos ojos: el de San Prudencio y el de Ollobarren, que pueden recorrerse en una ruta circular de casi 11 kilómetros.
Aunque es larga, se trata de una ruta sin grandes dificultades técnicas (también se pueden visitar por separado), que parte y termina en Ganuza. Ambos son espectaculares y figuran entre los lugares más fotografiados de Navarra, según Turismo del Gobierno de Navarra.
La sinuosidad de sus formas, su carácter caprichoso y sombrío, sumados a la exuberante vegetación y la profundidad de sus cavidades, infunden al recorrido una atmósfera de misterio y emoción.
Iruaitzeta
Dos espectaculares agujeros en la roca vigilan desde lo alto de la sierra de Urbasa el valle de Sakana y ofrecen una panorámica de vértigo. La ruta parte desde el pueblo de Iturmendi y asciende hasta el espectacular ojo de Iruaitzeta, para luego coronar en la ermita de Santa Marina.
Desde lo alto, podremos admirar perfectamente las sierras de Aizkorri, Altzania y Aralar. Es un lugar ideal para los amantes de la adrenalina, ya que desde Santa Marina muchos parapentistas se lanzan al vacío. Aunque, si prefieres bajar caminando en lugar de volar, la ruta que parte desde Iturmendi tiene una distancia de diez kilómetros.
Portupekoleze
También en Urbasa, llegar hasta el ojo de Portupekoleze (‘cueva bajo el puerto’) es muy sencillo. Basta con aparcar en las inmediaciones de la venta de Lizarraga y seguir un camino que resulta bastante intuitivo. “El sendero comienza en la pista que sale a la izquierda de la venta. Tras caminar unos metros, hay que abandonar la pista tomando la senda que sale a la derecha junto a una borda hacia la cresta de la montaña, y en la parte alta topamos con el majestuoso arco”, apunta el Gobierno de Navarra en la web de Turismo.
El ojo de la Bruja o ‘Jentilen leihoa’
Finalizamos esta ruta entre Urdiain y Alsasua, en Sakana, donde encontramos el ojo de la Bruja (originariamente conocido como ‘Jentilen leihoa’) en un alto cerca de las piscinas municipales de la primera localidad. Se puede dejar el coche en las inmediaciones de las piscinas y, siguiendo la carretera a mano izquierda, comenzar el ascenso hasta este lugar que ofrece unas vistas al término de Sarabe, un hermoso rincón del municipio de Urdiain. Este valle se encuentra a cuatro kilómetros del pueblo, en dirección al puerto de Bernoa, el cual comunica esta parte de la Burunda con el pueblo de Ataun (Gipuzkoa) y antiguamente fue frecuentado por los comerciantes de la zona.