Cuando el sol atraviesa el plano del horizonte y pasa del hemisferio visible al no visible se produce el ocaso. Un momento mágico digno de inmortalizar. Es este instante el que buscan admirar miles de personas, y qué mejor que hacerlo desde un mirador con vistas privilegiadas a los diferentes ecosistemas que conviven en Navarra.
Por ello, en el siguiente Vanity Capital desvelamos de la mano de Minube, plataforma especializada en viajes, los mejores miradores para apreciar el atardecer navarro. Un remate perfecto para tus escapadas a la naturaleza, que puedes acompañar con una visita a esos merenderos donde poder hacer una barbacoa en invierno, otoño o primavera (siempre que se cumpla la normativa vigente en cada época del año); con un recorrido por una de esas cimas ideales para tus aventuras familiares; con un paseo por nacederos donde dejar atrás los problemas mientras escuchas el murmullo del agua; con una caminata por alguno de los paraísos desconocidos de la Comunidad foral…
Balcón de Pilatos
Un mirador de vértigo. También conocido como Balcón de Ubaba, está situado en el Parque Natural de Urbasa-Andía. Dispone de una caída de 300 metros y ofrece impresionantes vistas panorámicas del valle de las Améscoas y la singular cascada del nacedero del Urederra. El acantilado sirve también de refugio para una colonia de buitres que sobrevuelan el paraje continuamente, como asegura un usuario el lugar “es perfecto para los amantes de las aves”. Y las vistas son “inigualables”, garantiza.
Mirador de Iso
Desde este balcón se pueden obtener “las mejores vistas de la reina de las foces navarras”, afirma un turista. El mirador, que parece suspendido en el aire, ofrece una espectacular panorámica de la Foz de Arbayún. A diferencia de la Foz de Lumbier, esta garganta no puede recorrerse por su interior, por lo que el Mirador Iso ofrece la mayor perspectiva del lugar. Seis kilómetros de paredes verticales con más de 100 metros de altitud que discurren junto al río Salazar han hecho de ella un auténtico paraíso para todos las especies vegetales y animales que la habitan: buitres leonados, quebrantahuesos, águila real, jabalíes, corzos, gato montés… Es por ello que ha sido nombrada Reserva Natural y Zona de Especial Protección de las Aves. ¡No se olviden los prismáticos!
Mirador Barranco de Peñalén
Un lugar con historia. Conocido como el barranco del Rey, porque aquí fue asesinado (despeñado) el rey Navarro Sancho Garcés IV. Desde el mirador se divisan, en días claros, terrenos de las Bardenas Reales, Villafranca, Marcilla e incluso por el norte, las cumbres nevadas de los Pirineos. Está situado a 7 km de Funes, municipio de unos 2.500 habitantes, y un viajero define este observador como “un impresionante rincón de la ribera Navarra”. Al pie del Barranco, que tiene una caída de 392 metros, funden sus aguas los ríos Arga y Aragón, creando un ecosistema ideal “no solo por el paisaje, sino también por la paz y tranquilidad del lugar, y la magia que lo envuelve”, relatan desde la web.
Mirador del Caballo Blanco
“Imprescindible si visitas la ciudad”, elevado sobre el Baluarte del Redín y final de los restos medievales de Pamplona. Se trata de un amplio balcón desde el que se observa el horizonte en un radio de 180º, destacándose la vista norte de la ciudad: el río Arga, los barrios de la Rochapea y la Chantrea, y el Paseo Ronda. “Las vistas son magníficas. Merece la pena sentarse a disfrutar de las montañas que rodean la ciudad y observar las impresionantes fortificaciones que rodeaban la villa”, señala un viajero.
Mirador de Lazkua
Se trata de un balcón con vistas panorámicas al valle de Allín, a la Sierra de Lóquiz, al monte Belástegui, Montejurra…. Tras media hora de caminata mediante un sendero sencillo y señalizado desde el pueblo de Eraul, se encuentra un saliente cortado de manera natural en un paredón calizo, “no apto para los que padezcan de vértigo”, confiesa un senderista. Las paredes de este lugar son “ideales” para los amantes de la escala y, también, para los domingueros, ya que está catalogado por sus visitantes como “una sencilla excursión y uno de los miradores más espectaculares de Navarra”.
Mirador del Corazón de Jesús o Mirador del Cerro del Castillo
Desde este mirador, donde se encuentra el monumento del Corazón de Jesús conocido como El Cristo de Tudela, se observa la parte más representativa de la ciudad, desde la que se ve La Mejana, zona de huertos de cultivo, y el “imponente” paso del río Ebro por la ciudad. El Monumento al Sagrado Corazón de Jesús de Tudela fue construido en honor a Jesús de Nazaret, erigido a modo de faro espiritual en lo alto del Cerro del Castillo, desde el que extiende su protección a la ciudad y a toda la comarca. Se ubicó sobre lo que fue torreón principal del viejo Castillo de Tudela y, posteriormente, Ermita de Santa Bárbara. El Corazón de Jesús tiene su contrapunto al otro lado de la ciudad con la estatua dedicada al Corazón de María.
Mirador Larra-Belagua
“¡Maravilloso!”, ubicado a 17 kilómetros de Isaba (por la carretera NA-137), en el puerto de Belagua, el mirador de Larra-Belagua se sitúa justamente debajo del antiguo refugio-cuartel militar de Yeguaceros. Ofrece “unas vistas para coger aire” de la riqueza natural del Pirineo, valle de Belagua, la Reserva Integral de Aztaparreta, las montañas pirenaicas y parte de la Reserva Natural de Larra. “Un deleite para los sentidos”, aseveran.
Mirador de Baztan
Para obtener una panorámica “idílica” del paisaje que ha dado fama al valle del Baztan, resulta indiscutible estacionar en el Mirador de Ziga. Dispone de una balconada enfocada hacia el gran vacío en la que es muy habitual hacer las fotos de familia o cuadrilla. Desde esta pequeña balconada se pueden ver al oeste los montes Legate y Alkurruntz, al noreste las cimas de Gorramendi, Otanarte y Gorramakil, al este Auza y el monte Ezkaldo en un primer plano más cercano.
Mirador de Zamariáin
Este saliente es uno de los mayores reclamos turísticos del valle de Aezkoa. Llegar hasta la “roca suspendida”, tal y como lo define una usuaria, resulta sencillo, ya que está perfectamente señalizado comenzando desde la pequeña localidad de Garayoa. “Es uno de los lugares más famosos e increíbles de Navarra desde donde admirar la belleza de este mirador natural”, apunta un internauta.