La Unión Europea (UE) y el primer ministro británico, Boris Johnson, alcanzaron este jueves un acuerdo sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Tras el visto bueno de los 27 Estados miembros, solo falta la aprobación por parte del Parlamento británico. Eso sí, aún quedan muchos flecos por detallar.
En una jornada divulgativa celebrada recientemente en Cámara Navarra sobre los efectos del Brexit, Lucas González Ojeda, representante de la Comisión Europea, remarcó que el documento recoge una serie de garantías, como el período de transición establecido de dos años, con posibilidad de ampliarlo: “Cubre un periodo temporal suficientemente amplio como para poder adaptarnos de manera razonable. Reino Unido debería contribuir a los planes de la UE. Además, se garantiza una retirada ordenada, y que Reino Unido y la UE cumplan todas las obligaciones financieras contraídas conjuntamente durante la pertenencia del país a esta”, explicó González.
LOS PUNTOS CLAVE DEL ACUERDO
- Irlanda e Irlanda del Norte. El protocolo incluía el llamado mecanismo de protección, una salvaguarda para impedir que se cree una frontera rígida entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte. Pero este se ha modificado sustancialmente y queda menos garantista de lo que deseaban Bruselas y Dublín. Para alcanzar el acuerdo, el primer ministro británico, Boris Johnson, había puesto una exigencia muy clara: renegociar el protocolo. Todos dieron su brazo a torcer: la UE, Reino Unido y la República de Irlanda. Por un lado, Johnson aceptó que Irlanda de Norte continúe unida en buena parte a las regulaciones europeas y que haya una aduana entre esta y el resto del país. Y así mismo, la República de Irlanda renunció a contar con una salvaguarda permanente y sin fecha límite.
- Durante el período de transición, garantiza que el Reino Unido y la UE cumplan todas las obligaciones financieras contraídas conjuntamente mientras el Reino Unido era un Estado miembro.
- Jurisprudencia. No habría cambios hasta que finalice el periodo transitorio. Durante ese período, Reino Unido estaría sujeto a la jurisprudencia del tribunal de justicia de la UE.
- Proteger las opciones vitales de más de tres millones de ciudadanos de la UE en el Reino Unido y más de un millón de nacionales británicos en los países de la UE, salvaguardando su derecho a vivir, trabajar o estudiar en su país de acogida.
- Relaciones comerciales. El Reino Unido ha decidido abandonar el mercado único y la unión aduanera. El país británico establecerá un marcado equivalente al marcado CE. Se modificarán los requisitos aduaneros y para-aduaneros. Serán necesarias nuevas licencias o certificaciones, homologaciones, etc. para la exportación de productos.
- Durante la transición, Reino Unido sigue estando plenamente vinculado por el Derecho de la UE. Por tanto, debe garantizarse el cumplimiento de la legislación de la UE y la igualdad de condiciones con los demás Estados miembros.
- Transporte. Se necesitarán certificados si es por carretera, y las aerolíneas europeas perderán el derecho de vuelo. “La operatividad de numerosas aerolíneas se verá comprometida por ambas partes”, avisó en la misma jornada Ángeles Sáez García, del Gabinete de la Secretaría de Estado de Comercio.
- Se perderá el derecho de roaming.
- Los bancos perderán el pasaporte comunitario.
- En cuanto a los trabajadores, no será posible el libre flujo de nacionales de la UE a Reino Unido ni viceversa.
- Tras el período de transición, Reino Unido deja de estar representado en las instituciones, órganos y organismos de la UE.