Ya se han convertido en el tercer eslabón de la cadena, en un intermediario entre el restaurante y el consumidor, en el clic que separa al cliente final de su comida deseada. Las principales plataformas de comida a domicilio, como Glovo, Deliveroo o Just Eat, van haciéndose un hueco en el sector hostelero pamplonés. Ya son más de sesenta los restaurantes de la ciudad adheridos a este tipo de apps para aumentar sus ventas y dar una mayor comodidad a sus clientes. Y todos los establecimientos consultados coinciden en que su facturación se ha incrementado de forma considerable, aunque a menudo solo recurren a ellas entre semana.
Algunos ya han aumentado sus ventas en torno a un 20 % anual, cifra que seguirá subiendo, según Carolina Pérez, directora de Comunicación Corporativa de Deliveroo en España, ya que la media nacional se sitúa en un 30 %. Pero estas plataformas también generan inconvenientes, más allá de sus cuestionadas políticas laborales.
Responsables de algunos locales de la capital navarra hablan para NavarraCapital.es sobre cómo han cambiado sus modelos de negocio desde que operan con estas aplicaciones. Por ejemplo, La Mafia lleva ya algunos años ofreciendo este servicio a sus clientes. Carlos García, su gerente, explica que algunos establecimientos como el suyo, debido al tipo de comida que venden, encajan mejor en el reparto a domicilio: “Nadie va a pedir un besugo a domicilio, pero una pizza es algo que se acostumbra a comer en casa”.
En este sentido, las apps son una herramienta muy útil para aumentar las ventas cuando se celebran partidos importantes de fútbol, incluso aunque baje el número de clientes que acude al local. “En esos días trabajamos más a domicilio y menos en el restaurante”, confiesa García. Pese a ello, deja claro que esta línea de negocio “compensa como un complemento, no como una actividad en sí misma”, ya que “si la gente dejara de ir al restaurante, no saldría rentable”.
El motivo es que las plataformas de comida se llevan una comisión por el reparto a cada casa. En los casos de Glovo y Just Eat, normalmente puede rondar el 30 % del total de la factura, mientras que en el de Deliveroo, siempre conforme a la versión de Carolina Pérez, no hay una comisión establecida, sino que varía según los acuerdos establecidos con cada restaurante. No obstante, en todas ellas existe margen a la negociación, de modo que no se trata de cuantía fija.
PARA “MODERNIZARSE”
Abierto los siete días de la semana y con una media de veinte pedidos diarios a través de las aplicaciones, Pizza Buona Buztintxuri ha aumentado su facturación un 20 % gracias a estos servicios de reparto a domicilio. El encargado de tienda, Vicente Sanpere, asegura que se sumó a esta tendencia para “modernizarse” y que no se arrepiente porque gana “en ventas y también en beneficios”.
Con un crecimiento del 15 % en su facturación, The Quiet Moment también dio el paso con un objetivo claro: mejorar sus resultados económicos. Sin embargo, su gerente, Alfonso Monreal, se sincera y admite que en ocasiones le “complica la vida” hasta el punto de tener que desactivar el servicio: “Los fines de semana nos tenemos que esforzar mucho para satisfacer las dos líneas de negocio. Realmente sale rentable entre semana porque, como hay menos gente en el local, podemos cubrir bien la demanda. Eso sí, reduce nuestros márgenes porque hay que ceder las comisiones. Pero incluso así, ayuda un poco”, revela.
José Ramón Larráyoz, gerente de La Mudita, sostiene que “cada vez más gente pide comida a domicilio”. Por eso él mantiene los repartos a través de apps toda la semana, aunque los domingos, los días de fútbol y los días de lluvia son los más fuertes en pedidos. Durante estas jornadas, llega a gestionar unos treinta cada día, lo que le ha ayudado a crecer un 20 % en facturación. Pero Larráyoz considera muy importante no sustituir un servicio por otro: “Hemos comprobado que el cliente que te llama a domicilio no es el mismo que iba a venir al restaurante. Es un cliente que se iba a quedar en casa y, de las opciones que tiene, elige una. No sustituye un cliente por otro”.
Ahora bien, gestionar los repartos y las ventas físicas no resulta sencillo. “Al final, las plataformas cobran unos márgenes muy fuertes y te obligan a coger más personal”, lamenta el gerente de La Mudita. Por eso, lo ideal a su juicio sería que los pedidos se distribuyeran de manera más uniforme entre los siete días de la semana para poder seguir políticas de personal estables. Pero pese a todas esas dificultades, considera que estas aplicaciones son una opción “muy interesante” para empresas como la suya, especialmente en los días con menor afluencia de clientes al establecimiento.
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