jueves, 12 diciembre 2024

Luis Moya, siempre positivo

Tras brillar durante años como copiloto junto a Carlos Sainz, Moya ejerce ahora como embajador de Volkswagen y participa en charlas y conferencias empresariales. El bicampeón del mundo de 'rallies' apuesta por la comunicación y el trabajo en equipo como elementos prioritarios para cualquier negocio. En esta entrevista con Capital Sport, realizada poco antes de su intervención en el 'Foro Empresas 2021', organizado por Fundación Industrial Navarra, se muestra optimista a pesar de las dificultades actuales. Una cualidad que le "viene de fábrica" y que le ha llevado a superar varios aneurismas.


Pamplona - 25 enero, 2021 - 07:02

Moya guarda un excelente recuerdo de su experiencia junto a Carlos Sainz. (Fotos: Víctor Ruiz)

Luis Moya dejó el mundo de los rallies en 2002, tras haber conseguido dos mundiales con su inseparable Carlos Sainz (1990 y 1992). El gallego sabe que también se le recordará por aquello de “trata de arrancarlo, Carlos”. Pero deja muy claro que no le molesta ni lo más mínimo, a pesar de que se la repiten casi a diario. Ahora trabaja como embajador de Volkswagen, pero también lo hemos visto cruzar a nado el estrecho de Gibraltar por una causa benéfica, participar en triatlones o hacer monólogos en televisión.

Ejemplo de superación tras ser operado de varios aneurismas, sigue mostrando su inconfundible acento gallego, su simpatía y su optimismo vital. Cualidades que conserva intactas a sus 60 años y que le han llevado a impartir charlas y conferencias a empresarios y ejecutivos. En ellas se esmera por transmitir que el deporte y los negocios tienen numerosas similitudes y muchas curvas que hay que saber trazar. Capital Sport lo entrevista en el transcurso del ‘Foro Empresas 2021’, organizado por Fundación Industrial Navarra y que se celebró el pasado viernes en Navarra Arena.

¿En qué se parece un rally al mundo empresarial?
En el rally hay un equipo y en las empresas también. Ahora que se está disputando el de Montecarlo, en nuestra época había más de 150 personas… El trabajo en equipo es fundamental, independientemente de que luego haya que saber tomar decisiones solo. Una vez que Carlos y yo salíamos, el equipo ya no estaba para ayudarnos en los tramos.

¿Qué puede aportar un deportista como usted a los directivos y empresarios a quienes se dirige en sus conferencias?
Intento hablar de experiencias que he tenido y que me han valido. Por ejemplo, recuerdo que en Kenia, yo era el piloto más novel y vi una oportunidad que nadie más vio. Había que llegar primeros el tercer día de competición porque, si lo hacíamos, lo teníamos prácticamente ganado. Al día siguiente se pasaba por el valle de Rift, una zona muy complicada, de modo que era clave salir primeros. Aquel día, Kankkunen me dijo: “Luis, ¿tenéis el billete ya comprado y queréis volveros a Europa?”. Me lo comentó porque había que ir con cuidado y nosotros estábamos corriendo mucho. Yo pensaba “¿pero cómo es posible que no se den cuenta?”. Al final, sacamos trece minutos al segundo y, gracias a eso, ganamos el rally. En las empresas pasa algo parecido, hay oportunidades que, a veces, no las ves. Y ahí, debes tener una buena comunicación con todo el equipo. En ocasiones, el peón de la empresa tiene una idea que no tienen los demás.

En 1998, usted y Carlos Sainz se quedaron a 500 metros de ganar un mundial cuando se les estropeó el coche.  Siempre ha dicho usted que animó a Sainz a que arrancase el coche aun sabiendo que era imposible. ¿Sigue manteniendo ese espíritu tan positivo hoy en día, a pesar de la durísima situación que estamos viviendo?
Conmigo ser optimista viene de fábrica. Desde pequeñito lo fui. Cuando corría rallies, mis padres me llamaban después de la carrera. “Oye, Luisiño, qué gusto da hablar contigo. Porque da igual que hayas tenido un accidente, que hayáis ganado o perdido… Siempre me mandas un mensaje positivo”, solía decirme mi madre. En el “trata de arrancarlo, por Dios”, yo ahí le di la vuelta y no hay semana desde el año 1998 en la que alguien no me lo recuerde. Fui positivo porque, con un agujero tan grande en el motor, ¿cómo iba a arrancarlo? Pero no solo eso. Carlos lo intentó. Luego ya me enfadé, saqué el genio, el carácter latino, rompí el coche… y me disculparon en Toyota. Es mi forma de ser, no lo puedo evitar.

“En las empresas hay oportunidades que, a veces, no las ves. Y ahí, debes tener una buena comunicación con todo el equipo. En ocasiones, el peón de la empresa tiene una idea que no tienen los demás”.

Le gustan las películas del Oeste. ¿Puede convencerme de que en una situación tan dramática como la actual también acabarán ganando los buenos?
Cuando una empresa hace un ERTE, lo hace para que la organización subsista. Y esto lo tiene que entender el empleado. La empresa, si no toma esa decisión, se va al carajo y se van todos al carajo.

¿Cómo valora la gestión actual de la pandemia?
Creo que no se ha gestionado bien. Desde el principio, en marzo, le dije a mi mujer: “Cariño, la mascarilla debe ser obligatoria ya”. Ella me respondió que parezco un brujo. Pero se lo comenté, simplemente, porque es un elemento disuasorio. Si sales a la calle sin mascarilla, piensas “ah, no pasa nada“. Si vas con mascarillas, ya dices “ojo, que algo está pasando”. Estamos en una situación de guerra, afortunadamente sin peleas entre nosotros. Y el ejército no lo estamos usando como deberíamos. Para mí, lo deberíamos usar para hacer hospitales de campaña, para aliviar los hospitales generales y que otra gente pueda ser atendida. Son cosas que no entiendo cómo no se hicieron desde el principio.

En alguna entrevista anterior, afirmó que en ocasiones ser segundo no es sinónimo de ser el perdedor. ¿Lo ha vivido así o es una especie de consuelo cuando vienen mal dadas?
Para nada, reivindico al segundo. Nosotros hemos sido segundos muchas veces porque los otros lo hicieron mejor, pero nosotros no hicimos nada mal. Cuando compites tienes un equipo extraordinario, pero los demás también tienen muy buenos equipos. Debes intentar estar a la altura e intentar ganarles, pero ellos también van a tratar de ganarte a ti. Hay veces en las que tú lo haces perfecto, pero ellos lo hacen un poquito mejor. Ese día no has perdido, ese día te han ganado. Imagínate que viene un rally aquí, a Pamplona, y como está lloviendo no sales a probar el coche y el día de la carrera también llueve. Ahí te han ganado porque no hiciste bien tu trabajo por no salir a hacer una prueba con lluvia. Eso con Carlos no pasaba nunca porque siempre se trabajaba mucho.

El bicampeón del mundo participó en el 'Foro de Empresas 2021', organizado por Fundación Industrial Navarra.

El bicampeón del mundo participó en el ‘Foro de Empresas 2021’, organizado por Fundación Industrial Navarra.

¿Qué proyectos de futuro tiene en estos momentos?
Ahora estoy muy a gusto en Volkswagen y hago el trabajo que me agrada. También estoy en contacto con una empresa importante para ver si soy imagen de ellos y llevamos varias reuniones.

“Estamos en una situación de guerra, afortunadamente sin peleas entre nosotros. Y el ejército no lo estamos usando como deberíamos. Lo deberíamos usar para hacer hospitales de campaña, aliviar los hospitales…”.

¿Cómo llevó pasar de copiloto a un cargo más ejecutivo como el de embajador en Volkswagen?
Lo llevo muy bien porque es un trabajo fácil para mí. Tengo que hablar y eso me encanta. Empecé en 2012 con Volkswagen en el Mundial de ‘Rallies’ porque Carlos (Sainz) me llamó para desarrollar el coche. Después, vieron que hablaba varios idiomas y me ofrecieron trabajar con ellos. Mi trabajo es muy agradecido porque hablo con mucha gente. Al principio, la gente se sorprendió porque pensaban que yo daba la charla solamente y luego me sentaba a escuchar a los demás. Pero no sirvo para eso. Me tengo que involucrar mucho y a mí me gusta hablar con los clientes. Es, de alguna manera, devolver lo que me ha dado a mí el deporte.

Ha disputado triatlones y cruzó el Estrecho de Gibraltar a nado. ¿Podemos decir que su vida siempre ha seguido vinculada a las emociones fuertes?
Sí, porque soy muy competitivo. Pero Carlos Sainz es mucho más. De él lo he aprendido y también el hacer las cosas con mucha seriedad. He practicado triatlón y natación hasta que me hicieron la operación. Entreno mucho, dos veces al día, pero no con la intensidad de antes.

¿Se ha llegado a hartar del “trata de arrancarlo, Carlos”?
No, en absoluto. No me importa que me lo recuerden porque le di la vuelta y lo convertí en algo positivo. Probablemente, si tu entras en Google y buscas frases famosas en la historia de España, pues seguro que está entre ellas.

Ha trabajado como comentarista del Dakar en TVE y también en la radio. ¿Se vería presentando su propio programa?
Me encanta la televisión, me encanta el directo. También me gusta mucho la radio, pero no haría ningún programa de televisión por mucho que me lo ofrezcan. Hacer apariciones esporádicas, sí. Desde que me operaron de los aneurismas me tomo las cosas con más calma. Mi mujer y yo, afortunadamente, tenemos la vida muy bien ordenada, y no tengo la necesidad de meterme en líos y estresarme.

“El trabajo no te garantiza el éxito, pero sí que no vas a fracasar. Yo, con Carlos, he perdido muy poquitas veces”.

Le tengo que preguntar por su hijo, Álvaro, que ha debutado en el Dakar este año. ¿Qué consejos suele darle?
Fíjate. Antes de irse al Dakar, me dijo: “Papá, ¿cuál es tu último consejo?”. Y yo le contesté: “Álvaro, pregunta mucho”. Hay que hablar y preguntar mucho cuando no sabes. Que te contesten o no, es problema de ellos. Él quiere en el futuro hacer carrera de copiloto, y en el Dakar sí es posible. Pero para lograrlo tienes que formarte y nada mejor que estando allí, preguntando y comunicándote mucho con todo el mundo.

Con la perspectiva que dan los años, ¿cómo describiría su relación con Carlos Sainz durante todo este tiempo?
Jamás podría hablar mal de Carlos. Lo hemos pasado tan bien juntos y he conseguido tantas cosas con él… Creo que soy su primer fan, después de su mujer y sus hijos. Es que tiene 58 años ahora y sigue compitiendo al máximo nivel y lo hace para ganar. Es un ejemplo tremendo. El suele decir que “los sueños se suelen cumplir”, pero para eso hay que trabajar mucho y él ha trabajado muchísimo durante toda su vida. Él tiene talento y trabajo. Esto no te garantiza el éxito, pero sí que no vas a fracasar. Yo, con Carlos, he perdido muy poquitas veces.

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