La dura realidad se impone. Y ya son muchas las empresas navarras que, tras haberse acogido a Expedientes de Regulación Temporal de Eempleo (ERTE) por causa de fuerza mayor, lanzan una advertencia a las autoridades: no podrán cumplir la obligación de no acometer despidos en los seis meses posteriores a la reanudación de la actividad. Dan por seguro que la demanda va a reducirse considerablemente y, por lo tanto, sus ingresos, lo que les obligará a ajustar las plantillas a su mermada producción. Por eso proponen soluciones como prorrogar la vigencia de los ERTE, solicitada este domingo también por la propia presidenta de Navarra, María Chivite, y medidas de flexibilidad laboral, que permitan incorporar progresivamente a los trabajadores conforme aumente su actividad.
Según una encuesta encargada por la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), el 55 % de las más de 2.000 compañías que respondieron al cuestionario adelantaron que no podrán mantener el empleo durante los seis meses siguientes a la reapertura, por lo que incumplirían una de las condiciones para exonerar de cotizaciones a las empresas que se acogieron a los ERTE por fuerza mayor.
Tal y como adelantó NavarraCapital.es, la Asociación de Hostelería y Turismo de Navarra abrió brecha recientemente en la Comunidad foral a la hora de reclamar la eliminación de este requisito. Los hosteleros fueron los primeros en poner el tema sobre la mesa, ya que se muestran convencidos de que la reestructuración de las plantillas será una medida “dolorosa, pero inevitable” de cara a “salvar empresas”. La propuesta fue secundada posteriormente por Juan Félix Huarte, empresario navarro, nieto de Félix Huarte y presidente del Grupo Uriel Inversiones, quien reclamó a los gobiernos medidas de liquidez y flexibilidad en el empleo para evitar “una escabechina de empresas, especialmente pymes”. En este sentido, criticó la “absurda obligación” de mantener el empleo durante medio año tras los ERTE: “No tiene ningún sentido porque no se sabe si para entonces la empresa seguirá viva”.
También la presidenta María Chivite solicitó este domingo, en la videoconferencia mantenida por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con sus homólogos de las comunidades autónomas, mantener los ERTE tras el estado de alarma “en sectores especialmente afectados como el de servicios”. Pero preguntado este martes al respecto, Sánchez se limitó a decir que el Ejecutivo central “está estudiando” este tema.
“NADIE DESPIDE A QUIEN NECESITA”
Su análisis coincide plenamente con el de José María Aracama, presidente de Institución Futuro: “Me parece que la medida no tiene ningún sentido. Muchas empresas no van a poder sobrevivir a esta crisis. Y las que lo consigan van a tener que transformarse, lo que requerirá en muchos casos ajustes de personal”.
José María Aracama: “Lo importante para las empresas es volver a generar ingresos rápidamente, con la estructura de personal óptima”.
Aracama opina que los empresarios deberían tener libertad y margen en este ámbito. “Siempre he defendido que nadie despide a quien necesita. Es decir, si las empresas tienen actividad y pedidos seguirán contando con su personal y a la inversa. De no hacerlo, algunas empresas que podrían ser viables serán abocadas a la ruina”, defiende. En cualquier caso, considera que “lo importante para las empresas es volver a generar ingresos rápidamente, con la estructura de personal óptima”.
El mismo criterio mantiene Yolanda Torres, vicepresidenta ejecutiva del Grupo MTorres, que pone como ejemplo la situación en la que se encuentra su empresa. En estos momentos, le resulta imposible mantener la actividad habitual porque los técnicos no pueden viajar a otros países para montar e instalar maquinaria: “En esas condiciones, también será imposible mantener el empleo. De una forma o de otra, tras los ERTE por fuerza mayor aparecerán ERE con extinción de puestos de trabajo”.
Yolanda Torres: “Si no tienes ingresos, ¿qué haces? De una forma o de otra, tras los ERTE por fuerza mayor aparecerán ERE con extinción de puestos”.
Torres reconoce que todos sus proyectos “están parados al no poder entrar en Estados Unidos, Japón, Corea, China…”. Es decir, continúan trabajando aquí en el diseño, desarrollo y definición de nuevas máquinas, pero no pueden hacer “nada en casa del cliente”. Y su mercado “no es nacional, es el mundo”.
“Como nosotros habrá otros muchos porque, en los últimos veinte años, se ha hecho un esfuerzo muy importante para internacionalizar las empresas. Si no tienes actividad, no tienes ingresos. Y si no tienes ingresos ¿qué haces con la gente?”, se pregunta la vicepresidenta ejecutiva del Grupo MTorres, que se encuentra en un ERTE por causa de fuerza mayor.
María Castañeda, gerente de la correduría de seguros Castañeda y Asociados y miembro de la junta del Colegio de Mediadores de Seguros de Navarra, sostiene que, “en ese plazo de seis meses, se tendrán que permitir los despidos porque la normalidad y la estabilidad van a tardar en llegar, sobre todo en según qué sectores”. En este sentido, pone como ejemplo la restauración, “que no se sabe cuándo volverá a abrir y empezar a facturar”.
María Castañeda: “Se tendrán que permitir los despidos porque la normalidad y la estabilidad van a tardar en llegar”.
Castañeda cree que la solución podría residir en prorrogar los ERTE junto a medidas de flexibilización, “que amortigüen el impacto y permitan mantener el mayor número posible de empleos”.
En su sector no se ha recurrido a los ERTE por fuerza mayor porque, además de ser esencial, las corredurías y aseguradoras siguen ingresando las cuotas de las pólizas ya suscritas. Sin embargo, ya están notando los efectos de la crisis provocada por el coronavirus. El motivo: “la dificultad para captar nuevos negocios y clientes porque es más complicado al no poder mantener reuniones”.
DE ERTE A ERE
El empresario Fermín Elizalde, director gerente del Grupo ISN, recuerda que mientras las empresas se mantengan en una situación de ERTE por fuerza mayor, disponen de ayudas relacionadas con las cuotas a la Seguridad Social (las de hasta cincuenta empleados están exentas de abonar las cotizaciones, y las de más de cincuenta abonan el 25 %). Pero en el momento en que se levante el estado de alarma, augura que surgirá “un problema” porque muchos ERTE, salvo que se aplique alguna nueva medida a este respecto, “pasarán a ser por causas productivas u organizativas”. Y en consecuencia, las compañías afectadas “van a seguir sin ingresos, pero obligadas a soportar ese coste laboral”.
Según Fermín Elizalde, el Gobierno de Pedro Sánchez “no ha sabido legislar, no ha sabido prever ni anticiparse a los problemas porque es gente inexperta que no ha realizado gestión en su vida”.
Según Elizalde, “el grande podrá resistir, pero las pymes están abocadas a una situación muy complicada, insoportable”, de la que culpa al Gobierno de Pedro Sánchez: “No ha sabido legislar, no ha sabido prever ni anticiparse a los problemas porque es gente inexperta que no ha realizado gestión en su vida. Mientras, otros gobiernos como el alemán, el francés o el inglés están buscando soluciones consensuadas con la gente que de verdad gestionamos personal, con los que estamos en la economía productiva”. “El empresario –remata- no quiere despedir, al contrario, quiere tener el mayor número posible de trabajadores porque eso significa que su negocio va bien”.
El director general del Grupo Mundomóvil y presidente de la Asociación Navarra de Talleres de Reparación de Vehículos (ANTRV), Carlos Sagüés, también reclama que se libere a las empresas del compromiso de mantener el empleo durante esos seis meses. Una medida a la que se vieron “obligados” a acogerse porque las autoridades ordenaron cerrar concesionarios y talleres. “¿Qué ocurre? Nos tememos que la actividad va a ser la mitad o menos, tanto en la venta como en el servicio de posventa. Y las empresas seguro que no vamos a poder mantener el empleo, seguro”.
Carlos Sagüés: “La orden de mantener a la plantilla durante seis meses estrangulará a las empresas”.
Añade que aunque se soliciten ERTE productivos, “lo que permitiría flexibilizar los contratos de las plantillas”, resultaría “carísimo” para las compañías afectadas: “Tendríamos unos trabajadores que no utilizaríamos, pero seguiríamos pagando sus seguros sociales. Además, está la losa de tener que devolver las bonificaciones de los seguros sociales que nos dieron en virtud de los ERTE por fuerza mayor, más los recargos. Todo eso, con el escaso volumen de negocio, nos va a llevar al concurso de acreedores. Pero teniendo que despedir a la gente, en definitiva serán concursos de liquidación, de cierre”.
Por eso, reitera que “la orden de mantener a la plantilla durante seis meses estrangulará a las empresas”, de ahí que pida la correspondiente modificación y proponga, a corto plazo, “que no se ahogue a las compañías con la devolución de las bonificaciones y recargos y que se permita volver a los ERE”.
LLAMADA A LA SOLIDARIDAD
Juan Mari Idoate, gerente del Grupo Europa, miembro del Comité Ejecutivo de la CEN y vicepresidente de la Asociación de Hostelería y Turismo de Navarra, parte del hecho de que “nadie sabe absolutamente nada de lo que va a pasar”. Además, critica que “los políticos de Madrid están haciendo unas declaraciones que aún crean más dudas”, de modo que el sector de la hostelería se encuentra sumido en la incertidumbre: “No sabemos cuándo vamos a abrir ni de qué forma, qué aforos se van a permitir… y aún menos cómo va a responder el público. Porque, ¿qué va a hacer?, ¿va a venir a comer con la mascarilla para que le sirva un camarero también con mascarilla?”.
Juan Mari Idoate: “Si no abres tu negocio, del ERTE vas a pasar a un ERE o a un concurso de acreedores”.
Idoate se muestra convencido de que “si no abres tu negocio, del ERTE vas a pasar a un ERE o a un concurso de acreedores”. Por eso, “no se puede impedir por ley que recurras a reducir algún puesto de trabajo”: “Si no hay ingresos, ¿con qué vas a pagar?”. Coincide con otros de los consultados en la solicitud de prolongar los ERTEs por fuerza mayor en actividades suspendidas por la activación del estado de alarma por un periodo de seis meses a partir de la reapertura de la empresa o negocio, y que la reincorporación de los trabajadores sea gradual, en función de las necesidades, contemplando la posibilidad de jornadas parciales en un primer momento.
Ahora bien, subraya rotundo que la sociedad no superará esta crisis si los ciudadanos no son solidarios, “si cada uno no aportamos algo y arrimamos el hombro”. Los propietarios de los locales, “mediante los alquileres”; el Ayuntamiento, “a través de la exención de tasas e impuestos”. “También la Administración con la moratoria del pago de impuestos durante todo 2020… No vale decir que la Ley de Estabilidad Presupuestaria, por ejemplo, obliga a destinar tal parte del presupuesto a este gasto y no sé qué porcentaje a este otro. No señor, habrá que cambiar la ley porque el mundo ha cambiado“.
No obstante, asegura que su equipo les está animando para continuar: “Quieren ayudarnos al máximo y están dispuestos a hacer lo que haga falta… No podemos fallarles y tenemos que seguir, nos endeudaremos mediante créditos con el objetivo de salir adelante, pero en ese panorama en el que todo son incógnitas”.
La Asociación de Mujeres Empresarias y Directivas de Navarra (Amedna) considera “interesante y viable dar continuidad a los ERTE una vez finalizado el estado de alarma para que las empresas puedan ir incorporando a sus trabajadores de forma escalonada y siempre de acuerdo con el incremento de la actividad, de manera que conforme vaya creciendo su volumen de negocio puedan ir completando la plantilla”, resalta la presidenta de la asociación, Cristina Sotro, socia directora a su vez de Klammer Business Centers. En cualquier caso, deja claro que ahora la prioridad es “combatir la pandemia y atender a los pacientes”.
Cristina Sotro: “Pedimos la continuidad de los ERTE para que las empresas puedan incorporar trabajadores de forma escalonada”.
Sotro apunta que es necesario dar autonomía a las empresas a la hora de tomar decisiones, ya que la estrategia a seguir “dependerá del sector, del tamaño de la empresa, de la actividad y de su ritmo de reactivación”.
Es decir, “la casuística es enorme y casi particular en cada caso”. Y a medio plazo, propone que, “además de la moratoria en el pago de los impuestos”, se impulse “una política fiscal que resulte menos gravosa para las empresas, autónomos y autónomas, junto a medidas que les doten de liquidez”.
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