jueves, 25 abril 2024

María Zubeldía, la cabeza del emprendimiento en Oxford

Desde hace cuatro años, dirige el Centro de Emprendimiento de la Saïd Business School, la escuela de negocios la universidad. Sumergida en ese ecosistema "vibrante", se encarga de supervisar y coordinar distintos programas de liderazgo e innovación dirigidos a estudiantes, investigadores, profesores y otros profesionales. Además, Zubeldía se enfrenta ahora a un nuevo reto de calado: diseñar, junto a otras dos personas, una estrategia de emprendimiento para toda la Universidad de Oxford de cara a la próxima década.


5 noviembre, 2022 - 01:00

Antes de aterrizar en Oxford, Zubeldía cofundó dos empresas junto a su hermana, Silvia. (Fotos: cedidas)

Concertamos la cita por Zoom pensando en que nos separan más de mil kilómetros de distancia. Para nuestra sorpresa, sin embargo, la entrevistada nos informa de que está de visita en su ciudad natal, la misma donde estudió la carrera de Administración y Dirección de Empresas, se casó y dio a luz a sus tres hijas, Cristina, Jimena y Mencía.

Acostumbrada a los aviones y al trajín de los aeropuertos, María Zubeldía suele regresar a Pamplona con frecuencia. De allí salió hace casi cinco años con destino a Inglaterra. Poco tiempo antes había tocado la puerta de la Universidad de Oxford para ofrecer sus servicios externos como consultora de innovación. Presentada su propuesta, lo que obtuvo a cambio fue una oferta de trabajo a tiempo completo como ‘manager’ de programas en el Centro de Emprendimiento de la Saïd Business School, la escuela de negocios de la institución. Zubeldía aceptó de buena gana y se trasladó a la ciudad universitaria junto a su familia. Un año después de su aterrizaje, además, la ascendieron y se convirtió en la directora del centro.

No era la primera vez que la protagonista de esta historia se mudaba a Oxford. Tras su paso por la Universidad de Navarra y después de una primera experiencia profesional como gestora de Cuentas en el extinto Banco Urquijo, la menor de siete hermanos sintió la necesidad de «explorar nuevos horizontes y aprender inglés». Acompañada por su novio, Juan, quien posteriormente se convertiría en su marido, viajó a la ciudad británica y comenzó a trabajar en una empresa editorial y de organización de eventos. Compaginaba esa faceta con el estudio, ya que se había matriculado para cursar un Master in Business Administration (MBA) en Oxford Brookes University.

«Oxford es el lugar de la libertad ilimitada, donde todo es posible. Llegas con un sueño y es el sitio para realizarlo».

«Al terminar el máster, tuve que hacer una disertación sobre el intercambio de conocimiento tácito en las organizaciones. Básicamente, me centré en cómo fomentar culturas de innovación dentro de las empresas», rememora.

Esa investigación encendió la bombilla de esta hija y nieta de emprendedores, quien vio cómo «se le despertaba una nueva pasión». Supo entonces que quería trabajar el resto de su vida en el sector de la innovación y el emprendimiento.

No le costó mucho adentrarse en este campo. Regresó a Pamplona, contrajo matrimonio y obtuvo un empleo en el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Navarra (CEIN) como asesora de emprendedores de base tecnológica. «Más adelante -recuerda-, lancé la red de empresas de base tecnológica y me hicieron responsable de la línea de creación de empresas. Me gusta mucho replantearme las cosas y mejorar. Y, tras varios años de trabajo intenso, conseguí cambiar el modo en el que apoyábamos a los emprendedores. Creamos la primera aceleradora en Europa que usaba la metodología Lean Startup«.

En la sociedad pública fue testigo de una restructuración. El proceso conllevó la aplicación de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), que culminó con el despido de 34 empleados. «Fue un palo», atestigua Zubeldía, quien sí conservó su puesto de trabajo. Un año después, por iniciativa propia y tras verse «limitada en su capacidad para liderar nuevas iniciativas», abandonó el centro y se asoció con su hermana Silvia para crear Serendipity, una consultoría de innovación.

El Centro de Emprendimiento de la escuela de negocios de Oxford cuenta con un fondo propio de capital semilla.

El Centro de Emprendimiento de la escuela de negocios de Oxford cuenta con un fondo propio de capital semilla.

Juntas, además, dieron forma a InnovAction Week, un foro de innovación empresarial y emprendimiento que reunió a speakers, directivos y responsables de startups en la capital navarra. Tras la segunda edición de esta iniciativa, la faceta anglófila que Zubeldía conservaba desde su juventud cobró más peso. «Soy una gran defensora de la cultura británica y, cuando regresé por primera vez de Oxford, supe que en algún momento volvería. Después de la experiencia internacional tan transformadora que habíamos tenido, pensamos que nuestras hijas también se beneficiarían de todo ello».

No sabemos todo lo que se esconde tras esa fascinación, aunque intuimos que quizá algo tengan que ver el prestigio de la institución, que encabeza por séptimo año consecutivo el World University Rankings (un listado elaborado por Times Higher Education); su historia (Oxford es la universidad más antigua del mundo anglófono); el acento posh que se escucha por sus calles; el encanto de su arquitectura medieval o el impacto que genera en la economía del país, determinado en 15,7 miles de millones de libras esterlinas durante el periodo 2018-2019. Pero ella apunta a algo más intangible. «Oxford es el lugar de la libertad ilimitada, donde todo es posible. Llegas con un sueño y es el sitio para realizarlo», expone.

«Un líder no es la madre de su equipo, pero casi porque debe ser capaz de renunciar a ponerse medallas para dárselas a su equipo».

Precisamente, con su trabajo contribuye a que los sueños de algunos estudiantes aterricen en la realidad. Como directora del Centro de Emprendimiento de la Saïd Business School, coordina «muchos programas», desde algunos que forman parte del currículo obligatorio para quienes cursen un MBA o un Executive MBA, hasta iniciativas abiertas «a los trabajadores, investigadores, profesores y demás miembros de la comunidad universitaria».

Hasta la fecha, presume Zubeldía, el centro ha contribuido al lanzamiento de 288 spin-outs, de las cuales 224 siguen activas. «De las empresas inicialmente creadas, doce se fusionaron. Por lo tanto, y si las cuentas, la tasa de supervivencia es altísima, del 84 %». Son datos que contrastan agresivamente con el ecosistema de emprendimiento español, en el que pocas startups superan el llamado «valle de la muerte» y permanecen activas después de los tres años de su fundación.

Preguntamos a Zubeldía qué aspectos propician esos resultados conseguidos por la institución. Y con humildad, pero sin pelos en la lengua, nos conduce a una de las claves fundamentales en este sector: el acceso a fuentes de financiación.  El centro que dirige, en concreto, cuenta con su propio fondo de capital semilla liderado por estudiantes. Otro papel «determinante» en este escenario es es el que desempeña Oxford Sciences Enterprises, «el fondo de inversion adscrito a una universidad más grande el mundo”. Desde su fundación en 2015, la firma ha invertido 500 millones de libras esterlinas en más de 80 compañías, realizando dos ofertas públicas de venta y seis ventas comerciales. Además, las compañías que apoya han atraído más de mil millones de libras de capital de inversión adicional procedentes de coinversores globales.

SU VISIÓN DEL LIDERAZGO

Deseosa de aportar una visión que trascienda las cifras económicas y explique desde un punto de vista más cultural qué caracteriza a los emprendedores con los que ha entablado relación en los últimos cinco años, Zubeldía se ve interrumpida por los ladridos de su «cuarto hijo»: Coco. Una vez consigue apaciguar al animal, prosigue: «En otros sitios parece que el emprendedor necesita mostrar que tiene todo bajo control. En Oxford, en cambio, me he encontrado con personas que no entran por la puerta como si se estuvieran comiendo el mundo, sino que te van aportando datos e información hasta que te dejan boquiabierta. Siempre desde la objetividad y no desde la pasión. Porque la pasión es muy buena, pero como empuje. No hay lugar para el bullshit«.

«En el emprendimiento la pasión es buena, pero solo como empuje. No hay lugar para el bullshit«.

Le pedimos que prosiga y nos cuente qué otras diferencias aprecia entre el sector del emprendimiento en Reino Unido y el español. «En España se valora mucho la experiencia previa en un campo concreto. Y bueno, que alguien no tenga experiencia en un puesto específico no significa que no sea capaz de hacerlo».

Para ilustrar lo que quiere decir, se pone a sí misma como ejemplo. Nos revela que, hace pocos meses, la Universidad de Oxford estableció el emprendimiento como uno de sus focos estratégicos y le encargó -en compañía de otros dos profesionales- el diseño de una estrategia única para toda la institución de cara a los próximos diez años. «En el momento, no me preguntaron si había hecho antes una estrategia para una institución de higher education. Porque igual la respuesta era que no, claro. Eso lo hice en su día para CEIN, pero era una entidad pública, una cosa diferente», argumenta.

Damos ya por finalizada nuestra conversación, pero Zubeldía nos pregunta si nos apetece hablar «alguna cosa» sobre liderazgo. Naturalmente le decimos que sí y ella da rienda suelta. Como si estuviera siendo sometida a un examen, sin titubeos ni muletillas, nos explica que en Oxford manejan una teoría que define al líder «como una persona inspiradora que piensa estratégicamente, articula una visión clara, actúa con propósito y coraje, es resiliente y creativa en la resolución de problemas, asume las responsabilidades, lidera de manera inclusiva y respeta la equidad y diversidad». Seguramente ve nuestra cara de asombro en este momento, porque enseguida completa entre risas: «O sea, casi nada».

María Zubeldía junto a Steve Blank, emprendedor y profesor universitario afincado en Silicon Valley (California, Estados Unidos).

María Zubeldía junto a Steve Blank, creador de la metodología Lean Startup.

Más allá de teorías formuladas por académicos, nos interesa saber qué piensa ella. ¿Todo el mundo está capacitado para asumir la posición de un líder? «No», nos responde. «No todo el mundo se encuentra cómodo en ese rol y ser emprendedor exige una serie de habilidades que no todo el mundo tiene, pero se pueden desarrollar. Si no pensara eso, no estaría donde estoy».

A su juicio, dos cualidades que definen a un buen líder son la humildad y la generosidad. «Creo que el ego va en contra del liderazgo y puede acabar hundiéndote de una manera u otra… El tiempo va poniendo a cada uno en su lugar. Un líder no es la madre de su equipo pero casi, porque debe ser capaz de renunciar a ponerse medallas para dárselas a su equipo».

Habitualmente, el teletrabajo es para Zubeldía sinónimo de reuniones virtuales back-to-back. Hoy ha reservado dos horas en su agenda para esta entrevista, así que antes de decir adiós definitivamente le preguntamos cuáles son sus aficiones. O lo que es lo mismo, qué hace cuando no trabaja. «Me gusta mucho juntarme con mis amigos y mi familia y hacer deporte. Jugaba a pádel, pero lo dejé porque tengo mal el hombro. He empezado a nadar hace poco y en la primera parte de la pandemia, como no nos podíamos mover, empezamos con el golf. Me ha enganchado». Una afición que comparte con su marido y sus hijas, quienes hace dos años fijaron su residencia de nuevo en Pamplona y a quienes acude a visitar siempre que puede.

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