domingo, 15 diciembre 2024

Diego Garrido, investigación con historia

Como director general de ADItech, tiene entre sus responsabilidades la de coordinar e incentivar la actividad investigadora e innovadora que se realiza en Navarra. Una labor ingente para la que Garrido también se inspira en todo lo que aprende a través de disciplinas tan singulares como la recreación histórica o el 'choy lee fut'.


Pamplona - 15 octubre, 2022 - 00:02

Diego Garrido ha desarrollado gran parte de su carrera profesional en el sector agroalimentario. (Fotos: Maite H. Mateo)

Hace casi diez meses que dirige ADItech, el agente coordinador del Sistema Navarro de I+D+i (Sinai). Pero Diego Garrido ya conocía desde dentro cómo funcionaba la entidad, aunque con otra perspectiva, porque representaba en el patronato a la empresa en la que trabajaba entonces. «Sabía que estaba muy bien asentada y relacionada con todos los grupos de interés: administración, centros tecnológicos y empresas». Al preguntarle si ha tenido tiempo de introducir cambios, se muestra prudente y muy correcto: «Pasa como en todas partes. Cuando alguien se incorpora le da su toque personal, pero eso se va viendo poco a poco. Por mi experiencia sé que es mejor no hacer un viraje brusco, sino pequeñas acciones que van encaminadas hacia un objetivo que se plasmará a largo plazo«.

Navarra, que fue pionera a la hora de disponer de un sistema propio de I+D+i, cuenta con ADItech para coordinar y fomentar la colaboración de agentes diversos que desarrollan su actividad en alguna de las seis áreas de la Estrategia de Especialización Inteligente (S4). En la actualidad son 31, y entre sus misiones está, por ejemplo, que un centro de investigación en medicina personalizada pueda trabajar con otros especializados en robótica o en alimentación. Esa coordinación se da en varias capas, incluida la del personal investigador, algo que Garrido indica que es una de sus señas de identidad. «Formamos comunidad, fomentamos el conocimiento entre personas para posibilitar la realización de proyectos en común«.

El patronato de ADItech viene a ser como su consejo de administración y está integrado por diez personas que gestionan cuatro áreas: colaboración, excelencia, internacionalización y ADItech y sociedad. La fundación, privada y sin ánimo de lucro, desarrolla iniciativas que materializan los objetivos promovidos desde esos cuatro ejes, entre las que destacan SIESS (optimización de infraestructuras y equipamientos compartidos), SciencEkaitza (reconocimiento y divulgación de la cultura científica), Foco ADItech (retrato profundo de la relación de la sociedad con el SINAI), Ecosistemas de innovación (diálogo abierto entre empresas, clústeres, administración y SINAI), Dinamo (lugar de encuentro para las y los investigadores del SINAI), Comunidad Europa (lugar de encuentro para profesionales del ámbito europeo) u Horizonte Redes (dinamización del SINAI en las principales redes europeas).

Aunque se siente satisfecho por el grado de cooperación entre los agentes que forman parte de ADItech, Garrido aún ve margen de crecimiento. «Hay recorrido para aumentar en esa colaboración y que se traduzca en proyectos que puedan resaltar a escala nacional y también europea». Para ilustrarlo, nos dice que en la última convocatoria de proyectos colaborativos el presupuesto de los presentados duplicaba el presupuesto disponible, «y las bases exigen que en cada uno participen al menos dos agentes del SINAI diferentes».

Presumimos de que Navarra es una comunidad puntera en investigación. ¿La perciben así desde la atalaya de ADItech? Garrido responde afirmativamente. Por una parte, lo dicen los datos: terminó 2020 como la tercera región en gasto en I+D por habitante, con 541 euros, sOlo por detrás del País Vasco (674,5) y Madrid (607), y destina el 1,9 % de su PIB a la investigación, siendo la media del país el 1,41 %.

«pero también hay que tener en cuenta las áreas en las que estamos especializándonos. Por ejemplo, la medicina personalizada, donde somos punteros. También está el Polo de Innovación Digital de Navarra Iris, cuyo objetivo es apoyar y acelerar la transformación digital de las empresas, pymes, autónomos, así como del sector público de Navarra, y que cuenta con financiación europea. Unimos medicina personalizada con digitalización, también con la biología sintética… Pero además estamos en la movilidad autónoma y otras áreas fundamentales para la economía de la región, como puede ser la cadena alimentaria o las energías renovables, en las que es puntera y modelo», remarca.

Ya, pero los vientos que soplan no son precisamente los más favorables para alcanzar los objetivos que persigue ADItech, objetamos. Diego Garrido desmonta nuestro argumento. «Desde 2020 estamos en un ambiente en el que la ciencia y la investigación se han visto reconocidas y valoradas. Estamos aquí en una habitación cerrada, sin mascarillas y con bastante tranquilidad gracias a que hemos sido vacunados todos. Y eso ha sido posible porque hubo un trabajo previo, de muchos años, en la tecnología del RNA mensajero. También se pone en valor la labor realizada en torno a la energía: no es algo que nazca ahora, viene de todo lo que se ha ido haciendo».

«Se piensa que la ciencia, al ser algo innovador, tiene superados conceptos como el del techo de cristal o la discriminación. Pero no es así».

Cuando se habla de estos asuntos surge el tema de la escasa presencia femenina en las carreras STEM. ¿Preocupa mucho este tema a ADItech? «Sí. De hecho, nuestra iniciativa Científicas ilustradas está muy en la línea del Gobierno de Navarra de fomento de esas carreras entre niñas y adolescentes. Además del conocimiento, damos visibilidad al liderazgo. Todos adoptamos modelos y en ciencia casi todas las personas que han alcanzado un reconocimiento son hombres, en muchas ocasiones tapando la labor de las mujeres. Mostramos a científicas navarras que lideran proyectos, son investigadoras principales, y lo hacemos combinándolo con el arte porque la ciencia no puede dejar de lado las humanidades».

Dice que hay titulaciones en las que puede pesar el hecho de ser tradicionalmente masculinas, como la ingeniería mecánica, pero hay otras áreas que apenas cuentan con mujeres en las que no sirve esa explicación porque son nuevas. Ahí están la inteligencia artificial o la programación. «Por otra parte, se piensa que la ciencia, al ser algo innovador, tiene superados conceptos como el del techo de cristal o la discriminación. Pero no es así», sentencia.

Garrido es el director general de ADItech desde hace diez meses, aunque ya formaba parte de la entidad anteriormente.

Garrido es el director general de ADItech desde hace casi diez meses, aunque ya formaba parte de la entidad anteriormente.

Insiste en que la investigación «es una carrera a largo plazo», donde hay que ir invirtiendo y previendo las necesidades futuras. «Porque, cuando se nos planteen de una forma brusca, como está ocurriendo en el caso del suministro energético, debes tener un conocimiento previo sobre esa tecnología para ser capaz de ofrecer soluciones. Esta comunidad ha apostado por las energías renovables y a nivel nacional se ha conseguido una cierta independencia en el caso del gas. Parcial, sí, pero en cualquier caso mucho mayor que la de otros países. Pues eso se consigue con un trabajo previo, con inversiones públicas y privadas en investigación, y yo entiendo que el empuje de la Administración es fundamental para fomentar ese tejido que desarrollará la tecnología que nos permitirá responder cuando se presente la necesidad». Esa actividad prospectiva se lleva a cabo en el comité de seguimiento de la S4, que marca las líneas a seguir en las materias en las que Navarra quiere especializarse.

Diego Garrido nació en Logroño hace 46 años. Estudió Química porque ofrecía formación científica en diversas áreas. «De hecho, en mi tesis doctoral me fui por el lado de la ingeniería química combinada con la biotecnología y lo que ahora llamaríamos la inteligencia artificial. Versaba sobre el modelado de un proceso biológico de fermentación industrial, me atraía ese mundo». Obtuvo una beca que le llevó al Instituto de Catálisis y Petroquímica del CSIC, lo que le abrió la posibilidad de hacer su tesis doctoral en el centro. Pero decidió llevarla a cabo, con otra beca de formación para personal investigador, en la Universidad de La Rioja. «Fue una elección compleja que probablemente marcó mi futuro. La vida es así, tienes que tomar decisiones tan estratégicas como la carrera que vas a hacer o la tesis doctoral a una edad en la que menos amueblada tienes la cabeza. Luego das muchas vueltas, empiezas una carrera de investigación y acabas gestionando. Hay que quitar un poco de hierro a la etapa académica”.

«Das muchas vueltas, empiezas una carrera de investigación y acabas gestionando. Hay que quitar un poco de hierro a la etapa académica».

Antes de acabar la tesis le llamaron desde una firma del sector agroalimentario, Eurochamp, donde empezó a trabajar en Calidad y acabó en la Dirección Industrial. La empresa consolidó una importante alianza con The Real Green Food Company (Gvtarra). «Durante nueve años disfruté porque desarrollábamos proyectos variados, y aprendí mucho de cómo tener una visión práctica para abordar problemas con los recursos disponibles» (el año pasado, Eurochamp compró el negocio de champiñones en conserva de The Real Green Food Company por 14 millones de euros).

Como representante de The Real Green Food Company (entonces Grupo Riberebro), que participaba en el SINAI, entró en el Patronato de Aditech convencido de que «es imposible hacer algo estando aislados». «Lo mejor era conectarse con la mayor cantidad posible de agentes del entorno, también a nivel nacional y europeo». Previamente, también representando a la firma navarra, formó parte del Clúster de empresas de alimentación del Valle del Ebro (Food+I), que llegó a presidir y desde donde insistió en su apuesta por la colaboración y la conexión.

Finalmente, el 27 de diciembre de 2021 fue nombrado director general de ADItech: «Trabajamos para que las empresas y el resto de agentes del SINAI trabajen, y trabajen de una forma más cercana. También para que la sociedad conozca la ciencia que se hace en Navarra», resume.

Entre las funciones de Garrido está la coordinación del SINAI, el Sistema Navarro de I+D+i.

Entre las funciones de Garrido está la coordinación del SINAI, el Sistema Navarro de I+D+i.

El hecho de terminar la tesis mientras trabajaba le ayudó a visualizar «el valor del tiempo y del esfuerzo». Dice que lo consiguió porque se empeñó. Pero de su expediente se deduce otra razón: era un estudiante brillante, fue sobresaliente cum laude, mención de doctor europeo y premio extraordinario de doctorado. Reconocimientos que le hicieron «especial ilusión porque fue… muy complicado». «Me conocían todos los guardas de seguridad de la universidad porque llegaba el fin de semana y acampaba allí».

ENTRE LOS SIGLOS X Y XVI

De esta etapa procede uno de los principios que han dirigido su trayectoria. «Cuando tienes un objetivo a largo plazo, todo el conjunto de pequeñas cosas que vas haciendo están orientadas a conseguirlo. Es la forma de evitar que te vengas abajo«. Añade que otras actividades les enseñan «eso mismo» a diario y se calla mientras sonríe. Parece una invitación a que le preguntemos cuáles son, lo hacemos y nos sorprende al contestar que está hablando de las artes marciales.

«Empecé tarde, allá por 2010. Primero hice esgrima y luego pasé a la actividad que practico hoy en día, choy lee fut. Una modalidad china de kung fu«. En 2019, con 43 años, consiguió el cinturón negro en un examen «rodeado de chavales de 20». «Me ha enseñado mucho: a respetar al adversario; a trabajar a largo plazo, porque los conocimientos y técnicas se van aprendiendo con el tiempo; la importancia del esfuerzo personal; y que nunca hay que venirse abajo. En un combate todo puede pasar, estás recibiendo golpes y tocados, pero siempre puedes remontar o al contrario, de acariciar la victoria te encuentras en la lona».

«Hice esgrima y luego pasé a la actividad que practico hoy en día, choy lee fut, una modalidad china de kung fu».

Vuelve a dejarnos descolocados cuando añade, de nuevo con una sonrisa que tiene algo de traviesa, que además ha aprendido a trabajar en equipo gracias a otra de sus actividades: «la recreación histórica«. Ah, ya, reproducir batallas en dioramas con soldaditos, ¿no? «No, no, con humanos». La verdad es que Diego Garrido es la primera persona que conocemos que se dedique a tales menesteres. Nuestro pasmo debe de ser evidente porque, sin preguntarle más, nos lleva de la mano por un mundo que ignoramos. Forma parte de dos asociaciones que recrean eventos ocurridos entre los siglos X y XVI. «Tenemos una historia muy rica, prácticamente en cualquier pueblo han sucedido hechos que merecen ser recreados: el asedio de Logroño, la batalla de Atapuerca… hay miles. Y lo hago en familia, mi hija se vistió de época por primera vez cuando tenía tres meses».

Llegó a esta poco común actividad a través de la esgrima, y más concretamente de la esgrima antigua. «Así empiezas a profundizar. Si además te gusta la historia, quieres vivirla y difundirla. Y una forma de hacerlo es la recreación. Tratamos de reproducir un hecho histórico de la forma más objetiva posible«. Eso conlleva vestirse con la ropa y armaduras de la época correspondiente. «Y como entonces no existía YouTube tienes que basarte en textos, cuadros e ilustraciones que a veces son una fantasía. Visitas museos para ver armas auténticas y luego encargar réplicas que sean lo más fieles posible. Investigas mucho, vaya».

Se nos ocurre que su pelo largo y su poblada barba formarán parte del atrezzo… Y otra vez parece que nos hemos equivocado. «Hombre, se ve mucho barbudo en estos ambientes, pero también gente sin barba», concluye de nuevo sonriente.

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