Ramón Gonzalo es natural de Logroño (julio de 1972), pero se mudó a Pamplona con 18 años para graduarse en la primera promoción de Teleco. Cuando acabó la carrera estudiantil empezó la académica, así que lleva en la UPNA “toda la vida”, 29 años, por lo que se siente personal y profesionalmente “directamente vinculado a la universidad en todo su crecimiento, desde la construcción de los edificios”. Ha formado parte del equipo de Alfonso Carlosena como vicerrector de Investigación, y aunque reivindica su contribución y la experiencia que ha vivido, asegura que su candidatura no es continuista. “Creo en una universidad de las personas, todo mi proyecto es por y para ellas. La institución no son las paredes ni el campus, sino las personas que la componen”, recalca.
-¿Su candidatura es la de la continuidad?
– Bueno, depende de lo que se entienda por continuidad. Ahora formo parte de un equipo, pero me presento a rector porque tengo un proyecto propio, mi propia forma de ver la universidad. La idea es mantener lo que está funcionando, o mejorarlo, y tratar de cambiar lo que funciona peor. Y además de eso, cada uno tiene su sello: Alfonso Carlosena es una persona y Ramón Gonzalo otra. Con mi forma de trabajar.
“La UPNA es una de las universidades más potentes a escala nacional en la transferencia de conocimiento”.
– Continuidad como experiencia me refería, ¿qué ha funcionado y qué no?
– Eso sí, haber sido parte del equipo de dirección de la universidad es muy importante para presentarse a rector, porque supone una experiencia acumulada de gestión. Es fundamental. La universidad es una institución especial, y además la UPNA es pública. Los procesos y procedimientos administrativos son los propios de una administración pública.
Creo que ha funcionado bien lo relacionado con grados, hemos hecho un aumento enorme de la oferta académica. También la investigación, se han consolidado los dos institutos de investigación que había y hemos creado cuatro nuevos. Están funcionando muy bien, incluso con refuerzo de políticas de apoyo tanto de personas como de infraestructura. Estamos haciendo una apuesta muy importante por Europa, intentamos que nuestros investigadores accedan a proyectos tanto individuales como colaborativos, con especial hincapié en los jóvenes investigadores.
Con los estudiantes también hemos trabajado: hemos conseguido que de una asociación de estudiantes que había pasemos a ocho. Desde el punto de vista de participación estamos contentos.
– La candidata rival apuesta por intensificar las relaciones con la sociedad, con el tejido empresarial
– Hay una política de alianzas estratégicas enorme: hemos creado un centro de investigación mixto con Salud, Navarrabiomed. Hemos entrado en el Idisna, el Instituto de Investigación Sanitaria. Tenemos un acuerdo de colaboración con Naitec sobre automoción y mecatrónica. Hemos participado muy activamente en la estrategia S3 de desarrollo regional de Navarra, somos parte del equipo promotor. Somos miembros de todos los clústeres. Tenemos estrecha colaboración con el Gobierno y el Parlamento en cátedras de patrimonio inmaterial, mujer, ciencia y tecnología, cátedras con MTorres y las empresas familiares, tenemos un acuerdo con Nasertic… la política de alianzas con el entorno ha sido fundamental y estratégica durante esta legislatura, y debe seguir siéndolo. La conexión con el entorno es importantísima, la UPNA es una de las universidades más potentes a escala nacional en la transferencia de conocimiento. La universidad pública es la que más proyectos tiene en proyectos colaborativos con empresas. Y tenemos que seguir con eso.
“La política de alianzas con el entorno ha sido fundamental y estratégica durante esta legislatura, y debe seguir siéndolo”.
– 30 años dan para tener muchos egresados, también apuesta por reforzar esa relación
– Sí, son muchos y muy valiosos. Lo hacemos, pero debemos intensificar esa relación, porque son lo mejor de la universidad. De hecho, es uno de mis 11 proyectos estratégicos.
– ¿Qué tal las relaciones con la Universidad de Navarra?
– La relación con la Universidad de Navarra es muy buena y muy fluida, y así debe ser. Estamos todos en el mismo sitio y tenemos el mismo interés: desarrollarnos y que eso repercuta en el entorno. Estamos haciendo proyectos conjuntos con la Universidad de Navarra, sobre todo en captación de personas. El Gobierno de Navarra es el tractor, y las universidades empujamos para lograr proyectos a escala europea. La Universidad de Navarra es la mejor privada de España, y eso también nos motiva a nosotros.
– Medicina es la gran apuesta para el futuro inmediato
Sí, se empezó a trabajar hace dos años. Se montó una comisión entre Educación, Salud y la UPNA para estudiar la viabilidad, y la conclusión fue que era viable y una apuesta trascendente para Navarra. A partir de ahí se contrató una consultora externa, que realizó un estudio de las necesidades económicas a lo largo de los años, las necesidades de personal. Y todo basado en una formación novedosa, vinculada a muchos grupos de prácticas. Con esa base, personal de la UPNA y del Complejo Hospitalario de Navarra redactaron una memoria, que estuvo en exposición pública para que todo el mundo pudiese hacer contribuciones, y luego se aprobó por parte del rectorado y se envió a la Aneca. Es un proceso de dos años, más que meditado.
– ¿Qué proyectos tiene para el campus de Tudela?
– Mi apuesta ahí ya está en marcha. El Ayuntamiento de Tudela tiene que definir la estrategia de la ciudad y la UPNA alinearse con ella. Que decidan sobre qué quieren apostar, y nosotros apoyaremos su desarrollo regional. La universidad no debe ser tractora, sino apoyar y aportar en todo lo que pueda: grados, cursos, títulos propios… lo que sea.
“Medicina es una apuesta viable y trascendente para Navarra; es un proyecto más que meditado”.
– ¿Y cuáles son sus apuestas de gestión?
– El centro de mi candidatura son las personas: profesores, personal de administración y servicios y estudiantes. Por eso apuesto por un plan de estabilización para el profesorado y un plan de capital humano para el personal de administración y servicios. También hay un proyecto más enfocado a estudiantes, que es hacer makerspaces, espacios de cocreación donde puedan colaborar y desarrollar ideas y actividades. Y por último un plan de transformación digital. Es necesario dar un salto para adaptar la universidad a los nuevos tiempos, y eso nos debe dar pie a una cosa muy importante: reducir los procedimientos burocráticos, que están siendo una auténtica pesadilla. También quiero que nuestra escuela de posgrado sea un centro con capacidad docente, asociar nuestros institutos de investigación con másteres de investigación y programas de doctorado específicos.
– Algunas voces critican la reestructuración departamental
– Ha sido un ajuste razonable, pero debemos dejar pasar algo de tiempo para que termine de funcionar. El mayor problema es la reestructuración de las unidades administrativas que dan apoyo a centros y departamentos. Hay algunos desajustes, y hay que ver qué está fallando y ajustarlo.
– ¿Qué tal las relaciones con el Gobierno?
– El convenio plurianual es la respuesta. Eso supone por fin que los dos apostamos por un modelo común. Refleja una apuesta clara por la financiación, y es lo mejor que le puede pasar a una universidad, porque le da estabilidad. Estamos alineados, y nos permite mirar al futuro, planificarlo. Antes era una discusión anual por el presupuesto. El 76% o 77% de nuestro presupuesto, que es de 74 millones aproximadamente, va al pago de nóminas. Algo más del 10% va a gastos generales. Eso ya suma el 88% o el 90%, así que el margen real para hacer cosas es muy pequeño. Con estabilidad, se pueden hacer más cosas en varios años.