Todas las aventuras que ha iniciado Álvaro Benito a lo largo de su trayectoria profesional están unidas por un mismo paradigma: alcanzar la mejor versión de sí mismo. “En el proceso y en el camino está la riqueza, más allá de que, a veces, los resultados sean visibles o no”. De alma emprendedora, le encanta marcarse objetivos en el horizonte a medio y largo plazo para intentar pelear por ellos. Así lo ha hecho en cada proyecto vital en el que se ha involucrado: desde su etapa como futbolista profesional hasta la creación de Pignoise, pasando por su faceta como entrenador y analista en medios de comunicación. Ahora, además, está en pleno desarrollo de una nueva idea, sobre la que prefiere no revelar más detalles por el momento.
Si hoy tuviese que aconsejar algo a aquel joven veinteañero que disfrutaba del balón sobre el césped y soñaba con ver hasta dónde podría llegar en la elite del fútbol, lo tendría claro: “No corras a por ese balón”. Aunque mientras lo pronuncia, reflexiona en voz alta que en realidad se trata de una tontería. Porque, sin aquella lesión, hoy no sería quien es. “La vida se vive en el presente. Y, si rebobinásemos manteniendo la mente de una persona de 30 o 40 años, ni siquiera disfrutaríamos igual de aquel pasado. Claro que me hubiese gustado hacer mi carrera como futbolista. Cada uno tenemos nuestro camino, nuestras batallas que librar… e intentamos hacerlo de la mejor manera”, resalta a Capital Sport.
Trabaja prácticamente los siete días de la semana. De hecho, ahora no disfruta de mucha vida social. Y los pocos huecos libres que logra sacar de su apretada agenda, los emplea para estudiar música, componer o pensar nuevas metas de cara al futuro. A veces termina exhausto, pero el cansancio no impide que se mantenga fiel a su consigna: “Solo se vive una vez y no me voy a quedar parado”.
Ahora está en plena gira con ‘Diversión‘, el nuevo trabajo que ha sacado junto a su grupo, Pignoise, que ha vuelto a reencontrarse después de siete años. Además, viaja allá donde le toque para comentar partidos de fútbol con Movistar Plus+. De hecho, un día después de realizar esta entrevista, debía cubrir el partido de Champions entre el Real Madrid y el PSG en el Santiago Bernabéu.
“Para mí, el fútbol es un trabajo en el que me siento cómodo. Y la música ahora mismo es un disfrute. Valoro mucho estos momentos de mi vida porque todo pasa muy rápido e intento agarrarme bien a lo que estoy experimentando porque soy un privilegiado”. También habla sobre el deporte rey en el diario As y colabora en Cadena Ser.
“Tenía tiempo y canciones escritas. Todos queríamos volver a la carretera y a tocar en directo, que es lo que más nos gusta”.
La vuelta de la banda, formada por el cantante salamantino, el exfutbolista del Rayo Vallecano Héctor Polo (batería) y Pablo Alonso (bajista del grupo a quien Álvaro conoció a través su hermana), ha sido celebrada por sus fans. Los tres integrantes del grupo tenían ganas de volver a tocar y, tras la experiencia de Álvaro como entrenador, surgió la oportunidad: “Era el momento, tenía tiempo y canciones escritas. Todos queríamos volver a la carretera y a tocar en directo, que es lo que más nos gusta”.
El paso del tiempo es uno de los ejes en los que está inspirado el nuevo disco, que se cocinó en 2019 y presentará en Pamplona el próximo 18 de marzo, viernes. Concretamente, en la sala Zentral. Una plaza de la que guarda un gran recuerdo: “Siempre hemos tenido buen público en Pamplona. Si escuchas el disco de arriba abajo, habla bastante sobre lo rápido que pasa este viaje. Aunque no siempre escribo de forma tan evidente ni las canciones, por lo general, son tan explícitas”, manifiesta el vocalista de la banda.
“La música estaba ya en mi vida, aunque jamás me hubiese podido imaginar un futuro profesional en ella siendo jugador del Real Madrid. No hay manera de compaginar eso (risas)”.
LA TRANSICIÓN
Aunque desde crío estuvo vinculado al fútbol, en paralelo también desarrolló su lado más artístico. Su padre tocaba la guitarra acústica y creció con unas cuantas en casa, pero él se decantó por la eléctrica.
“La música estaba ya en mi vida, aunque jamás me hubiese podido imaginar un futuro profesional en ella siendo jugador del Real Madrid. No hay manera de compaginar eso (risas). Pero ya tenía mi guitarra y era de comprarme discos, CD… Siempre he sido un melómano”, rememora.
LA MÚSICA, UNA “CURACIÓN MENTAL”
Como futbolista y tras una irrupción brillante en el primer equipo blanco, tuvo que convivir con repetidas lesiones hasta verse obligado a retirarse. Precisamente, la música le dio un nuevo horizonte hacia el que encaminar su vida: “En ella empecé a volcar mi tiempo y a focalizar mis emociones. Cuando ya me retiré, me ayudó a tener un objetivo y sacar la banda adelante. Fue una curación mental para mí, me permitió alejarme del fútbol y cicatrizar”.
De la misma forma que había hecho con el deporte rey, puso todo su empeño en llegar a ser profesional de la música. El proceso duró cuatro o cinco años. “La vorágine de unir gira tras gira, ininterrumpidamente, fue como estar en un campamento de verano de forma continuada”, asegura.
Su perspectiva sobre la vida también cambió: “Cuando aterricé en la perspectiva terrenal, ya fuera de los focos del fútbol, pude disfrutar quizá todo lo que no había disfrutado en la adolescencia, en el proceso de la lesión… El mundo del fútbol es una realidad paralela. Por ejemplo, de adolescente te metes en una burbuja diferente al resto. Y cuando debuté en primera, con dieciocho, la vida me cambió de una forma muy drástica a todos los niveles”, subraya para incidir acto seguido en que las personas, en parte, están hechas por las circunstancias que les rodean.
“Si tu circunstancia es jugar en el Real Madrid, te acabas adaptando a tener ese tipo de vida, un poco aislado, fuera de la vida social y de otros ámbitos, porque hay muchas cosas que no puedes hacer por tu condición. Yo no lo llevé muy bien, me gustaba ser una persona más bien anónima y luego, curiosamente, terminé teniendo todos mis trabajos de cara al público”, evoca.
“Cuando debuté en primera, la vida me cambió de una forma muy drástica a todos los niveles”.
Fue la insistencia de Josep Pedrerol, cuando este presentaba Punto Pelota, (temporada 2007- 2008), la que le hizo debutar en un plató de televisión. Primero le invadieron las dudas, pero enseguida descubrió su inquietud por analizar los ‘porqués del juego’. Entonces se planteó sacarse la titulación de entrenador de fútbol. Años más tarde empezaría a ejercer labores de técnico en la cantera del Real Madrid, además de sellar nuevas colaboraciones con diferentes medios: “Al principio no quería ir al programa porque nos habían dado mucha cera en la música por el hecho de haber sido futbolista. Me alejé todo lo que pude del fútbol, pero Pedrerol insistió y un día fui, me puse a hablar de fútbol y ese fue el germen de todo lo que ha pasado después”.
En 2018 le llegó la oportunidad de formar parte de Movistar Plus+. Primero participó en programas y, desde que dejó de entrenar en 2019, comenzó a comentar partidos. El año pasado dio un paso más dentro de las retransmisiones y comenzó a viajar a los estadios. “Ha sido un proceso inesperado porque yo estaba concentrado en ser entrenador y pasaba las horas de mi vida intentando mejorar para llegar a la elite”, apostilla.
Habla “tal y como le sale”, con naturalidad. “No he seguido ningún plan. Intento que, aun siendo técnico, cualquiera con un mínimo interés por el juego pueda entenderme. Hay que hablar de lo que está sucediendo, pero siempre tratando de aportar y enriquecer con los comentarios”, especifica.
“Intento que, aun siendo técnico, cualquiera con un mínimo interés por el juego pueda entenderme. Hay que tratar de aportar y enriquecer con los comentarios”.
Está claro que el deporte se vive con una pasión que, en ocasiones, puede resultar incluso desmedida. Y él ha convivido con esa realidad desde que fue jugador blanco: “Estoy habituado a recibir criticas, incluso con la música, ya que el gusto es muy subjetivo. Lo importante para mí es lo que vivo de puertas para dentro. Intento hacer lo mejor posible mi trabajo y el cariño que recibo es abrumador. Todo el mundo sabe que mi corazón es del Real Madrid, pero sería una falta de ética profesional por mi parte que se me notase. Incluso, a veces, intento elogiar menos al equipo por si acaso (risas). Pero intento ser natural. Lo peor en esta vida es no ser tú por intentar agradar a alguien”, concluye.
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