jueves, 12 diciembre 2024

Miguel Ángel Antoñanzas afronta una nueva etapa tras 26 años en CNN

Durante casi media vida, este periodista sangüesino de 57 años ha trabajado para CNN en Español y la extinta CNN+. Ahora deja el gigante mediático para reinventarse a través de la Inteligencia Artificial aplicada a la comunicación, la creatividad de los formatos y la divulgación cultural: "La IA va a ser una herramienta de trabajo tan importante o más que la red".


Pamplona - 31 julio, 2023 - 06:00

El navarro, de 57 años, se mudó a Estados Unidos en 1997 sin tener garantizado un empleo. (Fotos: cedidas)

La década de 1970 fue la época de oro para el cine de catástrofes. AeropuertoTerremoto, El coloso en llamas… Un pequeñísimo Miguel Ángel Antoñanzas devoraba todos estos clásicos desde su Sangüesa natal. Con el paso del tiempo, ese bagaje cinematográfico le llevó a imaginar filmes protagonizados por los propios vecinos de la merindad y cuyos escenarios se focalizaban en sus rutas naturales, sus caminos de montaña y los ríos Aragón, Irati y Onsella. “Por ejemplo, se me ocurrió un día hacer un guion sobre qué pasaría si el pantano de Yesa reventara”, recuerda entre risas.

Detrás de aquella anécdota infantil, ya se podía intuir una vocación que este navarro no tardó en tomar por bandera: contar historias. El mismo deseo que le llevó a abandonar la Comunidad foral para estudiar Periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona. Antoñanzas iba en busca de aventuras, una actitud que aún lo acompaña: “La universidad tenía un tope de estudiantes y era posible que no me cogieran. Un día me llamaron ofreciéndome la oportunidad de matricularme, pero tenía que hacerlo de un día paara otro. Así que me busqué la vida para coger un tren de noche”.

“Me subí a un avión con los ahorros que tenía y aterrice en Nueva York sin nada asegurado”

Era el otoño de 1985 y también la primera vez que vivía fuera de casa. Tras la carrera, probó suerte en el mercado laboral de la capital catalana. Así fue como llegó a participar en una formación impartida por la Radio Televisión Olímpica (RTO) para participar como colaborador en los Juegos Olímpicos celebrados en Barcelona en 1992. Pero, por aquel entonces, el joven periodista no vislumbraba grandes certezas laborales. “Cuando me llamaron para trabajar en los Juegos Olímpicos, estaba cursando un año de inglés en Irlanda con mis ahorros. Pero no me podían asegurar una plaza. Así que decidí completar mi formación en tierras irlandesas y después volví a Barcelona, pero no encontraba ofertas de empleo. El sector estaba entonces muy mal”, relata.

Aquella situación lo llevó a regresar a Navarra en 1992, a comprar una cámara Sony y a dedicarse a trabajar “en la BBC”. “No en la cadena inglesa, sino en bodas, bautizos y comuniones”, añade con desparpajo. Pero Antoñanzas aprovechó la ocasión para dar rienda suelta a todas sus inquietudes. Siguió haciendo cursos de guion, televisión y periodismo, además de colaborar en el antiguo Navarra Hoy: “Hice muchas cosas, aunque no tuviese asegurado un pago por ello. Es un poco la precariedad que muchas veces hay en España, siempre haciendo malabarismos para conseguir algo y que te paguen tarde y mal”.

Antoñanzas cubrió las elecciones presidenciales de 2020 en Georgia, un estado clave para la victoria de Joe Biden sobre Donald Trump.

Durante el curso de la RTO, Antoñanzas entabló amistad con Carmen Leiva, quien participó en la cobertura de los Juegos Olímpicos de 1992. Cuatro años después, esta profesional dio el salto a Estados Unidos para hacer lo propio con los Juegos de 1996, celebrados en Atlanta. “Llegó un punto en el que estaba preparado para salir de nuevo y, en concreto, perseguir mi particular sueño americano. Así que volví a contactar con Carmen, que ya se encontraba ahí, para evaluar esta posibilidad. Me subí avión con los ahorros que tenía y aterrice en Nueva York para buscar trabajo, sin nada asegurado”, relata.

MÁS ALLÁ DEL SUEÑO AMERICANO

En aquel momento, CNN estaba poniendo en marcha una división en español desde la capital de Georgia. Una oportunidad que el navarro no dejó escapar. Tras realizar una entrevista, fue fichado por el gigante mediático para atender a su público hispanohablante. “Trabajaba tres días de editor de vídeo y dos noches de fin de semana como redactor. Pronto me propusieron ser productor, aunque no tenía ni idea de cómo hacerlo. Eso sí, la empresa tenía claro que podía asumir labores con más responsabilidad y que tenía clara la línea editorial. Y me lancé a ello porque confiaban en mí”, explica con orgullo.

Dos años después nació CNN+, que creó una corresponsalía en la central de CNN en Atlanta. El sangüesino trabajó en ella durante doce años. “Al principio, fue complejo estar en Estados Unidos porque tenía que aprender cómo funcionaba su sistema político y económico, que es muy distinto al español. Pero viví muchas cosas que han pasado a la historia: el escándalo de Mónica Lewinsky, varios Premios Óscar y huracanes, la guerra de Irak, la tragedia de las torres gemelas, exposiciones artísticas de Latinoamérica y España en el país…”, rememora.

El periodista sangüesino ha cubierto numerosos acontecimientos históricos desde la central de CNN en Español.

En este punto de su historia, podría decirse que pudo saciar sus sueños de la infancia. Además, aquellas vivencias entrañaban una gran lección de vida: la pasión puede disipar el miedo. ¿Un ejemplo? Las tormentas eléctricas de Texas: “Había rayos cayendo por todos lados. Nunca había visto uno tan de cerca. Encima, había autopistas cortadas por un yate o un barco, al más puro estilo de la película Twister. Se sumaban los dolores de cabeza por el ruido, el olor a azufre y gestionar los nervios de las personas. Pero, en aquel momento, lo más importante era dejar constancia de lo que estaba sucediendo”.

UN NUEVO CAPÍTULO

En 2010, Antoñanzas dejó la extinta CNN+ y volvió a CNN en Español, donde ha ejercido hasta ahora como redactor y productor de segmentos. Su trayectoria le ha permitido ser testigo privilegiado de los cambios experimentados por el sector de los medios, así como de la crisis de confianza que aún padece. “Mi padre decía que la mentira tiene las patas pequeñas, pero las redes sociales se las ha alargado. Además, son una competencia muy grande en un contexto en el que es muy fácil encerrarse en burbujas ideológicas. Pero creo que los medios tenemos nuestra oportunidad en la comprobación de los hechos”, reflexiona.

“Mi padre decía que la mentira tiene las patas pequeñas, pero las redes sociales se las ha alargado

De ahí que el periodista navarro, de 57 años y que visita cada seis meses su querida Sangüesa, prepara una nueva etapa profesional tras más de dos décadas en la cadena norteamericana. Una fase que quiere aprovechar para profundizar en la Inteligencia Artificial aplicada a la comunicación, la creatividad de los formatos y la divulgación cultural.

“Ahora se abre un nuevo capítulo, que para mí es comparable a la llegada de internet. La IA va a ser una herramienta de trabajo tan importante o más que la red. No sé dónde terminaré, pero creo que ya he conseguido mucho”, valora. Y no habla del sueño americano tradicional, sino del suyo propio: “encontrar un trabajo que me llene mucho y a través del que conozca a personas interesantes, viaje y cultive la creatividad”.

Esta entrevista forma parte de la Estrategia NEXT del Gobierno de Navarra.


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