El bagaje de Mónica Naranjo (Figueras, 1974) abarca un sinfín de ámbitos culturales: quince álbumes, diez giras, un libro y participaciones en varios programas televisivos como Tu cara me suena o La isla de las tentaciones. En sus casi treinta años de trayectoria, ha compartido escenario con referentes de la música como Rocío Jurado, Gloria Trevi o Luciano Pavarotti. Su cabello bicolor y su potente registro vocal la convirtieron en el icono de una época. Pero, además, es un referente feminista y una ardiente defensora de los derechos de la comunidad LGBTI.
Ahora, la ‘Pantera de Figueras’ está sumergida en la producción de un repertorio que compuso durante el confinamiento, cuyo lanzamiento llegará en 2022. Y Netflix la fichó para presentar su nuevo reality, Amor con fianza. Entre tanto, celebra con su gira Puro Minage el vigésimo aniversario del álbum que defendió férreamente ante su sello discográfico y con el que rompió las expectativas del mercado. Tras varios retrasos por las restricciones de la crisis sanitaria, el espectáculo aterriza este sábado en el Navarra Arena con el mismo aire rompedor de ‘Minage’. Pasa de los grandes escenarios a un encuentro íntimo, donde su voz brilla con la compañía de un piano.
¿Qué queda de la Mónica Naranjo ‘pop’ de Palabra de Mujer en su actual tour, Puro Minage?
De momento, queda todo. Acabamos de empezar y no puedo decir que estoy cansada. En octubre dimos el pistoletazo de salida en Valencia, luego Madrid… Teníamos que hacer este concierto en Navarra en el mes de marzo y, debido a la situación que hemos vivido, no hemos podido celebrarlo. Pero es que estoy entera desde entonces hasta ahora.
“Un concierto lírico es una caída al vacío. Tienes que cuidarte como un pollito porque cualquier cosa puede hacerte daño”.
¿Cuál es su relación con Pamplona?
La vida de los artistas se resume en un gran conocimiento de aeropuertos y hoteles. No disponemos de tiempo para disfrutar de las ciudades. Esa es nuestra cruda realidad. Me hubiera encantado decirte : “¡Ah! Estuve en el año tal en los Sanfermines…”. Pero es que no ha sido así. La única vez que he estado en Pamplona, comí unos pinchos con unos amigos en el centro a mediodía, y luego nos metimos en la tele porque teníamos trabajo que hacer.
¿Es la Mónica Naranjo del escenario la misma que vemos en Tu cara me suena o La isla de las tentaciones?
Sí, aunque siempre me adapto al guion. Cuando canto, la canción me marca la pauta, y lo mismo en la televisión. Pero los personajes en ambos sitios son un reflejo de lo que soy.
Usted fue el icono de una época. ¿Cree que los cantantes de ahora aspiran a alcanzar una meta tan alta? ¿Lograrlo es ahora más complicado?
Los tiempos han cambiado mucho. Antes hablábamos solo de la ventas físicas, y ahora hablamos de las ventas digitales, de las visualizaciones en YouTube, las reacciones en las redes sociales… La industria ha cambiado mucho. Lo bueno de internet es que se ha convertido en una ventana abierta a todas las personas que quieren entrar en la cultura. Pero, en el día a día, no damos a basto. Surgen tantos artistas que no podemos escucharlos a todos.
Puro Minage es un concierto de corte más íntimo. ¿Responde a una adaptación a las exigencias de la crisis sanitaria o a un cambio de rumbo personal?
No responde al contexto actual. Era algo que mi equipo y yo teníamos pensado hacer desde mucho antes del inicio de la crisis sanitaria. Comentamos la posibilidad de promover una gira de recitales para poder celebrar este aniversario y todo lo que supone el álbum para mí cuando nos reunimos con Sony Music. Pero, después, vino la pandemia.
¿Podemos esperar más giras de este tipo en el futuro?
Un artista tiene que saber repartirse un poquito. Poner en escena multiconciertos es muy chulo, sobre todo, por la posibilidad de que asistan 10.000 o 15.000 personas. Pero la autenticidad y proximidad que te da un recital como este es también una oportunidad única para el artista y el público, porque nos permite estar muy cerquita. Un concierto lírico es también una caída al vacío. Para un multiconcierto, hay que prepararse mucho, entrenar y estar en muy buena forma física, vocal y mental. Para uno lírico, tienes que multiplicar esa disciplina por diez, echar más horas de entreno y de ejercicios vocales. Y tienes que cuidarte como si fueras un pollito porque cualquier cosa puede hacerte daño. El ámbito clásico es mucho más comprometido.
¿Y cómo afecta esta disciplina a su día a día?
Como estoy tan acostumbrada, es más un placer que una exigencia. La preparación para un concierto es como meditar. En las meditaciones no se sufre, al contrario, se fluye. Hay personas a las que les dices que tienen que estar calladas unos días y les da algo. Para mí, es todo lo contrario.
La canción que más ha interpretado en toda su trayectoria…
No te lo podría decir. Son treinta años de repertorio y hemos tocado de todo. Pero me da la sensación de que he cantado mucho Sobreviviré, la canción de la libertad. Y nunca la he llegado a aborrecer porque a las canciones no se las aborrece. De hecho, resulta muy terapéutico interpretarla porque es una exaltación a la libertad y la elevación humana. Cuando lo hago, crece la vibración de las personas que tengo alrededor. Y el momento es mucho más emocionante en un recinto, cuando todos están tan atentos y emocionados. Vamos a reír, cantar y llorar todos. Que no estamos muertos.
En el contexto del Covid-19, ¿cómo es interpretar ese himno a la libertad?
Es mágico. Me encontré con un público superreceptivo. Pero no puedo ponerme un galón porque es la audiencia la que me ha ganado. En los dos últimos conciertos, llegaba al escenario y constataba que me estaban esperando con un montón de amor. Me echaron de menos.
Mónica Naranjo se declara fan de la novela negra, de los libros de Camilla Läckberg y Dolores Redondo.
¿Cómo ha cambiado su vida a partir de la pandemia?
Me ha servido, sobre todo, para componer el repertorio de un disco que vamos a lanzar en 2022. Además, poder estar en casa relajada, leyendo, viendo imágenes bonitas, buscando en mi interior… Todo esto me ha permitido componer y es lo más importante que me llevo.
Algún libro que haya leído en los últimos meses…
Hay una autora sueca de novela negra que me fascina: Camilla Läckberg. También me encanta Dolores Redondo. Y otros autores que ahora no me vienen a la cabeza. Yo soy muy devoralibros, me gusta viajar con ellos. Y es que Läckberg me tiene completamente enamorada. Aunque es bien oscura y sus personajes dan muy mal rollo, me abrazan, me atrapan.
En estos tiempos tan políticamente convulsos, ¿le han ofrecido a meterse en política, como se ha rumoreado?
¿Yo, política? Los artistas no pueden estar nunca vinculados con la política. Eso no casa.
De sus proyectos actuales, ¿cuál es el que más ilusión le hace?
Todos los que tengo me hacen mucha ilusión, así que no podría elegir uno. La preparación del nuevo disco; el rodaje de Amor con fianza de Netflix; la gira, con la que seguiremos hasta el mes de octubre… Cada cosa en la que me embarco debe hacerme mucha ilusión. Si no, no la hago.