Cristina Pardo (Pamplona, 1977) cuenta con catorce años de trayectoria profesional en el mundo de la radio y la televisión. En la actualidad, conduce su propio magacín, Liarla Pardo, que estrenó LaSexta en 2018 y desde entonces se emite todos los domingos. En él, da un repaso a la actualidad cultural en un tono desenfadado. Pardo también lleva cuatro años ‘liándola’ junto al presentador Iñaki López en las Campanadas de la cadena, un evento «totalmente improvisado, breve e intenso» en el que ambos acompañan a los espectadores desde su balcón en la Puerta del Sol.
Este año, sin embargo, nadie les saludó desde la plaza madrileña. Pardo despide un 2020 «horrible» y da la bienvenida a un «esperanzador 2021».
Antes de dar las uvas, ¿qué hacía cada fin de año?
Cuando era más joven y aún no trabajaba, lo pasábamos en el pueblo de mi padre, en Aragón, y la tradición era festejarlo con los amigos, no con los padres. Luego, cuando empecé a trabajar, había que elegir. Así que siempre libraba Nochebuena, y en Nochevieja me quedaba en Madrid. Trabajaba el 31 y el 1.
«Para mí, Nochevieja no tenía un significado tan especial hasta que empecé a dar las Campanadas».
¿De qué modo la celebraba cuando trabajaba en Nochevieja?
Planes variopintos sin ningún significado especial. Me juntaba con compañeros que no libraban. A veces salíamos en el día, otros íbamos a un restaurante chino. La cosa más rara que hice entonces fue dormirme antes de las uvas. En mi barrio reventaban muchos petardos y si no me dormía antes de eso, no podía madrugar. Y madrugaba bastante. Para mí, la Nochevieja no tenía un significado tan especial, las cosas como son.
Y todo cambió cuando le propusieron dar las Campanadas de LaSexta.
¡En efecto! De hecho, el primer año que me invitaron a hacerlo pensé que era una broma. No es nada habitual para los profesionales que trabajamos en informativos. Me hizo muchísima ilusión empezar a dar las Campanadas de la cadena. Al final, la retransmisión siempre resulta breve y bastante intensa. Yo lo paso muy bien, porque con Iñaki tengo muy buena relación. Además, hay muy buen ambiente con el equipo de la retransmisión, y en el edificio donde damos las uvas. Y nos llevamos genial con los de Antena 3. También he conseguido cuatro años consecutivos que mis padres se mantengan despiertos hasta las 12.
¿Alguna anécdota icónica?
El primer año me metí un caramelo en la boca antes de tomar las uvas, porque me dijeron que aún quedaban cinco minutos. De repente quedaban 40 segundos y no me lo había comido aún. Le pregunté a Iñaki: “¿Qué hago?”. Él me respondió: «Tíralo». Entonces, me giré y lo lancé por el balcón, porque no había sitio donde dejarlo. Ese año se notaba que estábamos más inquietos por la novedad de la situación. Han pasado cuatro años y la experiencia es mucho más previsible. Espero que el caramelo no haya caído sobre la cabeza de una persona, pero no lo sé. Todo puede ser.
«Ojala sea verdaderamente un año mejor, peor es difícil. Me acordé de personas concretas cuando despedí al 2020″.
¿Cómo ha sentido unas Campanadas totalmente desiertas en la Puerta del Sol?
Fue una situación histórica. Pero todos teníamos muchas ganas de que se fuera 2020. Creo que, en mayor o menor medida, todo el mundo ha tenido un año malo. El que no tiene un familiar que haya fallecido por el Covid-19, conoce a personas que lo han pasado fatal con la enfermedad o que tienen unas perspectivas económicas terroríficas. Y el que no haya pasado todo eso, vive en tensión desde marzo por los contagios. Este año ha sido horrible. Y como dice Iñaki, teníamos que estar en la Puerta del Sol para certificar que 2020 se fue. Y bueno, todos tenemos muchas esperanzas puestas en 2021. Ojalá sea verdaderamente un año mejor, porque peor es difícil. Yo, por lo menos, me acordé de personas concretas cuando despedí el año.
¿Por qué pasa de los estilismos?
No va con mi carácter. Me parece genial que haya personas que consideren que en Nochevieja el vestuario es especial, y que lo vivan con esa ilusión. Soy una persona discreta, y te diría que este año especialmente pudorosa. Me parece raro abundar en el vestuario cuando tanto ha sucedido. No obstante, estoy contentísima con el traje que he llevado este año. Lógicamente, todos queremos ir esa noche más guapos de lo normal.
«Soy una persona discreta. Este año me siento especialmente pudorosa, porque me parece raro abundar sobre el vestuario cuando tanto ha sucedido».
¿Qué destacaría de la Nochevieja en LaSexta?
Lo que siempre destaco es que Iñaki y yo vamos sin guión. Nadie sabe lo que vamos a decir, ni siquiera nosotros. De hecho, hay veces que me han entrado unos ataques de risa tan llamativos que la gente piensa que me he tomado quince cervezas antes de las uvas. Pero claro que no. Esto es para mí lo más importante: pasármelo bien.
¿Qué le parece que Ana Obregón haya dado las uvas de La 1?
Me parece fantástico. Es una persona que, no solo ha vivido lo que hemos experimentado todos, sino que además ha sufrido una tragedia familiar terrible. Y yo creo que, al final, para ella fue más especial la posibilidad de dar carpetazo a 2020. Pero ninguna elección de las Campanadas me parece mala. Los compañeros que dan las uvas en otras cadenas son muy buenos, y tengo buena relación con todos.
A diferencia de las demás cadenas, LaSexta no busca audiencias masivas. ¿Cuál es el objetivo de sus Campanadas?
Siempre digo que nos da para saludar de uno en uno a nuestros espectadores. Y, en realidad, buscamos pasarlo bien en familia, porque se trata de un regalo que nos hace la cadena. Por eso, para mí, son las mejores uvas de la televisión española. Todo es fruto de la improvisación y eso tiene mucho curro para que salga más o menos bien. Pero ya te digo yo que no nos preocupamos ni Iñaki ni yo por la audiencia esa noche.
Ahora, permítame un test rápido de fin de año:
– ¿Con quién tomaría las uvas: Eduardo Inda o Paco Marhuenda?
Paco Marhuenda, solamente por las ganas que tiene él de tomarse unas conmigo.
– ¿A quién elegiría de la televisión española para despedir el año, si no pudiera hacerlo con Iñaki López?
Me encantaría tener a Ramontxu de compañero.
– ¿Y si tuviera que ser con alguno de los demás presentadores de las Campanadas?
Con Chicote, porque es al que más conozco y es muy divertido.
– Si la pandemia no existiera, ¿dónde le gustaría pasar el Año Nuevo?
En muchos sitios. La Toscana, Estados Unidos…
– ¿En qué pensó cuando el reloj marcó las 12.00 horas?
En mi familia y amigos. Para que nos quedemos como estamos, ni mejor ni peor.
– ¿Algún propósito para 2021?
Trabajar para que las cosas que se me ofrezcan sean las que más me hacen feliz.