A simple vista, la gestión de un almacén industrial parece limitarse al inventario. Pero este minucioso trabajo encierra una gran complejidad en el día a día. En concreto, implica coordinar de forma eficaz la optimización del espacio disponible, las operaciones de carga y descarga, la rotación del inventario, la variabilidad en la demanda, la necesidad de mantener altos estándares de seguridad, la gestión de personal o el mantenimiento de equipos, por enumerar algunos.
“Nos conocíamos desde la escuela y nos separamos cuando estudiamos la carrera. Pero volvimos a coincidir cuando empezamos a trabajar para la misma empresa de instalaciones eléctricas. Así empezamos a sentir el deseo de tener un negocio propio e innovar”
Pero las necesidades de algunos son también oportunidades para otros. Y ese es el caso del auge que está experimentando la automatización de los almacenes. Un mercado que, según las previsiones de McKinsey & Company, crecerá más de un 10 % anual hasta 2030. “No es de extrañar, ya que las recientes perturbaciones y dificultades operativas han demostrado la importancia crítica de unas cadenas de suministro sólidas. La automatización promete ayudar a las organizaciones a resolver los problemas más acuciantes”, explica el documento.
Esta brillante proyección ya se podía intuir hace más de una década, cuando Guillermo Rodríguez y David Salvatierra decidieron dar un nuevo y prometedor rumbo a su joven empresa, MRC. Fundada en 2008, la firma de Tudela había iniciado su andadura en el sector eléctrico, donde estos dos amigos empezaron su vida laboral. “Nos conocíamos desde la escuela y nos separamos cuando estudiamos la carrera. Pero volvimos a coincidir cuando empezamos a trabajar para la misma empresa de instalaciones eléctricas. Teníamos cargos similares como responsables del equipo de Mantenimiento y de Instalaciones. Pasó el tiempo y empezamos a alinearnos en otro aspecto: el deseo de tener un negocio propio e innovar”, rememora Salvatierra, su director comercial.
Sin embargo, tan pronto como la compañía inició su actividad, estos dos emprendedores entraron en un momento de reflexión que les llevó a apostar por el sector de la intralogística. Con un equipo aún pequeño, la empresa se fue especializando en distintas áreas como la robótica para almacenes, la integración de equipos y robots de distintas marcas, el desarrollo de software, su mantenimiento…
Y, para profundizar en estos conocimientos, empezaron a participar en proyectos gestionados por multinacionales, lo que les ha permitido tener una importante presencia internacional y crecer de forma orgánica. “Hemos aprendido mucho colaborando codo a codo con los departamentos de IT de estas compañías. Este trabajo en equipo nos ha permitido tener los mejores compañeros para nuestro camino”, añade el director comercial de MRC.
Ya en 2016, con una plantilla compuesta por veinte personas, Rodríguez y Salvatierra vislumbraron finalmente la posibilidad de empezar a ejecutar proyectos integrales y personalizados de mejora o renovación de almacenes. “Hay varios bloques dentro de este tipo de iniciativas: el diseño, el montaje y la puesta en marcha. Y, dentro de la primera parte, inciden distintas disciplinas como el diseño mecánico, el eléctrico, el de programación y el de gestión. Fuimos captando el talento necesario para ofrecer soluciones globales a nuestros clientes”, resalta el primero, que ejerce actualmente como director general en la firma.
Ese objetivo dio un nuevo impulso a MRC, que en los últimos tres años ha crecido a un ritmo anual superior al 20 %. De hecho, su facturación aumentó un 75 % en 2023 con respecto a 2016. Su porfolio ya incluye proyectos para importantes empresas como ATP Iluminación, TW Group, B.Braun, Jaylo, Plastic Omnium o Shell. Y, además, ha duplicado con creces la cifra de empleados de hace siete años hasta alcanzar las cincuenta personas, repartidas entre sus sedes en Tudela y Barcelona.
EL VALOR AÑADIDO DE LA I+D
Uno de los motores de la empresa es la innovación, que lleva a cabo a través de la ingeniería y la consultoría inhouse. En este sentido, lanzó hace dos años un sistema propio de gestión de almacenes, Smart WMS. Compañías como la distribuidora de cerveza La Zaragozana o la firma de alumbrado público ATP Iluminación apostaron por instalar este nuevo software en sus almacenes.
“Smart WMS se encarga de configurar un almacén, gestionar las recepciones y expediciones, controlar sus flujos en tiempo real o realizar trasvases de mercancías. Es muy intuitivo, uno de sus grandes fuertes en el mercado porque, además de ser eficiente, no requiere de una formación previa para usarlo. Podemos integrarlo en almacenes más pequeños, de 3.000 posiciones o en uno con capacidad para 300.000 palés o cajas”, detalla Salvatierra.
“Nuestro objetivo es cerrar este año cuatro proyectos para construir un almacén automático con la marca MRC al 100 %”
Así, optimiza un 73 % el espacio de almacenaje, ahorra un 95 % de tiempo y dinero y mejora la organización de la mercancía en un 97 %. Al mismo tiempo, los proyectos con La Zaragozana y ATP Iluminación conllevaron una renovación tecnológica para conseguir un ahorro extra de tiempo “de entre el 10 % o el 15 %”.
Este nuevo producto ha sido una “puerta de entrada” para el resto de su catálogo, que incluye también desarrollos en la programación de equipos y soluciones que integran la Inteligencia Artificial (IA) y el Machine Learning. “Nuestro objetivo es cerrar este año cuatro proyectos para construir un almacén automático con la marca MRC al 100 %. Hasta ahora, hemos integrado nuestras soluciones de forma progresiva en los almacenes de nuestros clientes. Pero ahora tenemos todo para instalar un almacén automático completo”, celebra Rodríguez.
Todo ello permitirá a MRC seguir creciendo a doble dígito en los siguientes tres años. “Esperamos que ese aumento suba al 30 % anual. Pero nos emociona más que nuestros clientes están contentos con nuestras soluciones y proyectos, así como que nos estén recomendando. Nos enorgullece mucho”, añade Salvatierra.