miércoles, 24 abril 2024

Mujeres valientes y tenaces

Seis profesionales que entraron en el mundo laboral, de la empresa o de la dirección, cuando por el hecho de ser mujer lo tenían mucho más difícil. Rondan los 60 años y recuerdan su recorrido profesional, sus dificultades y sus logros en el Día Internacional de la Mujer.


Pamplona - 8 marzo, 2019 - 06:00

Marisa Sainz, Gloria Mascaray, Cecilia Navarro, Feli Acero, Yolanda Garbayo y Marisa Iturbide se reunieron en el Teatro Gayarre. (Fotos: Víctor Rodrigo)

Son mujeres de éxito, empresarias, directivas, madres, luchadoras, trabajadoras y a quienes nada ni nadie les ha parado. No han necesitado el lenguaje inclusivo o las cuotas para ganarse el respeto en el mundo laboral. Tienen entre 71 y 53 años y tuvieron que luchar por su trabajo cuando las leyes no estaban a su favor, cuando les daba miedo decir que estaban casada porque podían rechazarlas en un puesto de trabajo. Pero ellas nunca sucumbieron a la presión del entorno, nada les detuvo y son pioneras en haber labrado brillantes carreras profesionales, cuidando de su entorno, pero sin sucumbir a las presiones machistas de casa y del trabajo.

Su respuesta al machismo fue echarse a la espalda las miradas, las críticas e incluso las zancadillas y mirar hacia adelante.

Después de un año del histórico 8M en España, cuando ocupamos portadas en los medios nacionales e internacionales, el avance laboral de la mujer se ha estancado en el último año. Buscamos cifras que corroboren esta realidad: las mujeres ocupan menos puestos de dirección que los hombres, cobran de media casi 6.000 euros menos al año, les cuesta más dar un paso al frente para aceptar cargos de responsabilidad, la maternidad paraliza las carreras profesionales de más del 70% de ellas o faltan referentes que les sirvan de ejemplo a otras mujeres.

En NavarraCapital.es hemos hablado con seis mujeres que rompieron moldes, empresarias y directivas que dieron un paso al frente cuando la mujer apenas tenía derechos y nada se les puso por delante. Rondan los 60 años y “sí, había machismo”, pero su respuesta fue echarse a la espalda las miradas, las críticas e incluso las zancadillas y tirar para adelante con un único objetivo: labrar su futuro profesional.

A nivel personal no se quejan. Son conscientes de que, entre profesión y familia, no se han dedicado el suficiente tiempo a ellas mismas, pero están orgullosas de todo lo que han conseguido en la vida y lo recuerdan en el Teatro Gayarre.

“SIEMPRE HE QUERIDO SER INDEPENDIENTE”

Gloria Mascaray

Gloria Mascaray tiene 71 años y es de Artajona, donde trabajó como empleada en una granja desde los 20 años hasta que, en el año 78, se hizo empresaria al adquirir las riendas de la empresa Riberauto en Tudela, concesionario de Citröen para Tudela y la Ribera, todavía en vigor. Entre otros negocios, en el año 2002, creó junto a su marido Automóviles Zaray, concesionario Hyundai para toda Navarra.

Su caso es bastante excepcional: “Si soy sincera, no he tenido nunca ningún problema por ser mujer. Cuando era empleada en la granja tuve a mis dos hijos y apenas cogí ocho días de baja maternal. Eran otros tiempos, pero siempre he sido una persona responsable y no podía dejar a mis jefes, porque era una empresa pequeña”.

Después dio el salto a la dirección de empresa: “Siempre he querido ser independiente y he tenido dificultades en las empresas, pero ninguno por ser mujer, también es verdad que me ha tocado la parte de gestión y he tenido poca relación con clientes”. Con respecto a las marcas que comercializaba: “He sido siempre bien recibida y tratada en todas las reuniones de la marca. Pero he trabajado siempre con hombres y he visto que estamos mejor preparadas las mujeres en tema de gestión”.

«He trabajado siempre con hombres y he visto que las mujeres estamos mejor preparadas en tema de gestión”.

Eso sí, reconoce que conciliar la vida familiar y laboral ha sido duro: “He tenido siempre gente trabajando muy buena en casa, pero en mi época, los hombres no colaboraban en casa, al menos, en mi caso, era yo quien tenía que apechugar con la casa, el trabajo, los niños…” Pero “lo he llevado bien y no tengo traumas”.

En su caso, reconoce: “He tenido siempre un carácter muy duro y no he dejado que nadie dijera qué tenía que hacer o dónde estar”. Hoy agradece la mayor presencia de la mujer en el mundo laboral, pero reconoce: No podemos pasar de cero a cien en poco tiempo. La mujer no estaba en el mercado laboral, ahora está y va llegando a los puestos directivos, pero paso a paso”.

Gloria siempre ha trabajado en pro de las mujeres en el mercado laboral:Todas las personas que han trabajado a mi lado han sido mujeres. Me gusta nuestra forma de hacer las cosas y el orden, cuando en las entrevistas me decían que se iban a casar, les decía que me parecía muy bien, que yo también me había casado y tenido dos hijos”.

«REIVINDICO EL DERECHO DE LAS MUJERES QUE QUIEREN CUIDAR DE SUS HIJOS»

Marisa Iturbide

Nacida en México y con 66 años, Marisa Iturbide se define como «una ambiciosa intelectual y curiosa insaciable, siempre con proyectos nuevos, pero también con un instinto maternal extraordinario».

Marisa está especializada en creación de marcas. Cofundadora de ‘El Líder Imperfecto’ y vicepresidenta de Itineris COMA, desde 2016 vive en Artajona, en Casa Iriarte, donde organiza encuentros «para conectar talento, construir ideas poderosas y materializar proyectos personales, profesionales y empresariales”.

«Mis padres fueron muy liberales. Nunca hubo machismo. Sin embargo, a mi padre, que era empresario, nunca se le ocurrió que yo pudiera seguir el negocio. Yo quería ser escritora. Él nos dio libertad económica y de acción tanto a mi hermano como a mí. Yo nunca tuve que levantarme de la mesa para poner el agua… Pero en el fondo sí había esa mentalidad de ‘a ver cuando esta hija se casa y tiene hijos para que no esté sola’… Yo quería tener hijos por encima de mi ambición. Cuando me iba a quedar embarazada, le pregunté a mi marido si él iba a ser el proveedor de la casa, porque yo quería dedicarme a mis hijos. Y me dijo que sí… aún con todo lo que eso suponía de frustración. Entonces vivía en Suiza, sola y sin comodidades, pero fui tremendamente feliz cuidando de mis hijos».

«No se penaliza si eres hombre o mujer, se penaliza más por la edad».

Mientras, Marisa se sacó un título de profesora de inglés, fundó una asociación de mujeres latinoamericanas y estuvo muy activa en temas culturales para demostrar a Suiza que México era algo más que corrupción. Tras varios fracasos profesionales, en 1998 recordó que siempre había querido ser  escritora y montó una editorial, que también tuvo que cerrar.

«En mi experiencia laboral me he dado cuenta de que no se penaliza si eres hombre o mujer. Lo que se penaliza es la edad. Es cierto que nosotras tenemos que compatibilizar trabajo y maternidad y no todo el mundo tiene el privilegio de tener a alguien en casa o abuelos que ayuden. Reivindico el derecho de que toda mujer que desee dedicarse a sus hijos lo pueda hacer y que el Estado le ayude y no se penalice laboralmente. Yo siempre me he sentido libre aunque he tenido que renunciar a ciertas cosas. Creo que las mujeres de ahora están teniendo muchos problemas por presión social».

Marisa destaca que hay mucha ejecutiva que está priorizando su trabajo a la maternidad y «muchas no porque lo deseen sino porque ven que si son madres, pueden perder todo lo que han conseguido. La maternidad te descuelga del mundo laboral y es muy difícil reengancharse».

«A LOS 50 AÑOS ESTÁS LABORALMENTE MUERTA»

Cecilia Navarro

Cecilia Navarro, de 60 años, es directiva, empresaria y madre. Comenzó a trabajar con 14 años en el comercio textil y de los 15 hasta los 27 lo compatibilizó con estudios nocturnos. Estuvo durante 25 años trabajando por cuenta ajena y, con 40 y un hijo de seis meses, montó su primera empresa, Catimini.

«Yo no me he cogido bajas maternales. No soy mujer de estar en casa. Cuando mis hijos eran pequeños, apenas me han olido, aunque en la adolescencia sí he estado. Yo he priorizado el trabajo. He llegado a irme a urgencias con contracciones tras cerrar la tienda al terminar mi jornada laboral. No dejé el trabajo… y nadie me obligaba a hacerlo».

Cecilia montó su segunda tienda, Teens and teens, con 46 años. «Creo que las mujeres tenemos más capacidad de trabajo que los hombres. Llegamos y atendemos más cosas a la vez que ellos. Somos muy exigentes con nosotras mismas. Pero también hay mucha gente que lo lleva todo al extremo, que lleva la contraria a todo y echa siempre la culpa a los demás. Creo que cada una debe seguir su camino, ponerse un objetivo».

«Las mujeres aguantamos más, tenemos más resistencia y fortaleza».

Cuando sus hijos eran adolescentes, durante un año, cerró una de las tiendas para estar más tiempo en casa: «Creo que, a veces, el machismo es cosa del carácter de cada uno o de cómo una mujer pueda sentirse. A mí, si alguien me ha querido parar, nunca se lo he permitido y he seguido mi ritmo y mis funciones laborales. He tenido las ideas muy claras. Las mujeres aguantamos más, tenemos más resistencia y fortaleza, llegamos a cuatro cosas a la vez. Yo nunca he sentido machismo».

Ahora, con 60 años y las dos tiendas cerradas, Cecilia se ha reinventado y ha estudiado Agente Inmobiliario y de la Propiedad. «Con 50 años, se está laboralmente muerta. Es tan malo saber mucho como poco. No hay nadie que te contrate. Veo injusto que estés trabajando toda la vida y luego, a la hora de pedir la jubilación te perjudique que no hayas trabajado los últimos años. Te queda una pensión mucho menor que otras personas que vienen de fuera y nunca han cotizado».

“POSPUSE 10 AÑOS LA MATERNIDAD POR EL TRABAJO”

Marisa Sainz

Marisa Sainz, abogada de 57 años, se casó durante la carrera, que la hizo en tres universidades por los destinos de su marido (Pamplona, Madrid y Deusto). Montó dos despachos en Bilbao y reforzó su área económica con un master en Asesoría Jurídica a Empresas en el año 88. “Como abogado libre no tuve nunca ningún problema, pero cuando intenté dar el salto a la empresa me fue imposible. El rechazo fue absoluto por ser mujer y me costó una depresión, porque llegaba a procesos finales y me rechazaban”.

Recuerda todavía con angustia aquellos tiempos: “Escogían a hombres y no te voy a decir que claramente me dijeran que fuera por ese motivo, pero lo primero que me preguntaban en las entrevistas era si estaba casada y si tenía hijos. ¿Qué le importaba a esta gente mi vida privada? Pues la realidad es que influía y yo pospuse 10 años la maternidad por el tema laboral”.

«Lo primero que me preguntaban en las entrevistas era si estaba casada y si tenía hijos».

Recuerda que, “entre el mundo laboral cerrado por ser mujer, la maternidad pospuesta y tres fallecimientos cercanos que vivimos en casa, pasé momentos muy difíciles. Un psicólogo incluso me recomendó que me dedicara a trabajar en temas altruistas”, recuerda con ironía. Pero a partir de ese momento encarriló su vida y “nunca he vuelto a tener problemas laborales, ni por ser mujer, ni en tema de salarios ni en cuanto a nada”.

Con respecto a la conciliación, asegura que “ha sido difícil siempre”. Por ejemplo, en su casa, “mi marido ha sido el 50% y no me quejo de nada, pero la madre eres tú y eso es un extra de responsabilidad. Luego, claro, te incorporas al mundo laboral y tienes que dar el cien por cien y demostrar que vales lo mismo que los hombres. Y reconozco que eso me ha marcado, pero me ha marcado a mí, no porque la sociedad me haya exigido, sino que yo he cogido el testigo de darlo todo allí donde estoy”.

Actualmente, Marisa es gerente en Adefan “soy feliz en el trabajo y no tengo problemas por ser mujer”.

«FUE UN LUJO CUIDAR DE MIS HIJOS»

Feli Acero, de 56 años, es hija de Piedad Martín, fundadora de los conocidos comercios Piedad. Acabó derecho en 1985. Cuando se encontraba realizando una sustitución como juez su padre falleció. «Mi madre se quedó viuda, sola con una empresa con 50 trabajadores. Tuve que dejar el mundo jurídico porque no tenía hermanos«. Feli asegura que ha dejado muchas cosas por hacer. Tuvo que estar en la empresa mientras los niños fueron pequeños. «Pude cogerme muy pocos permisos para su cuidado. Yo no he notado discriminación social ni laboral por el hecho de ser mujer… Ni tampoco en el juzgado. Yo accedí a un juzgado como muchos otros hombres, por méritos propios, no me sentí discriminada y eso que la judicatura en aquellos años era un terreno más propio de hombres».

Echando la vista atrás, recuerda cómo su madre necesitaba licencia marital para poder abrir un negocio, pedir un préstamo o comprar cualquier tipo de bienes en el mundo jurídico «y no estoy hablando de tanto años atrás. En estas cosas, sí que estamos viendo muchos cambios».

«Yo no he notado discriminación social ni laboral por el hecho de ser mujer… Ni tampoco en el juzgado».

En cuanto a conciliación, esta empresaria asegura que «mientras una mujer no tiene hijos, se puede conciliar de maravilla. Pero cuando una es madre, todo cambia. Para mí, mis hijos han sido una prioridad y ha supuesto un lujo estar con ellos, atenderles, llevarles a extraescolares. No me ha supuesto una carga adicional. Cada una tiene sus circunstancias. Yo he podido, en determinadas ocasiones, dejar el trabajo de lado y pedir ayuda a abuelos y también he contado con ayuda en casa. Tampoco he echado de menos no haberme dedicado más tiempo a mí misma en aquella etapa. No lo vi así».

“LAS MUJERES YA NOS HEMOS GANADO EL RESPETO HACE MUCHO TIEMPO”

Yolanda Garbayo

Yolanda Garbayo es gerente de Construcciones Garbayo Chivite, una empresa de Cintruénigo que vive su segunda generación, tiene 53 años y está en un sector muy masculino: “Ahora están entrando mujeres en la dirección de obras, aparejadores y arquitectas, y se agradece. Pero la realidad es que siempre nos ha tocado tratar con hombres”, de quienes piensa: No hablamos el mismo idioma. Ellos tratan, hacen chistes, se enfadan, salen afuera, se dan un abrazo y se van. Y tú haces una mala leche impresionante, sales afuera y no le das un abrazo, le das la mano y ya veremos cuándo nos volvemos a ver. Pero es cierto que se alcanzan acuerdos antes con nosotras las mujeres que con los hombres”.

Con respecto al machismo: “Yo lo he vivido más en casa, que entonces lo veía tan normal, pero hoy todo ha cambiado. En nuestra empresa, estoy siempre rodeada de hombres y me llevo bien con ellos, porque para mí, las mujeres ya nos hemos ganado el respeto hace mucho tiempo”.

«Hombres y mujeres no hablamos el mismo idioma. Se alcanzan acuerdos antes con mujeres que con hombres».

Recuerda la primera vez que fue al banco a pedir un préstamo para la empresa: “Yo tenía solo 19 años y el director se quedó haciendo cruces, pero no por mujer, sino por joven. Sí hay gente altanera que te mira por encima del hombro, pero es su problema, no el mío. No les hago ni caso y, si quieren hablar conmigo, que bajen”.

Como mujer trabajadora, sí ve diferencia de hace 30 años con respecto ahora: “Pero si tú te adaptas a los tiempos y a vivir lo que tienes que vivir, todo es más fácil. Yo no me he enfadado nunca porque las cosas no sean de una determinada manera. Es que para tirar para adelante, te tienes que adaptar”. mujeres-teatro-gayarre2019-7

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