La Fundación para el Avance de la Libertad y Tax Foundation publicaron este jueves la séptima edición del Índice Autonómico de Competitividad Fiscal (IACF), que mide y clasifica los diecinueve territorios con autonomía tributaria (todas las comunidades autónomas menos la vasca, cuyas tres provincias se analizan por separado).
El estudio, dirigido por la economista Cristina Enache, se presentará en el Senado el próximo martes y no deja precisamente bien parada a Navarra. De hecho, la Comunidad foral, con un 5,76 sobre diez, cae dos puestos con respecto a la anterior edición y se sitúa decimotercera, tan solo por delante de Baleares (5,7); Extremadura (5,51); Aragón (5,17); Asturias (5,03); Comunidad Valenciana (5,00); y Cataluña, que cierra la clasificación con un 4,71. Su bajada anual es la segunda más pronunciada por detrás de la canaria, que desciende tres posiciones.
En el lado opuesto se sitúan Madrid, líder con un 7,33; Álava, con un 7,04 (2ª); Bizkaia, con un 6,97 (3ª); Gipuzkoa, con un 6,82 (4ª); Andalucía, que con un 6,57 ha experimentado un crecimiento «particularmente significativo», al pasar en siete años del decimosexto lugar al quinto (5ª); Murcia, que alcanza un 6,28 y registra la mayor subida al ubicarse cuatro puestos más arriba que en el anterior estudio (6ª); Castilla y León, con un 6,24 (7ª); Canarias, también con un 6,24 (8ª); Galicia, con un 6,1 (9ª); La Rioja, con un 5,94 (10ª); Castilla-La Mancha, con un 5,82 (11ª); y Cantabria, con un 5,77 (11ª).
Por tipos concretos, Navarra es última en el Impuesto sobre la Renta (cae tres puestos), penúltima en Patrimonio, decimosegunda en Sucesiones, primera en Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados y octava en el Índice de Impuestos Propios de las Comunidades Autónomas. En estas últimas cuatro categorías, ocupa la misma posición que en 2022.
IMPUESTO SOBRE LA RENTA
En el apartado del Impuesto sobre la Renta, concretamente con respecto a las reducciones y deducciones por rendimientos de trabajo, el documento analiza que la Comunidad foral es «la única que aplica una deducción por rentas de trabajo en la cuota y no como reducción del rendimiento neto, lo que al final se traduce en una desventaja fiscal importante para los trabajadores navarros frente al resto».
«Navarra es la única que aplica una deducción por rentas de trabajo en la cuota y no como reducción del rendimiento neto, lo que al final se traduce en una desventaja fiscal importante para sus trabajadores frente al resto»
De este modo, la deducción por trabajo aplicada en Navarra «sigue siendo la más baja»: «En cambio, las diputaciones vascas aplican una reducción por rentas del trabajo que casi duplica la de Navarra, y que también supera la aplicada en las comunidades de régimen común. No obstante, para las rentas muy bajas, la reducción por trabajo en Navarra es superior a las deducciones que se aplican en las comunidades de régimen común», precisa el texto.
El estudio también profundiza en el mínimo personal y familiar. Ahí, la Fundación para el Avance de la Libertad y Tax Foundation destacan cómo, «una vez más Navarra», es la comunidad «con peor puntuación, ya que el mínimo personal y familiar apenas alcanza el 63 % del que se aplica en las diputaciones vascas». Ambas entidades también ponen de manifiesto que la región cae cuatro posiciones en materia de deducciones para las familias numerosas, hasta situarse en decimoprimera posición.
Por otro lado, señala que, a pesar de «elevar el límite establecido para la obtención de rendimientos brutos de trabajo por debajo del cual no existe obligación de declarar de 12.600 a 14.500 euros», Navarra retrocede tres posiciones en el subíndice correspondiente. «Esta reforma llega cinco años después de una reforma similar a nivel estatal y dos años después de la reforma implementada por las diputaciones del País Vasco. Sin embargo, al no haber subido la bonificación del rendimiento del trabajo hasta el mismo nivel, las rentas bajas, pero por encima de 14.500 euros, siguen pagando más que en las demás comunidades de régimen común. Navarra también reforma el Impuesto sobre el Patrimonio, añadiendo un nuevo tramo con un tipo marginal del 3,5%», resalta.
RENTAS BAJAS, MEDIAS Y ALTAS
Así mismo, los resultados revelan que donde más pagan las rentas bajas es en Gipuzkoa y Bizkaia, seguidas por la Comunidad foral, Álava y Cataluña. «Navarra, al no haber deflactado los tramos de renta, baja cuatro posiciones hasta la decimoséptima», concluye.
Según el estudio, Navarra es una de las regiones donde más pagan las rentas bajas, tan solo por delante de Gipuzkoa y Bizkaia
Cataluña es la región donde más impuestos abona un contribuyente con un sueldo medio, seguida por Baleares, Asturias y Extremadura. «Donde menos impuestos pagan las rentas medias es en Álava, Guipúzcoa, Vizcaya, Madrid y Galicia. Navarra y La Rioja bajan cinco y tres posiciones respectivamente por la falta de reformas», revela el informe.
Extremadura, igualmente, es la comunidad donde más pagan las rentas medias-altas, seguida por Navarra, Cataluña y Baleares (en el lado opuesto se encuentran Álava, Gipuzkoa, Bizkaia, Madrid y Murcia), mientras que la Comunidad Valenciana encabeza la lista cuando se trata de rentas altas, seguida de La Rioja, Cantabria, Navarra y Extremadura.
En rentas medias, Navarra baja cinco posiciones. Y en medias-altas, es la segunda donde más se paga
En definitiva, Navarra se encuentra «en la cola» dentro del Índice del Impuesto sobre la Renta, con un 1,41, a 1,2 puntos de la siguiente región de la lista: Extremadura.
A este respecto, hasta diez comunidades autónomas (la propia Comunidad foral, La Rioja, Canarias, Asturias, Cantabria, Cataluña, Aragón, Baleares y Extremadura, más las tres diputaciones vascas), tienen un tipo impositivo máximo «más alto que Alemania (47,5 %)».
IMPUESTO SOBRE EL PATRIMONIO
El informe despieza también el Impuesto Sobre el Patrimonio, donde Navarra se coloca en decimoctava posición, la misma que en 2022. En concreto, obtiene un 3,47, casi medio punto menos que hace un año, cuando logró un 3,94. Contrasta, sin duda, con el 10 de Andalucía y Madrid, el 8,39 de Murcia o el 7,99 de Galicia. «Navarra también ha reducido el mínimo exento hasta 550.000 euros. Al reducir el mínimo exento, Aragón, Cataluña, la Comunidad Valenciana, Extremadura y Navarra son las comunidades que más castigan a la clase media».
«Al reducir el mínimo exento en Patrimonio, Aragón, Cataluña, la Comunidad Valenciana, Extremadura y Navarra son las comunidades que más castigan a la clase media»
Al mismo tiempo, la normativa estatal sitúa el mínimo exento para la vivienda habitual en 300.000 euros, pero Navarra «lo ha reducido a 250.000 euros, mientras que Álava y Bizkaia lo han subido hasta los 400.000».
En paralelo, los bienes y participaciones empresariales están exentos de tributar en este impuesto desde 1994. No obstante, Navarra era, hasta hace tres años, la única comunidad autónoma «en la que los bienes y participaciones empresariales sí tributaban, aunque existía un mínimo exento para el primer millón de euros, mientras que al valor restante se le aplicaba una reducción». Sin embargo, desde finales de 2019, los bienes, derechos y participaciones empresariales «vuelven a estar exentos de tributar en el Impuesto sobre el Patrimonio».
Para comparar el tipo impositivo, los autores del estudio trazan tres categorías: 800.000 euros, 4 millones y 15 millones. En la primera, las cinco comunidades donde «más tributan las clases medias» por ese monto patrimonial son Aragón, Extremadura, la Comunidad Valenciana, Cataluña y Navarra. «En el caso navarro, aunque se aplica un tipo impositivo más reducido, los contribuyentes con patrimonios pequeños se ven perjudicados frente al resto, al aplicarse unas deducciones y un mínimo exento mucho más reducidos», apostillan.
Respecto a los patrimonios de 15 millones, Aragón, Cataluña, la Comunidad Valenciana, Extremadura y Navarra son las comunidades «que más castigan»
En el caso de los patrimonios de 4 millones de euros, las cuotas más elevadas se pagan en Extremadura, la Comunidad Valenciana, Baleares, Cantabria y Cataluña. Y respecto a los de 15 millones, Aragón, Cataluña, la Comunidad Valenciana, Extremadura y Navarra son las «que más castigan».
Todas las comunidades de régimen común aplican el mismo escudo fiscal, «pero Navarra y las diputaciones vascas han reducido dichos límites de forma significativa». Por ello, el indicador del escudo fiscal analiza las dos variables de dicho tope: el porcentaje máximo de la base imponible y el porcentaje máximo de la reducción que se puede aplicar una vez superado el tope máximo en la renta.
En Navarra, la cuota íntegra del Impuesto sobre el Patrimonio, conjuntamente con la cuota del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, no podrá exceder del 55 % de la suma de la base imponible de este último. Por ello, la cantidad mínima a pagar es del 45 %, «muy por encima del 20 % aplicado en el resto de comunidades de régimen común». En el indicador del escudo fiscal, la peor posición la ocupa Navarra, seguida por Gipuzkoa, Álava y Bizkaia.
IMPUESTO SOBRE SUCESIONES
En el Impuesto sobre Sucesiones, el documento recuerda que las comunidades autónomas han fijado diferentes reducciones en el caso de adquisición de la vivienda habitual del fallecido, que «en muchos casos mejoran la norma estatal». Algunas regiones incrementan el porcentaje de la deducción en función del valor real de la vivienda (95 % en la norma estatal) y otras elevan el límite de la deducción (122.606 euros en la norma estatal). Sin embrago, «en el caso de Navarra no existe ninguna deducción por
la adquisición de la vivienda habitual».
«En Navarra, no existen deducciones por la adquisición de la vivienda habitual del fallecido», por lo que obtiene «la peor puntuación»
Con estos datos, Cataluña recibe la mejor puntuación en el índice de vivienda, seguida por Galicia, Andalucía, Aragón, Canarias y las tres diputaciones del País Vasco.
La peor en este indicador se asigna a Navarra, Murcia, La Rioja, Castilla-La Mancha y Extremadura. Y en el conjunto del índice que valora el Impuesto sobre Sucesiones, la Comunidad foral ocupa el puesto decimosegundo, con la misma puntuación que en 2022, es decir, un 8,35 sobre 10.
TRANSMISIONES PATRIMONIALES Y ACTOS JURÍDICOS DOCUMENTADOS
En el caso de los actos jurídicos documentados, únicamente se analiza un aspecto: el tipo impositivo general. En estos momentos, el tipo más bajo para documentos notariales en territorio común es el 0,75 % de Canarias y Madrid (en Navarra y en el País Vasco es el 0,5 %).
Además, el tipo impositivo para transmisiones de inmuebles y derechos reales empleado hasta hace poco «por la mayoría de las comunidades era del 7 %, pero ahora solo lo aplican La Rioja, las diputaciones vascas y Andalucía». El más bajo se registra en Canarias (6,5 %) y Madrid y Navarra (6 %). De ahí que, en 2023, el primer puesto del ranking del índice conjunto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados lo siga ocupando Navarra, con un 10 (igual que en 2022).
Finalmente, la Comunidad foral sigue en octava posición, con un 7,27, en el Índice de Impuestos Propios de las Comunidades Autónomas.
NAVARRA, EN PERSPECTIVA
Navarra, según el estudio, es la comunidad que «ha sufrido el mayor retroceso de competitividad fiscal». Entre 2017 y 2023, ha bajado seis posiciones y 0,35 puntos hasta lograr un 5,76. Sin embargo, fue en 2018 cuando experimentó «la mayor caída» al perder siete posiciones «por la reforma del Impuesto de Sucesiones y por la reducción del escudo fiscal en el Impuesto sobre el Patrimonio».
La mayor caída de Navarra fue en 2018, cuando perdió siete posiciones
Su puntuación también empeoró en 2019 «por el tratamiento de las rentas del trabajo en el IRPF y por la introducción de nuevos impuestos propios autonómicos». En cambio, en 2020 se deflactó la tarifa del IRPF «por primera vez desde 2016» y también se aprobó que los bienes, derechos y participaciones empresariales «estén exentos de tributar en el Impuesto sobre el Patrimonio, como sucede en el resto de territorios».
Dos años más tarde, se deflactó la tarifa general del IRPF con respecto a 2020 en un 2 %. En esa línea, «siguiendo las recomendaciones del IACF 2021», subió por primera vez desde la reforma realizada en 2016 los mínimos personales y familiares: «Los contribuyentes con rentas inferiores a 30.000 euros también se benefician de un incremento en las reducciones por mínimo familiar y personal, donde la mayor deducción la obtienen las rentas que no superan los 20.000 euros anuales. Es por estas reformas que, en 2022, Navarra recuperó tres posiciones de las siete que perdió en 2018 hasta quedarse decimoprimera en el ranking«.
Sin embargo, en diciembre de 2022, y «únicamente para el año pasado», Navarra aprobó una deducción adicional de 540 euros para los contribuyentes con un rendimiento neto de trabajo de menos de 18.000 euros: «Al ser una deducción que en principio solo se aplicó en el año fiscal 2022, no se ha tenido en cuanta en la elaboración del índice».
Por otro lado, en 2023, cinco años después de la reforma estatal y dos más tarde de la reforma implementada por las diputaciones del País Vasco, la Comunidad foral elevó el límite establecido para la obtención de rendimientos brutos de trabajo por debajo del cual no existe obligación de declarar de 12.600 a 14.500 euros. «Sin embargo, al no haber subido la bonificación del rendimiento del trabajo hasta el mismo nivel, las rentas bajas, pero por encima de 14.500 euros, siguen pagando más que en las demás comunidades de régimen común», puntualizó.
En el Impuesto de Patrimonio, se añadió un nuevo tramo durante el periodo 2022 y 2023 para que los patrimonios de más de 11 millones de euros tributen a un tipo marginal del 3,5 %. Estas dos reformas «hacen que Navarra retroceda otras dos posiciones en el ranking hasta quedar decimotercera».
RECOMENDACIONES
Para remediar la «desventaja competitiva» que tiene frente a las demás comunidades de régimen común, los autores del informe aportan una serie de sugerencias, desglosadas a continuación:
- Navarra «debería aumentar» la reducción por rentas de trabajo de 800 a 1.400 euros para los rendimientos netos inferiores de 10.500 euros y de 400 a 700 euros para los rendimientos superiores a 50.000 euros.
- Además, a pesar de la subida de los mínimos personales y familiares en 2022, «necesita aumentar de media un 50 % los mínimos personales y familiares, independientemente del nivel de ingresos para ofrecer a las familias con hijos el mismo tratamiento fiscal que en el País Vasco»: «Sin embargo, simplemente aumentando el mínimo personal general en 34 euros y en 30 y 70 euros los mínimos familiares por descendientes para el segundo y tercer hijo, las familias navarras con hijos tendrían un tratamiento similar al recibido en las comunidades de régimen común».
- Navarra también «necesita reducir los tipos impositivos de todos los tramos» y, especialmente, de los tramos más elevados en 4,5 puntos, para alcanzar un tipo impositivo máximo del 47,5 %, parecido al de Alemania. Actualmente, la Comunidad foral «tiene el noveno tipo impositivo del IRPF más alto de toda Europa», 0,3 puntos por debajo del de Suecia y más elevado que el de países como Finlandia, Holanda, Alemania, Luxemburgo, Reino Unido, Suiza o Noruega. Por eso, recomiendan «deflactar todos los años de forma automática todos los tramos de IRPF, los mínimos personales y familiares y la reducción por rentas de trabajo con la inflación».
- En el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, «aplicar a los grupos I y II un mínimo exento de un millón de euros y aplicar a todos los grupos de herederos el mismo tipo de gravamen que a los cónyuges». También «podría reducir el tipo impositivo hasta el 0,2 % para todos los grupos de herederos o derogar la reforma del impuesto de 2018».
- Derogar el Impuesto sobre el Patrimonio o bonificarlo al 100 %. De no ser posible, «derogar la última reforma, aumentar el mínimo exento de 550.000 a 800.000, subir la deducción por vivienda hasta 400.000 euros y aplicar un tipo impositivo máximo del 1,1 % como en Noruega.
- Aumentar el escudo fiscal, equiparándolo con el de las comunidades de régimen común.
- No alterar el ITP y AJD.
- Suprimir los tipos impositivos propios, como el impuesto a la eliminación en vertedero, a la incineración de residuos o el impuesto sobre grandes establecimientos comerciales.