“Es una originalidad absoluta: primero porque el propio grado constituyó una completa novedad en la oferta de las universidades españolas y, segundo, porque reunir a profesionales del ámbito privado con sinceras ganas de escucha y con la aspiración de mejorar es algo que hay que alabar”. El elogio lo formula Sixto Jiménez, presidente de Tutti Pasta y miembro del consejo de Administración de, entre otras, empresas como MTorres o Argenol. Él fue uno de los ocho expertos de la industria agroalimentaria que, durante el mes de mayo, se reunieron para condimentar el Grado en Innovación de Procesos y Productos Alimentarios que oferta la UPNA. Sus recomendaciones serán tenidas en cuenta para mejorar la formación de los futuros directores de innovación de las compañías agroalimentarias.
Sixto Jiménez: “Si como industria quieres exportar a países como EEUU o Suecia, has de ser capaz de lograr un desempeño excelente, estar en primera línea mundial”.
Sumar la experiencia de voces del ámbito privado en el proceso formativo es especialmente relevante en un sector como el agroalimentario navarro, tanto por su peso en el territorio -representa el 14 % del PIB industrial de la región-, como por su proyección internacional: “Si como industria quieres exportar a países como EEUU o Suecia, has de ser capaz de lograr un desempeño excelente, estar en primera línea mundial”. Por eso, incide Jiménez, que se oferte un grado específico sobre innovación aplicada al sector constituye una “ventaja diferencial clara para el territorio” y que academia y sector privado promuevan el intercambio ayuda a mejorar la competitividad global de la industria.
En esta ocasión, en el intercambio participaron gerentes, altos directivos y responsables de innovación de algunas de las empresas más relevantes de la Comunidad foral. En la lista figuran nombres como el de Rosi Martínez, directora de Calidad y Seguridad Alimentaria en Congelados de Navarra; Aitor Ruiz, jefe de I+D de Florette Ibérica; Eva Virto, directora de I+D+i de Ultracongelados Virto; Diego Galilea, director general de ALINAR; Carlos Sánchez, director de Supply Chain del Grupo IAN; Ernesto García de Cortázar, director de planta de Enaquesa; y José Manuel Moreno, responsable de Eficiencia y Sostenibilidad de C Soluciones Empresariales Valle del Ebro.
Pero, ¿en qué cuestiones se fijan los expertos a la hora de analizar los programas universitarios? “En nuestras sesiones, insistimos en la importancia de reforzar las capacidades de los estudiantes en ámbitos que trascienden lo puramente técnico”, resuelve Jiménez. Según comenta, el responsable de innovación de una empresa agroalimentaria ha de trabajar en sintonía con la dirección de la compañía para idear nuevos productos y servicios “que no sean meras ocurrencias, sino que resulten en nuevos negocios rentables para la organización”.
Por eso, es necesario que estos profesionales logren desarrollar un fuerte pensamiento estratégico y, además, la capacidad para vender interna y externamente sus ideas y así seducir a otros departamentos de la compañía, “que a veces se muestran reacios a implicarse en proyectos que no reportan resultados inmediatos”. De igual forma, es importante que conozcan el ecosistema de patentes y ayudas y tengan un enfoque internacional para idear innovaciones de alcance global “porque los nuevos desarrollos que aquí funcionan pueden ser un desastre en otros mercados”.
UNA DÉCADA CONSULTANDO A PROFESIONALES
Este tipo de recomendaciones son frecuentes en las sesiones de evaluación de grados y másteres, donde los expertos suelen incidir “en mejorar el acercamiento entre el alumnado y el entorno empresarial y social, y potenciar la adquisición de habilidades, idiomas extranjeros y soft skills“, precisa la vicerrectora de Enseñanzas de la UPNA, Inmaculada Farran.
El origen de estos encuentros se remonta a hace más de una década, cuando la entidad educativa inició un proceso de reflexión sobre su adecuación a la sociedad contemporánea y detectó la necesidad de implicar al entorno social y empresarial en los procesos de acreditación de los títulos de grado y máster. “Estamos convencidos de que este es el camino correcto para asegurar la empleabilidad de nuestro alumnado”, afirma Farran.
Desde entonces, se organizan estos encuentros para cada uno de los grados y másteres ofertados por la UPNA coincidiendo con las evaluaciones periódicas de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), encargada de renovar la acreditación pública emitida a las enseñanzas universitarias. Estas revisiones se realizan cada seis años en grados y cada cuatro en el caso de los másteres.
“UN PUNTITO DE ENVIDIA”
“La propia ANECA felicitó a la UPNA recientemente por esta iniciativa, que además despierta un gran interés y diría que hasta un puntito de envidia por parte de otras muchas universidades del entorno”, resalta Javier Vidorreta, presidente del Consejo Social de la UPNA. Él ha vivido el proyecto desde dos ópticas distintas: primero como experto consultado, cuando hace dos años se evaluó el Grado en Ingeniería en Diseño Mecánico, y ahora como representante del principal órgano impulsor de la iniciativa.
De su experiencia como evaluador externo, Vidorreta destaca la transversalidad de los perfiles participantes. “Acudimos representantes de entornos startup, pero también profesionales de multinacionales, como por ejemplo Julián Jiménez, director de SKF“, rememora. Enfatiza también la profundidad y enjundia de algunos de los debates que tuvieron lugar en sus dinámicas de trabajo. “Recuerdo que se produjo un intercambio muy enriquecedor en relación a la dicotomía que hay en nuestra especialidad entre el diseño más puro y la especialización en ingeniería”, indica.
Ahora, desde su posición como presidente del Consejo Social, confirma que la valoración de los profesionales que participan en la iniciativa es muy positiva, porque responde directamente a una demanda de las propias empresas. “Es una actividad muy singular y muy bien valorada tanto por el entorno como internamente, por los docentes de cada titulación y el propio vicerrectorado de Enseñanzas, debido a la información de valor que obtienen para mejorar los programas”, especifica.
Inmaculada Farran: “Hemos incrementado la oferta de prácticas en empresas, los programas de formación en competencias transversales y los programas de mentoría sénior”.
Esa información de valor ya se ha materializado en mejoras tangibles en la oferta de la UPNA y ha dado paso a novedosas iniciativas, como convocatorias de proyectos de innovación educativa, la oferta de nuevos programas internacionales o el impulso de la formación en idiomas extranjeros.
“También hemos incrementado la oferta de prácticas en empresas, los programas de formación en competencias transversales y los programas de mentoría sénior, que permiten acompañar a nuestro alumnado en sus primeros pasos hacia el entorno laboral”, refiere Farran.
El proyecto ha valido numerosos reconocimientos a la UPNA. Además de la mención honorífica de la ANECA, ya comentada, la Red Telescopi de ‘Observatorios de Buenas Prácticas de Dirección Estratégica Universitaria en Latinoamérica y Europa’, coordinada por la Universitàt Politècnica de Catalunya, reconoció este proyecto como buena práctica por su apertura al entorno social y productivo.
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