viernes, 19 abril 2024

Pamplona hinca el diente al ‘brunch’

Tras consolidarse en las grandes ciudades, cada vez son más los locales de Pamplona que incluyen esta propuesta gastronómica en su oferta. De ahí que Navarra Capital haya conversado con algunos de los hosteleros que se han sumado a la moda del 'brunch' en los últimos años. Desde los pioneros hasta los más recientes. Todos ellos coinciden en que el interés de los clientes está creciendo de forma exponencial.


Pamplona - 5 julio, 2022 - 00:02

El precio de un 'brunch' en Pamplona suele rondar los 20 euros aproximadamente. (Foto: Maite H. Mateo)

Al menos media docena de establecimientos pamploneses ya incluyen este almuerzo tardío en su oferta. La mayoría de los locales son de reciente creación, y algunos incluso nacieron directamente en torno a esta propuesta gastronómica: «Lo probé por primera vez hace unos seis años en Madrid a través de un familiar. No sabía muy bien lo que era y me gustó mucho el concepto. Así que decidí emprender con una propuesta muy parecida», resalta Nizar Raggani, propietario de Culto Café, a Navarra Capital.

Leire Zabala, community manager y decoradora del Bar Medialuna, también habla sobre como descubrió este tipo de servicio: «Creo que la primera vez que probé uno fue en Berlín, y me gustó esa mezcla del salado y el dulce propios de la comida y el desayuno… Me sorprendió bastante. En Estados Unidos, donde he viajado bastante, también se da mucho». Así que, desde hace tres años, este local, que regenta junto a su pareja, también ofrece el brunch.

Rubén González: «Cuando arrancamos, los universitarios y personas de fuera eran nuestros principales clientes. Pero con el paso de los meses, nos acercamos a todo tipo de públicos y edades».

Ambos también son los nuevos dueños de el Kiosko del Bosquecillo. Cuando reabrieron el local, no dudaron en añadir este servicio a su carta: «El sitio invita a dar este tipo de comidas más relajadas, en las que compartes un momento alrededor de una mesa con amigos o familia». De hecho, Zabala explica que la mayor parte de sus clientes son personas de treinta años en adelante, que buscan una experiencia culinaria diferente y tranquila.

Otro de los lugares más reconocidos de la capital navarra para disfrutar de este tentempié es Frida Café. De hecho, su propietario, Rubén González, creó la cafetería con el brunch como piedra angular: «Este tipo de comida era muy famosa en Nueva York, donde viví varios años. Tras ver su llegada a las grandes capitales de España, decidí lanzarme aquí». El negocio, que abrió en la pandemia, está viviendo un crecimiento exponencial.

Leire Zabala: «En la Media Luna, quizá fuimos de los pioneros en ofertar el brunch. Y hemos visto cómo poco a poco va calando entre los pamploneses».

Los días elegidos para disfrutarlo suelen ser los festivos y fines de semana. «La mayor parte de las reservas se hacen cuando las personas tienen más tiempo libre, entre las diez y media y las dos de la tarde», especifica Zabala.

Los establecimientos en los que se sirve se caracterizan por tener una estética muy cuidada, acorde a la presentación de la degustación. «Tanto en la Media Luna como en el Bosquecillo, hemos tenido muy en cuenta la decoración. Es importante que acompañe a ese momento, que apetezca pasar un rato porque es agradable y acogedor…», indica la también propietaria de ApothekeEstudio. Una filosofía que también destaca el precursor de Frida Café: «Nuestro local es un lugar diferente y único, donde prima que nuestros clientes encuentren un entorno cómodo».

CARACTERÍSTICAS DEL ‘BRUNCH’

El precio de este menú suele rondar los 20 euros. Y la carta está compuesta por una gran variedad de alimentos dulces y salados, con sus respectivas bebidas. Las tostadas con aguacate, los huevos benedictinos, el yogur con granola y las tartas caseras suelen ser las recetas más habituales.

Entre las bebidas destacan los zumos naturales, cafés o tés, e incluso cócteles como el Bloody Mery. «Son menús extensos porque la idea es cubrir también la comida. Nosotros funcionamos con reserva ya que no solemos preparar las tostadas que tenemos en carta. La gracia está en venir y probar algo diferente. Intentamos que todo sea lo más artesanal posible y que, además de rico, sea vistoso», detalla Nizar Raggani, que abrió su cafetería en la calle de Irunlarrea, Culto Café, hace poco más de un año.

Nizar Raggani: «Son menús extensos porque la idea es cubrir también la comida… No solemos preparar las tostadas que tenemos en carta. La gracia está en venir y probar algo diferente».

El dueño de Frida Café agrega que, al inicio, la mayoría de sus clientes eran universitarios y personas de fuera: «Cuando arrancamos eran nuestros principales clientes. Pero con el paso de los meses nos acercamos a todo tipo de públicos y edades». Quizás por eso ya esté trabajando en ampliar su negocio con nuevas aperturas de locales.

Una circunstancia que también vivió el propietario de Culto Café: «Recuerdo que una señora mayor me pidió porridge, que son como gachas a base de avena. Me chocó bastante. No es algo usual en gente de cierta edad en Pamplona».

Desde los locales consultados inciden en que cada vez son más los clientes interesados por este tipo de oferta. «Estamos muy orgullosos porque somos capaces de concentrar a diferentes perfiles con una propuesta tan bien acogida», recalca González. En el Bar Media Luna también viven un incremento de las reservas para disfrutar de un brunch: «Hemos duplicado las reservas desde que abrimos». Además, prevén que su crecimiento continuará en el futuro. «La gente, cuando lo ve en la carta, pregunta con curiosidad y generalmente se anima a probar», concluye Raggani.

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