El ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque, viajó el lunes a Navarra para visitar el Centro Nacional de Energías Renovables (CENER), entrevistarse con el rector de la UPNA, Alfonso Carlosena, y enseñar a 230 escolares de 5º y 6º de Primaria de centros públicos de Peralta, Puente la Reina y Mendavia cómo funciona la Estación Espacial Internacional en una sesión especial de la Escuela de Estrellas del Planetario.
El astroministro o ministrauta, como le bautizaron los jóvenes entre risas, apostó por “hacer más” para “contrarrestar la divulgación de la desciencia, los supuestos conocimientos que son erróneos, pero utilizan un lenguaje parecido al de la ciencia y confunden a la gente”. Duque felicitó también al Pamplonetario por su 25º aniversario -del que es un asiduo, pues ha acudido varias veces como astronauta- y puso el acento en la importancia de “favorecer también desde los poderes públicos la divulgación científica”.
Pedro Duque puso el acento en la importancia de “favorecer también desde los poderes públicos la divulgación científica”.
El ministro anunció que el Gobierno central prepara un plan con ese objetivo, y también recordó que el Ministerio de Sanidad “ya ha puesto en marcha toda una serie de normas y pequeños cambios normativos que hace que sea más fácil discriminar y asegurar que las personas cuando acuden a un centro sanitario oficial sepan que ahí tienen el servicio que se hace atendiendo al conocimiento proporcionado por la ciencia”.
Y como el movimiento se demuestra andando, ya en la sesión con la chavalería, Duque explicó a los jóvenes –‘ojipláticos’ en su mayoría por la proyección con el nuevo sistema digital del Planetario de un adelanto de la producción El jardinero de la galaxia– el funcionamiento de la Estación Espacial Internacional, esa mole de 400.000 toneladas que orbita la Tierra a 26.000 kilómetros por hora.
ESTAR EN EL ESPACIO
Humilde, Duque se enfrentó micrófono en mano a las preguntas sin fin de los escolares. Reconoció que es “difícil de explicar” qué se siente en el espacio: “Físicamente estás flotando, como en una piscina. Pero puedes respirar y no puedes nadar, porque no hay agua”, les contó. “Al principio la gente se marea un poco, no por flotar, sino porque no sabes dónde está arriba y abajo, la derecha y la izquierda, pierdes las referencias”.
Y también les dijo que cuando manejas un aparato como ese, “que puede ser peligroso”, “tienes que intentar no pasar miedo; te preparas y haces las cosas bien”, subrayó.
Hizo memoria para recordar que se le “presentó la oportunidad” de ser astronauta a través de un anuncio público al que respondieron “miles de personas”, que en su generación estaban muy influenciadas por haber observado en directo por televisión el alunizaje del Apolo 11 el 21 de julio de 1969, cuando Neil Armstrong pronunció las palabras más famosas de la historia de la carrera espacial.
Tuvo tiempo para relatar curiosidades, como que si quieres fotografiar “tu pueblo” tienes que darte prisa, pues debido a la velocidad solo permanece en el horizonte que permiten ver las escotillas unos diez minutos.
“En el espacio físicamente estás flotando, como en una piscina. Al principio la gente se marea un poco porque no sabes dónde está arriba y abajo, la derecha y la izquierda”.
Pedro Duque estuvo dos veces en la Estación Espacial Internacional, aunque no pudo dar ningún paseo espacial: “No me tocó, y no lo haces cuando te da la gana, solo en operaciones especiales”, explicó. Su recuerdo es que estar en la nave “es la misma sensación que estar cayendo. Cuando se apaga el cohete sientes que te caes, y te das susto. A las tres horas ya te acostumbras a la sensación, pero por ejemplo cuando te despiertas y no recuerdas dónde estás, te pasa”. “Y cuando abres la escotilla tienes 400 kilómetros por debajo y no te ata nada. Hay astronautas que han tardado un rato en atreverse a salir”.
Guarda imágenes tan “impresionantes” como ver un huracán desde arriba. “Enorme, con un ojo redondo”. O “la noche en una gran selva, donde llueve mucho, ves las tormentas. Los rayos se extienden miles de kilómetros”.
Y tras asegurar, para tranquilidad de los escolares, que los “problemas gordos” son la excepción allá arriba, aprovechó para criticar que “la iluminación de las ciudades no se hace muy inteligentemente, se dirige demasiada luz hacia arriba”.
El director del Planetario, Javier Armentia, aprovechó el día para reivindicar que el conocimiento científico “es un derecho humano también”, y recordar que 750.000 personas han pasado por la Escuela de Estrellas del Pamplonetario gracias al Gobierno de Navarra, la fundación Bancaria La Caixa y la fundación Caja Navarra.
ENCUENTRO CON ALFONSO CARLOSENA
Para terminar su jornada en Pamplona, Pedro Duque se entrevistó, a petición propia, con el rector de la UPNA, Alfonso Carlosena, con quien habló de la necesidad urgente de modificar el marco legislativo universitario para dotar a los centros de un modelo de gobierno que permita a los equipos rectorales tomar decisiones con una verdadera autonomía universitaria, atendiendo las necesidades sociales.
En su visita, el ministro ha coincidido también con la representación de la obra de teatro Yo quiero ser científica, una iniciativa dirigida a alumnado de entre 8 y 12 años y en la que nueve profesoras de la Universidad Pública de Navarra rescatan la vida y la obra de mujeres científicas de siglos pasados.