El 2023 promete ser un año intenso en Bruselas. La gestión de la inflación, la crisis energética, el tsunami legislativo del Pacto Verde Europeo y la presidencia española, junto con la evolución de la guerra en Ucrania, son algunos de los temas que más oiremos en el debate comunitario.
Más de la mitad de los jóvenes considera que el cambio climático es el principal reto mundial que afecta al futuro de la Unión Europea. Nueve de cada diez creen que la lucha contra el cambio climático puede contribuir a mejorar su propia salud. El año pasado se celebró el Año Europeo de la Juventud, una oportunidad para escuchar las preocupaciones y peticiones de jóvenes de toda Europa. El empleo, junto con la educación o formación, la emancipación, y la salud física y mental, son también las principales preocupaciones de los jóvenes. Europa es un lugar estable que ofrece perspectivas de futuro en un orden mundial turbulento. Pero, ¿cuáles son sus retos?
Pese a que hay quienes niegan repetidamente su existencia, la mayoría de los ciudadanos comprenden la problemática del cambio climático y buscan soluciones. El Pacto Verde Europeo es un paquete de iniciativas que supone un importante avance en la lucha contra el cambio climático. Incluye, por ejemplo, el aumento de cuotas de las energías renovables y la reducción de las emisiones netas de gases de efecto invernadero en un 55 %. El objetivo es lograr la neutralidad climática en la Unión Europea de aquí a 2050 y transformar Europa en una economía moderna y eficiente.
“Más de la mitad de los jóvenes considera que el cambio climático es el principal reto mundial que afecta al futuro de la Unión Europea”
La salud, más todavía después de la crisis sanitaria causada por el Covid-19, y la migración se postulan también como desafíos mundiales. Se estudia una política sanitaria común como una herramienta útil para mejorar la vida de los ciudadanos en Europa. La solidaridad entre los Estados y la dependencia energética, tras la guerra de Putin a Ucrania, ha demostrado la importancia de una autonomía europea en valores y recursos. Un ejemplo de esto es que, en Europa, antes de la invasión rusa, dependíamos en un 45 % del suministro eléctrico de Rusia y hemos conseguido que la cifra disminuya al 14 %. Debemos desarrollar una autonomía estratégica fuerte que garantice nuestros valores europeos, ese será sin duda uno de los retos legislativos del 2023.
A nivel energético, todavía no existe un gran acuerdo europeo sobre la energía. Por un lado, Hungría es el único país perteneciente a la Unión que sigue firmando grandes acuerdos de compra de suministro eléctrico a Putin. Por el contrario, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y el primer ministro de Portugal, Antonio Costa, diseñaron la ‘excepción ibérica’, que ha establecido un tope al precio de la electricidad para el consumidor. La medida ha resultado todo un éxito y ha permitido que España se sitúe entre los países europeos con los precios más bajos, en comparación con vecinos como Alemania, Italia o Francia. A diferencia de épocas pasadas, nuestro país es el centro de la gobernanza europea, reforzando su liderazgo internacional en una crisis mundial sin precedentes.
El reto de Europa es ofrecer respuestas ante un mundo que cambia rápidamente y en el que cada vez más se intensifica la rivalidad entre potencias. La Unión Europea debe decidir ante las crisis basándose en sus valores y, para ello, debemos reforzar su autonomía estratégica. Esta se define, según el investigador Paul Timmers, como la capacidad de los Estados para decidir y actuar sobre aspectos esenciales de su futuro a largo plazo en la economía, la sociedad y sus instituciones. El futuro y el presente, sin duda, es Europa.
Adriana Maldonado
Eurodiputada socialista