miércoles, 24 abril 2024

Roberto Lanaspa, rumbo al futuro

Teniendo en cuenta la revolución que ya experimenta la automoción y su peso en la economía navarra, en los próximos dos años "nos jugamos el futuro como región". El autor de tan contundente afirmación no es ningún agorero, sino Roberto Lanaspa, alguien que conoce muy bien esta industria gracias a sus cargos de vicepresidente de la multinacional KWD y de presidente de la Asociación Clúster de Automoción de Navarra. Aunque defiende que la Comunidad foral ha realizado ya un trabajo importante, aún lo es más el que queda por hacer en el actual contexto. Pero Lanaspa se muestra optimista y cree que Navarra sabrá aprovechar esta gran oportunidad.


Pamplona - 7 mayo, 2022 - 00:02

Desde 2017, Lanaspa ejercía como vicepresidente de Producción en KWD Automotive. (Foto: Maite H. Mateo / archivo)

Roberto Lanaspa acaba de cumplir 54 años. De niño, hasta que cumplió cuatro, vivió en Tudela. Después, su padre se trasladó a Pamplona por motivos laborales y con él viajó el resto de la familia. Estudió con los Salesianos y el BUP y COU en el colegio Irabia. «Entonces estaba mal visto hacer FP, una absurdez como un piano de grande». Hizo Ingeniería Técnica Industrial en la Escuela de El Sario y, después, Ingeniería Superior en el centro Tecnum de San Sebastián, dependiente de la Universidad de Navarra. «Soy de la última promoción que tuvo que salir para hacer Ingeniería Superior antes de que abriera la UPNA».

Desde pequeño le gustaba desmontar los juguetes. «No por romperlos, sino por ver lo que tenían dentro, y volvía a montarlos. Así que, llegado el momento, tenía claro que lo mío era la ingeniería. Ahora soy más gestor que otra cosa, ingeniero, ingeniero… poco. Pero no me puedo quejar, a nivel profesional las cosas me han ido bien».

Finalizó su formación en 1994 y, ese mismo año, entró para realizar las prácticas en Heidemann Novel Ibérica, una empresa con sede en Noáin que fue adquirida por Awest y luego por Dura, dedicada a la fabricación de componentes para el Volkswagen Polo. Al acabar el periodo de prácticas le ofrecieron seguir en la oficina técnica y llegó a ser director de Ingeniería y Calidad hasta que, en febrero de 2002, pasó a la División de Producción de Karosseriewerke Dresden (KWD), una de las firmas del grupo Schnellecke.

A partir de 2007, fue tomando responsabilidades en el área de logística y, en 2012, alcanzó la vicepresidencia de las secciones de logística y producción para el sur de Europa. En 2017, el grupo decidió separar las divisiones de logística y producción, y Roberto Lanaspa pasó a ser el vicepresidente de producción del consorcio, donde se convirtió en el responsable de las fábricas de Portugal y España de KWD, así como en el de Ingeniería para todas las plantas de la marca.

Toda su carrera profesional ha transcurrido en el sector de la automoción. ¿No ha tenido la tentación de trabajar en otros? Hace oscilar levemente la cabeza antes de responder. «En Navarra, además de en la automoción, tienes empresas potentes alimentarias, de renovables o biofarmacéuticas. ¿Si me siento encasillado? A veces, pero la industria del automóvil ha sido líder en tecnología, organización, innovación, y todo eso realmente me gusta. Además, durante todos estos años ha evolucionado muchísimo, quiero decir que aunque no me he movido el sector ha cambiado, no es el mismo».

«Eso de hacer un plan a seis meses, que no hacía falta tocarlo porque estabas en un escenario de total certeza, no sé si lo volveremos a ver».

A esos cambios hay que sumar otros, forzados y recientes: «Los dos últimos años han sido complicados. Recuerdo que llegué de Chequia el 13 de marzo de 2020 y el 14 tuve que ir con mi hija a recoger los libros del colegio porque iba a cerrar y… Dos días antes estaba en Chequia. Esa situación nos parecía algo impensable. No sabíamos a lo que nos enfrentábamos, la industria paraba en toda Europa. ¿Qué había que hacer con los trabajadores? ¿Y con las materias primas? Fueron unos días muy difíciles a la hora de tomar decisiones«. Al menos, «aprendimos a distinguir entre lo que era importante en el día a día de las empresas y lo superfluo que las organizaciones vamos creando».

A la vuelta del verano, cuando la situación parecía tender a la normalidad, «se empezó a oír que si los semiconductores, que igual…». «Y el tema de las materias primas ha sido brutal. Al empezar el año, se decía que para el verano iba a estar solucionado, después que en otoño, luego que en Navidad y en Navidad que en verano todo arreglado. Vale, perfecto, llegamos a febrero y toma, ¡la guerra de Ucrania!», exclama Roberto Lanaspa con gestos que denotan hastío.

Es más, duda que el mundo pueda volver «al mercado que teníamos antes». «Eso de hacer un plan a seis meses, que no hacía falta tocarlo porque estabas en un escenario de total certeza, no sé si lo volveremos a ver», apostilla. Le preguntamos si tienen que vivir casi al día. «¡Casi a la hora! Planificaciones a una semana vista ya se consideran prácticamente a largo plazo. Los jueves, los clientes nos informan de lo que van a fabricar la semana siguiente y, a partir de ahí, tienes que reaccionar». El problema, añade, es que el mercado se ha vuelto mucho más flexible y ha descubierto la agilidad de funcionamiento: «No sé si volverá  a ser tan planificable como era antes, eso va a exigir a las empresas un cambio de mentalidad importante«.

De pequeño, Lanaspa tenía una gran afición por montar y desmontar los juguetes.

De pequeño, Lanaspa tenía una gran afición por montar y desmontar los juguetes.

Desde su planta de Arazuri-Orkoien, KWD suministra piezas metálicas de plataforma y estructura para los tres modelos que salen de Volkswagen Navarra y los que fabrica Seat en Martorell, incluido el Audi A1. Son fabricadas por una plantilla de 92 personas, que trabajan en tres turnos en una planta «altamente automatizada y robotizada, con capacidad de fabricar componentes para unos 3.500 coches cada día».

«La facturación del año pasado rondó los 50 millones de euros y, en el conjunto del grupo, fueron unos 1.000 millones. Tenemos como clientes a todas las marcas alemanas, también las premium como Porsche». ¿Previsiones? «Si todo se cumple… la idea es que sigamos creciendo«. Esa esperanza se basa en otro factor disruptivo: el drástico cambio que ya empieza a producirse en el mundo del automóvil, con su avance imparable hacia la electrificación. Una situación para la que el grupo «está bastante bien preparado». Y es que el tipo de piezas que fabrica la compañía seguirá utilizándose en los coches eléctricos. Otra cosa sería si trabajasen en los tubos de escape o los propulsores. «Por ejemplo, Tesla hace toda la parte trasera en una sola pieza de fundición en lugar de soldaduras de conjuntos de estampación. Vamos, lo que os decía: no estamos en un mercado estático«.

«El objetivo de ACAN: ser un recurso para la industria, que ayude a mantener la cadena de valor que tenemos en Navarra».

En este contexto, los actores precisan apoyo mutuo, poco puede hacer uno de ellos en solitario. Necesitan orientarse y ahí puede jugar un papel fundamental la Asociación Clúster de Automoción de Navarra (ACAN), que preside Lanaspa desde 2017 tras ser reelegido en junio de 2021. Comentamos si, en estas circunstancias, la entidad ha perdido algo de su carácter de recurso para las empresas y se ha convertido en un refugio. Y nos halaga al señalar que es una observación interesante. «Ese es el objetivo de ACAN, ser un recurso para la industria que ayude a mantener la cadena de valor que tenemos en Navarra, e incrementarla si fuera posible. La misión de ACAN es la de aglutinar, coordinar y ser capaz de orientar a nuestros asociados sobre la mejor manera de alinear las estrategias de cada empresa gracias a los contactos que, como institución, tenemos con las administraciones, y a nuestro conocimiento del sector».

DE LA INCOMPRENSIÓN AL RECONOCIMIENTO

Hoy, ACAN reúne más de 55 empresas y centros tecnológicos, que suponen el 90 % del empleo del sector y el 75% de su facturación. Hace diez años, cuando se puso en marcha, fueron cuatro los promotores, incluido Lanaspa, que fueron vistos con cierta incredulidad. «Yo tenía la impresión de que, metido en tu día a día, en tus problemas y en tu cueva, no te enteras de lo que ocurre alrededor. Pues mal, tienes que levantar un poco la cabeza. Eso fue muy difícil conseguirlo, chocabas con actitudes como la de que cómo voy a hablar con un señor con el que mañana voy a estar pegándome para conseguir un contrato. Eso fue una barrera muy importante», asegura.

El empeño de los cuatro pioneros -además de KWD, KYBPlásticos Brello y SKF– ha acabado convenciendo a los demás, «que aprecian las cosas que se están haciendo en el clúster». «Compartir ayuda a relativizar tus problemas y a darte cuenta de que hay maneras de pensar diferentes. Eso siempre enriquece porque te abre la mente y te hace capaz de apreciar qué es lo mejor».

Al mismo tiempo, valora la «receptividad del Gobierno de Navarra», también «a la hora de entender nuestras peticiones y cuál es la situación». «Ahora, con el consejero Mikel Irujo, el entendimiento aún es mejor, es alto. Él nos expone con franqueza sus limitaciones. Vamos, que ni de lejos conseguimos todo lo que pedimos, pero comprende de lo que estamos hablando. Y eso ya es importante».

Roberto Lanaspa ha sido fundador e impulsor de ACAN, que vuelve a presidir tras su reelección.

Roberto Lanaspa ha sido fundador e impulsor de ACAN, que vuelve a presidir tras su reelección.

Ese entendimiento se ha incrementado en los dos últimos años con el acelerón del vehículo eléctrico. «Pero si importante es lo que se ha hecho, lo que queda todavía lo es más porque ahora toca hacerlo realidad. Empieza un nuevo ciclo económico con ayudas europeas y hay que planificarlo ya para tener la máquina muy, muy, muy engrasada tanto en las empresas como en la Administración. En los dos próximos años nos jugamos en futuro de Navarra como región», sostiene.

Aunque Volkswagen ha llevado su fábrica de baterías a Sagunto, Lanaspa se muestra comprensivo e incluso optimista, sobre todo después de que el grupo alemán anunciara una inversión superior a los 7.000 millones de euros para electrificar Landaben, Martorell y Sagunto. Eso sí, el plan y las inversiones «están aún sujetos a la asignación final» de los fondos del PERTE: «Navarra sigue teniendo intactas sus aspiraciones para este nuevo ciclo, tenemos un parque industrial muy potente en torno a Volkswagen, que parece que va mantener su volumen de negocio. Lo que hay que hacer es impedir que esa cadena de valor fluya hacia otras regiones”.

«En diez o quince años veremos los primeros coches de hidrógeno ya viables, que serán los que desplacen definitivamente a los de combustión».

El conocimiento que tiene del mundo de la automoción le permite aventurar que, tras las primeras generaciones de coches eléctricos, vendrán los de hidrógeno. Y advierte de que el cambio afectará «a todos los servicios y asociados de este mercado». Claro, los talleres de reparación van a tener que reconvertirse, apuntamos, pero vuelve a dar muestra de su visión positiva. «Hombre, ya se han adaptado al componente tecnológico que llevan los coches y que antes no tenían. Y, en su día, pasaron del motor de gasolina al de gasoil. Tendrán que adaptarse, evidentemente, pero es un paso más en su continua evolución».

Va más allá y dice que pueden resultarles más problemáticos temas como el del vehículo autónomo y conectado, «porque serán más eficientes y sin los errores de los humanos al conducir, que se traducen en golpes y averías». En cualquier caso, el sector emprende una transformación completa, hasta en lo cultural, donde se tambalea el concepto del automóvil en propiedad, que ya no se ve como un bien sino como un servicio…

Le pedimos que mire en su bola de cristal y nos diga cómo será el parque automovilístico dentro de quince años. Se ríe, lanza un «buuuf» y responde que el transporte seguirá usando motores de combustión, mientras que en las ciudades se habrá generalizado el vehículo eléctrico. No tanto para los viajes largos, ya que aún está por implementarse una red de puntos de recarga que los faciliten. «Estaremos empezando a ver los primeros coches de hidrógeno ya viables, que serán los que desplacen definitivamente a los de combustión».

Roberto Lanaspa participa en la Cátedra de Logística de la UPNA, un foro que elogia por ocuparse de una actividad clave para el desarrollo del sector. «También porque las empresas nos quejamos de que, al salir de la universidad, conoces poco del mundo real. Bueno, pues ahí está para ayudar en ese sentido».

En invierno, si tiene tiempo, esquía, mientras que en verano pasea por las playas gaditanas. Lee y le gusta mucho la música: «Y viajar cada vez más. Será porque estos últimos años no hemos podido hacerlo, pero me encanta ver otros países y conocer otras costumbres. Yo recomendaría alargar los estudios para dedicar el último año a viajar por el mundo, como hacen los americanos». Si se lo propone, quizá pueda convencer a las autoridades educativas, al fin y al cabo eran pocos los que creían en ACAN y, junto a los pioneros, ha logrado el reconocimiento de todo el sector de la automoción.

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