Portuguesa de nacimiento, pero pamplonesa de corazón. Así se define Susana Afonso, que atesora una encantadora retahíla de recuerdos. Quizá, el mundo para ella pueda resumirse en tres sencillos elementos que, en cada capítulo de su vida, le han guiado hasta el punto exacto donde hoy se encuentra, risueña y feliz. Naturaleza, mecánica y aprendizaje. Estas son sus memorias. Esta es su historia.
Siendo una niña de apenas unos meses, se mudó a Navarra, donde creció cautivada por el intenso verde de sus paisajes y la infinitud de un horizonte que contemplaba con la mirada de quien busca el detalle más allá de lo evidente. Su infancia estuvo marcada por una profunda inquietud. Con ojos curiosos, observaba a su padre y examinaba su destreza a la hora de construir «cachivaches». Martillos, destornilladores, llaves inglesas, tuercas… Cada herramienta era crucial para arreglar objetos o incluso inventarlos. Él, concentrado en dejar volar su creatividad, «cacharreaba» con cosas que encontraba aquí y allá, y Susana, muy atenta, analizaba el proceso. «Mi madre era una fuente de sabiduría a quien yo le consultaba todo. Mi padre era su versión, pero llevada al ámbito más práctico. A veces, mi hermana y yo cogíamos sus herramientas para jugar y hacer trastadas», expresa mientras la nostalgia aterriza en su voz.
Fruto de la curiosidad por saber «cómo funcionan las cosas» y esa actitud «mañosa» que heredó de su progenitor, pronto supo que su futuro estaría ligado al mundo de la mecánica. Aún recuerda permanecer horas frente al ordenador, concentrada, desmontando sus piezas para cambiar la memoria RAM o arreglar algún componente dañado. Ese fue el momento exacto donde pensó que, tal vez, realizar un Grado Superior en Administración de Sistemas Informáticos sería la mejor opción para potenciar sus conocimientos. Así fue.
CRECIMIENTO PROFESIONAL Y PERSONAL
El Centro Integrado Cuatrovientos de Pamplona fue el lugar donde Susana aprendió a desenvolverse en ese mundillo que tanto captaba su atención. Allí descubrió la programación y las bases de datos, realidades que le serían de gran ayuda al adentrarse en el ámbito laboral. Tras realizar prácticas como programadora web en Kiaranet, empresa navarra especializada en marketing online y aplicaciones móviles, comenzó a explorar oportunidades en busca de impulsar su crecimiento profesional y personal.
Entonces fichó por Conasa, donde fue consultora IT tres años y, más tarde, se incorporó como programadora a Avalon, donde también trabajó tres años. De pronto, le surgió la posibilidad de trabajar en una multinacional del sector eólico. Nordex le brindó la oportunidad de ejercer de programadora, y enseguida dio el «sí». Pero, después de cinco años, en los que nuestra protagonista se especializó en el mantenimiento y el desarrollo de diversas aplicaciones, un nuevo rumbo captó su interés. La navarra Tracasa Instrumental tenía una propuesta muy interesante para ella.
Susana recuerda bien su primer día en la sociedad pública, dependiente del Gobierno de Navarra. Expectante por comenzar esta nueva etapa, contempló el edificio, que se alzaba majestuoso frente a ella. Con los nervios y la emoción que caracterizan a todo inicio, dejó que la puerta automática se abriera y entró. E inmediatamente entendió la palabra «equipo». «La acogida fue increíble. La metodología de trabajo va en línea con mis valores y mi manera de pensar. Me sentí muy privilegiada», relata con ternura para acto seguido mencionar que ya son dos años y medio los que lleva formando parte de la compañía como Senior Developer en el Área de Justicia.
«ALLANAR» EL CAMINO
Lo cierto es que, a la hora de decidir qué estudiar, su gran referente fue su padre. Y nunca se encontró con ninguna «barrera». Pero la situación actual del sector es, quizá, algo adversa. «Históricamente, el mundo STEM ha tenido más presencia masculina que femenina. Desde Tracasa Instrumental queremos acercar estas carreras a las mujeres. Hay que allanar el camino, eliminar prejuicios y hacer ver al mundo que la diversidad conlleva crecimiento», defiende con firmeza. Sus palabras van seguidas de un breve silencio. Otea el horizonte, suspira y, entonces, decide compartir una reflexión en voz alta: «Tal vez haya pocos referentes femeninos accesibles. Madres, hermanas, primas, tías… Quizá las jóvenes no tengan familiares cercanas que se dediquen a esta área y tengan ideas preconcebidas».
«Tal vez haya pocos referentes femeninos accesibles. Madres, hermanas, primas, tías… Quizá las jóvenes no tengan familiares cercanas que se dediquen a esta área»
De hecho, por este motivo nació TracasaWomenTic, el equipo de la empresa pública que inspira a mujeres de futuras generaciones a convertirse en referentes tecnológicas. Recientemente, se celebró el evento ‘Desafío STEM’, al que acudieron 350 estudiantes de diversos colegios navarros. «Se organizaron juegos y actividades con el objetivo de que les picara el gusanillo y viesen si este mundillo les gusta», expresa Susana.
También ‘Rompiendo la rueda’ nació con la idea de «impulsar las vocaciones STEM entre niñas y jóvenes». A través de conferencias «informales», mujeres del sector comparten sus experiencias. En ese instante, nuestra protagonista vuelve a hacer hincapié en la accesibilidad: «La idea es que las alumnas puedan tener una perspectiva más accesible, con profesionales a quienes sientan cercanas».
UN SISTEMA «PIONERO Y ÚNICO»
Cuando Susana aterrizó en Tracasa Instrumental, su meta era muy concreta: mejorar Avantius, un original sistema de gestión de expedientes judiciales. «Es un gestor procesal pionero y único en España», apunta antes de desgranar su funcionamiento. Nació en 2004, en Navarra, como una aplicación que buscaba la digitalización de la gestión de la Justicia. Unos años más tarde, se transformó a formato web y se instaló en Cantabria, Andorra, Aragón y, desde 2023, también en el País Vasco.

De pequeña, Susana Afonso observaba a su padre y examinaba su destreza a la hora de construir «cachivaches».
En concreto, permite que los distintos integrantes de los órganos judiciales, fiscales, forenses o cualquier otro profesional puedan intervenir con la debida seguridad dentro de un expediente, haciendo el proceso más ágil. «Abarca todas las fases de un proceso judicial. Desde el momento en el que un policía presenta un atestado o un médico presenta un parte hospitalario, hasta que el escrito llega al juzgado y se da la sentencia o archivo por parte del juez», explica tras enfatizar que «es uno de los primeros sistemas en cumplir a nivel nacional el test de compatibilidad marcado por el Consejo General del Poder Judicial».
«Avantius es uno de los primeros sistemas en cumplir a nivel nacional el Test de Compatibilidad marcado por el Consejo General del Poder Judicial»
De hecho, ya son 80.000 los profesionales que utilizan el sistema, a los que se suman 7.000 usuarios que trabajan para la Administración de Justicia. «Esto supone un reconocimiento al trabajo que llevamos llevando a cabo todos estos años. Asegura una justicia más ágil, accesible y transparente. Y, cualquier ciudadano puede acceder a sus propios expedientes», celebra orgullosa. Además, Tracasa Instrumental ha sido recientemente reconocida con Avantius como la primera entidad pública española, por parte de la firma estadounidense Scaled Agile, por su utilización de la metodología «SAFe».
De cara al futuro, la sociedad pública navarra tiene una meta clara: «Hacer de Avantius un sistema interoperable al 100 %, orientado al dato y que sea capaz de elevar la eficiencia de la Administración Pública a unos niveles no vistos antes». Para alcanzar este objetivo, Tracasa Instrumental colabora desde hace tres años con la Cátedra de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), desarrollando un sistema de tramitación que acelere diversas gestiones con la ayuda de la IA.
Sonriente después de narrar los hitos de la empresa pública, recuerda de nuevo a aquella pequeña Susana que pronto quiso aprender cómo y cuáles son los engranajes del mundo. Lo cierto es que una historia siempre tiene un inicio, un nudo y un desenlace. Y ella, quizá por la mecánica que siempre ha habitado en su interior y su mentalidad meticulosa, de pronto confiesa algo: «Además de mis hobbies, organizar y ordenar cosas me encanta». Así, con un orden exquisito, concluye su relato y proyecta la mirada más allá del paisaje que se divisa a través de la ventana. Una vez más, en busca del detalle. Una vez más, con la inquietud que tanto ha marcado su trayectoria.