En las redes sociales, numerosos usuarios crean sus perfiles a través del correo electrónico de su trabajo. Esta práctica puede provocar problemas de ciberseguridad en las empresas y en cualquier tipo de organización. Según indica la empresa S2 Grupo, especializada en ciberseguridad, uno de los casos más comunes es en la aplicación de citas Tinder.
En este sentido, hay numerosos riesgos que se toman al registrarse en Tinder con una cuenta profesional. Por ejemplo, esta aplicación adquiere demasiada información sobre sus usuarios. Al aceptar su política y condiciones de uso, la persona permite que se pueda acceder a la información tanto del dispositivo como del perfil del usuario. De esta forma, vincula el correo laboral a un perfil determinado y, en algunos casos, a datos bancarios.
Tampoco se sabe quién hay detrás de la pantalla. La falsa sensación de seguridad que aporta las redes sociales provoca que las personas sean más confiadas y establezcan contacto con cualquier persona con la que se haga match, independientemente de si se la conoce realmente o no. En estos casos, las posibilidades de ser víctimas de cualquier ataque de ingeniería social, como phishing, catfishing o chantaje, se multiplican.
Otro problema es el aumento del campo de actuación de los ciberdelincuentes. Al no separar la esfera profesional de la personal, proporciona información más completa sobre uno mismo y el posible daño de los ciberataques es más amplio. Cuanto más sean reservados datos relevantes sobre uno mismo, más seguro se estará.
En este sentido, también se puede comprometer la información de la organización profesional, la de los compañeros y la propia. Si una persona hackea el perfil de un usuario, se puede acceder a la cuenta profesional. La suplantación de identidad, la extorsión, el acceso y difusión de información confidencial y el hackeo de sistemas de seguridad del lugar de trabajo, son algunos de los riesgos si se vincula la cuenta profesional a una aplicación de carácter personal.
Por último, utilizar la cuenta de correo corporativo para fines personales puede interpretarse como falta de profesionalidad. Si este recurso se emplea para fines particulares, con el riesgo que ello conlleva, se está demostrando falta de compromiso y seriedad con el trabajo, y atentamos contra la confianza depositada.
Para poder evitar todos estos problemas, la solución reside en crear una cuenta de correo personal para redes sociales como Tinder. De esta forma, la cantidad de información que se comparta queda limitada. La exposición de los datos personales puede situarse en una posición de desventaja.