Acciona ha conectado a red la primera planta española de almacenamiento renovable con baterías recicladas. Y lo ha hecho en su parque experimental fotovoltaico de Tudela (Navarra). El conjunto de cuatro baterías de segunda vida, con una capacidad conjunta de 130kWh, almacenará la energía obtenida a partir de la planta de 1,2MWp «para inyectarla en red y analizar su rendimiento y comportamiento». El proyecto de innovación, según informó la empresa en un comunicado, se completa con un análisis comparativo para verificar la capacidad de las baterías recicladas a la hora de «ofrecer las mismas prestaciones que las de primer uso».
La planta está integrada por baterías de 32kW/32kWh procedentes de vehículos Nissan, cuya utilización en el proyecto permitirá «duplicar su vida útil». Acciona operará el sistema desde el Centro de Control de las Energías Renovables (Cecoer) con su plataforma global de gestión de energía GEMS, lo que permitirá «una gestión optimizada y el seguimiento y análisis de parámetros en tiempo real». La energía renovable «se certificará en todo el proceso» a través de la plataforma Greenchain de la firma, basada en blockchain.
Belén Linares: «Las baterías de segunda vida pueden ser una opción idónea para complementar las instalaciones de autoconsumo, las redes de recarga de vehículos eléctricos y las microrredes».
La planta de almacenamiento forma parte de las instalaciones experimentales de Montes del Cierzo en Tudela, y es fruto de un proyecto conjunto con la startup navarra Beeplanet Factory dentro del programa I’mnovation.
Los estándares de la batería para vehículos establecen que esta tenga operativa más del 80 % de su capacidad y se descargue un máximo del 5 % en veinticuatro horas «para asegurar las máximas prestaciones del vehículo». Por debajo de esos parámetros, «los módulos dañados pueden detectarse y sustituirse y las baterías pueden ofrecer prestaciones similares a las de primera vida para otros usos con un coste menor».
El proyecto supone «un foco adicional de descarbonización», ya que el reciclaje de baterías de vehículos eléctricos «permite evitar hasta el 70 % de las emisiones de CO2» asociadas a la fabricación de baterías nuevas. Junto a ello, «impulsa la economía circular y la valorización de recursos, ya que muchos de los componentes básicos de las baterías de ion-litio, como el cobalto o propio litio, son escasos».
«Las baterías de segunda vida pueden ser una opción idónea para complementar las instalaciones de autoconsumo, las redes de recarga de vehículos eléctricos y las microrredes. Con ello, podremos trasladar a nuestros clientes nuestro compromiso con la economía circular y un salto cualitativo en su proceso de descarbonización», apuntó Belén Linares, directora de Innovación de Energía en Acciona.
PROYECTO GERA
Ambas empresas forman parte del proyecto GERA del Gobierno foral, que precisamente se centra en los sistemas de almacenamiento a partir de la reutilización de baterías de vehículos eléctricos. En esta iniciativa participan, así mismo, la UPNA, Cener, Enercluster, Cemitec, Ingeteam, la Universidad de Navarra y SGRE.