El Seat Arona es un pequeño SUV diseñado para quienes buscan un vehículo que aúne emoción, distinción y funcionalidad. Desde su introducción en 2017, se ha convertido en uno de los pilares clave de la marca. Y, a medida que el mercado se desplaza hacia transmisiones más automáticas, el fabricante español ha querido asegurarse de que su SUV siga ofreciendo la combinación adecuada de tecnologías para mantener su posición en el segmento.
Este nuevo Arona apenas usa entre 6,0 y 6,7 litros a los 100 kilómetros.
Para satisfacer esa demanda cambiante de los clientes, Seat inició la producción en la factoría de Martorell del Arona, al que ha dotado de una unidad TSI de 1,5 litros. Esta forma parte de un sistema vinculado exclusivamente a una transmisión DSG de doble embrague y siete velocidades. Una nueva combinación de 150 CV (110 kW) de potencia, lo que lo convierte en uno de los vehículos “más cómodos y convenientes para conducir dentro de su sector”, aseguraron sus creadores.
“Los clientes buscan mayores niveles de comodidad. Y eso es algo que la tecnología DSG puede ofrecer con cambios más suaves y rápidos, proporcionando una experiencia más dinámica detrás del volante”, añadieron.
De esta forma, la combinación de motor y transmisión “no solo proporciona un vehículo más en sintonía con lo que se necesita en el mercado, sino que también lo equilibra y lo hace más eficiente”. Sirva como ejemplo que este nuevo Arona apenas usa entre 6,0 y 6,7 litros a los 100 kilómetros y que sus emisiones de CO2 se sitúan entre los 137-152 g / km.