El CEO de Volkswagen, Herbert Diess, dio a conocer este jueves las inversiones previstas por la multinacional alemana para el período 2025-2030. En los casos de Landaben y Seat Martorell, no ofreció detalles concretos sobre los modelos que fabricarán, pero “el plan” del grupo pasa por que la primera produzca dos SUV de distintas marcas, con lo que la factoría combinará los vehículos de combustión con los eléctricos, y que la segunda se encargue de dos modelos eléctricos compactos.
Si se cumplen las proyecciones de la empresa, los nuevos automóviles comenzarán a producirse en 2025. Pero las cuotas de cada factoría no se hicieron públicas. Quizás porque, según especificó la firma en un comunicado, “la decisión final depende de las condiciones generales y los incentivos del Gobierno”, en clara referencia a la concreción de las ayudas recogidas en el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE).
El montante de este asciende a 4.250 millones de euros, con 3.000 millones para subvenciones destinadas a la puesta en marcha de proyectos transformadores de la cadena de valor del vehículo eléctrico. Concretamente, “a la investigación, el desarrollo, la innovación y el impulso de medidas de protección medioambiental y eficiencia energética”. En este sentido, la Comisión Europea dio luz verde este mismo jueves al paquete de ayudas contemplado en el PERTE.
LOS MODELOS DE CADA PLANTA
De hecho, a diferencia de lo ocurrido con las plantas españolas, la multinacional sí especificó los modelos que se harán en el resto de factorías europeas. Hannover (Alemania) será totalmente eléctrica y se encargará del Audi Artemis, la producción de la carrocería para un modelo de Bentley y el Volkswagen ID California; en Leipzig (Alemania), las sinergias del kit de construcción EPI eléctrico para el segmento prémium “se aprovecharán con dos modelos de Porsche“; Salzgitter (Alemania) se está ampliando “para convertirse en un centro de baterías europeo”, ya que el grupo está invirtiendo alrededor de 2.000 millones de euros con el fin de producir allí celdas de baterías; Neckarsulm (Alemania) fabricará la próxima generación de Audi E6; Wolfsburgo (Alemania), el Volkswagen Trinity y el Volkswagen ID.3, además de liderar un campus de investigación y desarrollo; y Bruselas producirá el Q8 e-tron.
Después de meses de incertidumbre, en los que el futuro de Landaben y Martorell enturbió el debate político y mediático a nivel nacional y regional, el panorama se clarifica en gran medida para la factoría navarra, aunque quizás no tanto como el comité de empresa esperaba. El pasado martes y tras haber asistido al comité mundial del grupo, el máximo representante de la plantilla, Alfredo Morales, mostró su confianza en que la fábrica navarra se acerque a las 400.000 unidades anuales.
LECTURA POSITIVA DE VW NAVARRA
Aunque la oficialización de las cuotas de producción tendrá que esperar, la lectura que hacían desde la Dirección de Volkswagen Navarra era muy positiva. Sobre todo, por tres razones: primero, porque los SUV “tienen más margen de beneficio”; segundo, porque este segmento está experimentando “un mayor crecimiento” en el mercado; y, tercero, porque convertir a Landaben en una planta multimarca “probablemente le dará más volumen de producción que si solo fabricara unidades de Volkswagen”.
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