Yoda, en la saga de la ‘Guerra de las Galaxias’; Gandalf, en ‘El Señor de los anillos’; Kesuke Miyagi, en ‘Karate Kid’; Morfeo, en ‘Matrix’… Son solo algunos ejemplos de los grandes mentores de la historia del cine. Porque si bien el término ‘mentor’ gana protagonismo día tras día en el ámbito empresarial, su figura no es precisamente nueva y, de hecho, existe desde la antigüedad. La propia palabra fue inspirada por el personaje de Méntor en la ‘Odisea’ de Homero. A pesar de ser un anciano aparentemente carente de afectos, la diosa Atenea tomó su apariencia para guiar al joven Telémaco.
Gurú, maestro, sabio, consejero... Detrás de esta figura generalmente aparece una persona de edad avanzada, que aporta su conocimiento y experiencia a sus discípulos. En el mundo empresarial, el mentor suele ser alguien de la compañía con bagaje y poso, que conoce a fondo la empresa, así como su estrategia y el know how del negocio, y transmite sus valores y visión al recién llegado. También hay quienes desarrollan esta labor con emprendedores ajenos a su organización, que tratan de absorber conocimientos para poner en marcha sus propios proyectos.
Fernando Ruiz (Club de Directores de RRHH): “El talento joven aporta una visión del mundo que viene muy bien a la empresa, sobre todo cuando esta lleva muchos años haciendo las cosas igual”.
Pero los tiempos cambian. Y el ‘mentoring‘ ya tiene una nueva vertiente: el ‘reverse mentoring‘. Porque, ahora, el joven ‘millennial’ o ‘Z’ especializado en el mundo digital está cobrando especial auge como mentor de los CEO y los perfiles séniores para ayudarles en el proceso de digitalización de las organizaciones. Una necesidad que se ha hecho mucho más evidente desde el inicio de la crisis del Covid-19, que ha acelerado la revolución digital en ámbitos tan variados como el teletrabajo o la venta ‘online’, entre otros.
Fernando Ruiz Morales, miembro del Club de Directores de RRHH de la UPNA y director de Personas y Organización en Sistemas OEE, recuerda que el ‘reverse mentoring’ ya fue usado a finales de los noventa por Jack Welch cuando era director ejecutivo de General Electric Co. “Utilizó el ‘mentoring’ inverso para cubrir una necesidad de formación de los altos ejecutivos sobre el uso de Internet”, rememora para NavarraCapital.es.
Desde entonces, la tecnología ha evolucionado a pasos agigantados, de modo que el ‘reverse mentoring’ ha ampliado sus áreas de influencia: “Las iniciativas de ‘reverse mentoring’ son una herramienta idónea para contar con la opinión de los más jóvenes, que aportan nuevas formas de pensamiento: cómo llegar a determinados clientes, cómo generar nuevos modelos de negocio, cómo comprometer a las generaciones más jóvenes o cómo atraer al talento más joven…”.
Montaner & Asociados: “El ‘reverse mentoring’ es una fórmula ideal para alinear generaciones, fidelizar equipos y aprendizaje mutuo”.
Y esta realidad, a su juicio, genera numerosos beneficios a las empresas, ya que permite aumentar la resiliencia de la propia organización, generar sentimiento de pertenencia en los profesionales más jóvenes y fomentar la convivencia entre las diferentes generaciones. “El talento joven aporta, además, una visión del mundo que viene muy bien a la empresa, sobre todo cuando esta lleva muchos años haciendo las cosas de la misma manera. Que un joven vea cómo le escuchan los directivos de una empresa hace que se sienta importante, que se le tiene en cuenta en la toma de decisiones”, añade Ruiz.
REALIMENTACIÓN MUTUA
En Montaner & Asociados llevan tiempo trabajando con el ‘reverse mentoring’ como herramienta de desarrollo para las organizaciones, además de ser una fórmula ideal para alinear generaciones y fidelizar a los equipos: “En el momento de cambio al que nos está lanzando el Covid-19, es una gran oportunidad para entender otras formas de trabajar por parte de los CEO más séniores”, señalan sus socias Nora Reta y Genoveva Capdet.
Recuerdan también que hoy existe una clara tendencia a no dejar perder el “talento sénior”, formado por mayores de cincuenta años. “Estas personas tienen una dilatada experiencia en el amplio sentido de la palabra y, en situaciones como la actual, aportan serenidad, referencias pasadas y errores ya cometidos“, destacan. El “talento júnior” por su parte, tiene una “extremada preparación y habilidad tecnológica” de la que carecen la mayoría de los séniores, aunque no todos: “Esas personas buscan proyectos y necesitan dar sentido a lo que hacen”.
Así que el ‘reverse mentoring’, añaden desde Montaner & Asociados, ayuda a empatizar para conseguir alinear los equipos. De alguna manera se entiende mejor qué esperan todos sus integrantes, qué anhelan y qué buscan a nivel profesional y personal. Además, permite fomentar el aprendizaje mutuo. “Compartir visión y experiencia con perfiles jóvenes que están mentorizándolos también ayuda a estos últimos, pues carecen del ‘background’ histórico que puede tener un directivo sénior”.
Las prioridades también están evolucionando: los empleados buscan confianza, seguridad, que deleguen en ellos, poder trabajar en remoto y conciliar… “Valores que ya piden las nuevas generaciones como ‘millennials’ y posteriores. Además, muchos CEO no han emprendido, sino que han hecho carrera corporativa desde las empresas, y algunos de estos mentores jóvenes provienen de haber conceptualizado una idea, investigado un mercado y encontrado una oportunidad desde cero y con la necesidad de conseguir recursos, inversión, capitalizar en pocos años etc…Como directivo, en muchos casos te centras en mejorar lo que ya hay, pero no son tus recursos propios, ni comienzas de cero”.
Fernando Ruiz (Club de Directores de RRHH): “El sénior aporta experiencia, serenidad; el júnior, extremada preparación y habilidad tecnológica”
El ‘reverse mentoring’ genera por tanto una “realimentación mutua”, es decir, que cada segmento aporte al otro el conocimiento necesario para multiplicar los resultados. Y es que ya se sabe, uno siempre aprende algo de sus aprendices.
“De esta simbiosis surgen grandes equipos de proyectos, mucha iniciativa de I+D+i si se sabe combinar bien. El beneficio es mutuo, ya que ambos grupos se sienten valorados, aportan lo mejor de sí (especialmente lo intangible), y eso redunda en un extra de motivación y resultados para la empresa”, sentencian.
Pero este aprendizaje no solamente está relacionado con la edad. El CEO de Capgemini España, Paulo Morgado, ya dijo en su día que el ‘reverse mentoring’ “tiene que ver con tu disposición a cambiar tu forma de pensar”… “La agilidad y la flexibilidad son indispensables para los tiempos que vivimos”, añaden desde Montaner & Asociados. Eso sí, para que este tipo de ‘mentoring’ dé buenos resultados es clave que esté bien diseñado y que las personas participantes se hayan formado en el método: “No se trata de aparejar séniores y júniores, sino de crear una dinámica de crecimiento exponencial de la empresa. Y, si es posible, habría que empezar a eliminar la etiqueta de ‘millennials’. Hoy en día, el ‘reverse mentoring’ ya se hace con la generación ‘Z’ (aquellos nacidos entre 1994 y 2010) y los ‘T’, los nacidos a partir de 2010″.
CIERTA RETICENCIA DE LOS CEO
Pero, ¿están dispuestos los séniores a ser instruidos por un joven? ¿Suelen mostrarse reticentes a que un recién llegado les descubra aquellos aspectos en los que son más ignorantes? “Eso dirá mucho del talento del sénior, que tenga la suficiente humildad como para escuchar al joven de forma atenta y tener en cuenta todo aquello que le explica. Esa es la base de todo aprendizaje. Es otra manera de ver las cosas”, comenta Ruiz. Ahora mismo, por ejemplo, las organizaciones trabajan cada vez más en entornos colaborativos, se comparte más la información y el conocimiento y el ‘reverse mentoring’ ayuda a conocer la mentalidad de las nuevas generaciones: “La manera de liderar a los jóvenes actualmente no es como se estaba haciendo hasta ahora”.
Adriana Eransus (AJE Navarra): “Los jóvenes aportan el valor añadido de mantener a las empresas a la última”.
Adriana Eransus, gerente de AJE Navarra, incide en que, actualmente, hay cuatro generaciones conviviendo en el mercado laboral: ‘baby boomers’, generación ‘X’, ‘millennials’ y los ‘Z’. Y todas tienen mucho que aportar. Pero son las dos últimas las que más conocen los últimos desarrollos, tendencias y aplicaciones en materia tecnológica. Básicamente porque han crecido con ellos.
“Aportan el valor añadido de mantener a las empresas a la última, promoviendo mejoras e impulsando a estos negocios a avanzar y adaptarse a estas circunstancias tan cambiantes que nos está tocando vivir”, precisa en la misma línea que Fernando Ruiz y el equipo de Montaner & Asociados.
Para Eransus, rara es la compañía que entre sus trabajadores aún no ha incorporado ese relevo generacional o que no se ha sumado a las nuevas tecnologías: “Si la empresa no sabe adaptarse, es muy difícil que sobreviva”. No obstante, reconoce que en algunas organizaciones todavía existe cierta reticencia por parte de algunos directivos a cambiar la manera de trabajar. “Pero, antes o después, se hacen visibles las necesidades de cambio”, ya sea porque el mercado lo demanda, por las propias acciones de la competencia o por circunstancias externas. “En otros casos, son los propios empresarios quienes se dan cuenta de que han de evolucionar con la sociedad, y de que aunque la juventud carezca de esa experiencia que ellos poseen, son un valor añadido de gran importancia para que su negocio”, agrega convencida.
En esta asociación, con casi veinte años de recorrido, se llevan a cabo distintos proyectos en esta línea como el actual de Servicio de seguimiento, en el que empresas proveedoras ayudan a otras según sus necesidades, “las orientan y les dan las herramientas para mejorar y ser más competitivas en el mercado”. Por eso, la gerente de AJE Navarra subraya que los jóvenes son el presente y el futuro, “que hay que confiar en ellos, enseñarles y también aprender de ellos”. Entre otros motivos porque el mundo necesita “una juventud dinámica, con recursos, que sea objetiva con los errores del pasado y que aprenda de ellos”.