A pesar de ser el director general de Unipublic, la empresa que organiza uno de los eventos deportivos más populares, la Vuelta Ciclista a España, Javier Guillén no es muy conocido. De hecho, no es fácil encontrar información personal suya en internet, ni siquiera cuenta con una entrada en Wikipedia. Después de rebuscar bastante averiguamos que tiene 46 años y es abogado, que reside en Algete (Madrid) y… poco más, porque en las entrevistas que ha concedido habla casi exclusivamente de ciclismo y de la Vuelta. Está claro que es una persona discreta que desea preservar su intimidad.
Esa reserva es, sin duda, una característica que le favorece en su trabajo, que tiene una vertiente casi diplomática cuando se reúne con presidentes autonómicos, de diputación o alcaldes para negociar las salidas y llegadas de etapas, y eso sucede dos o tres veces cada semana. Son negociaciones delicadas que nunca trascienden hasta que están cerradas, por eso tiene que actuar con discreción.
A esas aptitudes diplomáticas de Javier Guillén hay que sumar su amabilidad, puesta de manifiesto en la Entrevista de Trabajo concedida a NavarraCapital.es a pesar de que para ello tuviese que retrasar algo su intervención en un evento de un patrocinador de la Vuelta. Comenzamos por felicitarle por el desarrollo de la competición que dirige, que en el momento en el que se desarrolló la conversación estaba a punto de concluir y que prometía mantener la emoción hasta el final: “La verdad es que estamos contentos, la clasificación está muy apretada, que es lo que queríamos, no ha habido incidencias ni cuestiones extradeportivas. Sí, estoy contento”. Es que están en juego patrocinios que, en buena medida, dependen de unas audiencias de las retransmisiones televisivas que se resentirían en el caso del dominio claro de un ciclista que hiciera aburrida la competición.
«La Vuelta es, sin duda alguna, el evento más complejo de organizar, planificar y coordinar de todos los que se hacen en nuestro país»
Javier Guillén dirige la Vuelta desde hace 10 años.
Estamos acostumbrados a ver al director general asomado por el techo del coche siguiendo el desarrollo de las etapas, pero eso debe ser únicamente la parte más vistosa de su trabajo. Se lo comentamos y nos responde, usando el plural mayestático y con una amplia sonrisa que quizás se deba a la obviedad de nuestra observación, que “al director ya le gustaría ir en el coche disfrutando de la carrera pero tiene otros cometidos con los que está encantado y que le suponen mucho trabajo”.
Por ejemplo, Javier Guillén y su equipo directivo pasaron por Pamplona para asistir a un evento organizado por la Diputación de Burgos, patrocinadora de la Vuelta junto a otra treintena de empresas y entidades. La carrera había cubierto una etapa en la que los corredores terminaron en la cima del Balcón de Bizkaia y al día siguiente empezaban a pedalear en Ejea de los Caballeros. El tiempo justo para atender a los compromisos publicitarios y a la prensa, dormir y salir de madrugada para comprobar que todo está a punto en Ejea para ponerse en marcha de nuevo. Y así, o parecido, cada uno de los 21 días de competición.
Sin embargo, a primeras horas de la noche transmite tranquilidad, diríamos que hasta sosiego. Puede ser debido a que el engranaje que ha creado funciona, está bien engrasado. ¿El secreto?: “Hay mucho que hacer con antelación, hay que combinar muchos elementos y recursos, tanto humanos como materiales. Somos más de 3.000 personas las que nos movemos todos los días de una ciudad a otra y es una infraestructura muy complicada, muchos kilómetros de vallas, muchos trailers y coches, algún que otro avión, bastantes helicópteros, todo eso mueve la Vuelta, que es sin duda alguna el evento más complejo de organizar, planificar y coordinar de todos los que se hacen en nuestro país”. Para ello cuenta con un “eficaz” equipo de 17 personas “que tiene, como toda empresa, un montón de apoyos externos”.
LA RELACIÓN CON LOS CICLISTAS
No cabe duda de que es una gran empresa. Guillén la dirige desde hace 10 años, cuando ASO, la organizadora del Tour de France, entró en el accionariado de Unipublic al comprar el 49% del capital con una opción de compra sobre el resto de la compañía que ejecutó antes de que venciera el plazo dando muestras de la confianza que tenía en el proyecto. ASO es una de las mayores empresas del mundo dentro del mundo del deporte y la organización de eventos. De hecho, es la mayor empresa de organización de eventos ciclistas.
Nos interesamos por la relación del director de la Vuelta con sus protagonistas, los corredores, y de nuevo surge el diplomático, porque antes de que le preguntemos por su ciclista favorito, o quién es su mejor amigo en el pelotón, su hombre de confianza, nos responde que “los conocemos a todos, bueno, a muchos, tienes más afinidad con los de tu país aunque solo sea por la cuestión del idioma”. Nos aclara que la conexión directa en el día a día de la carrera se establece con los managers de los equipos, “a los corredores también los vemos, pero preferimos tenerlos al margen de cualquier tipo de interlocución, ellos se tienen que dedicar a competir cuando compiten y a descansar cuando no lo hacen”.
«Preferimos tener a los corredores al margen de cualquier tipo de interlocución, ellos se tienen que dedicar a competir cuando compiten y a descansar cuando no lo hacen”
Javier Guillén, a la derecha, con las autoridades de Alcorcón en la salida de una etapa.
Parece algo impropio de estos tiempos que corren negar la posibilidad de diálogo, de negociación, a un colectivo, pero Guillén aclara que no va por ahí la cosa y comenta que “los ciclistas son una gente muy sana, entrañable, tienen una capacidad sobrenatural a la hora de afrontar el esfuerzo. Para ser ciclista profesional hace falta además tener talento, disfrutamos mucho de su compañía pero ya te digo, durante la vuelta nos dedicamos a protegerles de incidencias externas”.
Sanos, pero también hay tramposos, los que se sirven de sustancias dopantes para conseguir vencer a rivales limpios. El propio Javier Guillén lo ha vivido en su Vuelta, sin ir más lejos en la edición del pasado año, de la que Chris Froome salió como sospechoso de haberse dopado. Con cierto cansancio tras tener que contestar en cada entrevista a la inevitable pregunta sobre el doping, pero sin perder la sonrisa reconoce que “siempre tenemos que estar atentos para que no se hagan trampas, hemos sido capaces de pasar esa época negra pero no podemos bajar la guardia. ¿Si se ha cerrado el tiempo del doping? Yo te diría que sí, pero hay que seguir alerta porque no es algo propio y exclusivo del ciclismo, es de todo el deporte profesional y es ahí donde tenemos que dar la batalla, en el deporte en su conjunto”.
Recuerda, como uno de los momentos singulares de la Vuelta, la contrarreloj por equipos disputada en Pamplona que incluyó el recorrido del encierro. Lo cierto es que su repercusión mediática fue tremenda: “Sobre todo, lo que aportamos a los territorios es un gran recurso económico directo, entre otras cosas porque cada día somos más de 3.000 personas las que nos movemos de un lado a otro mientras dura la vuelta y claro, tenemos que dormir y estamos aportando en facturas de consumo de hotel más de 325.000 euros cada noche. A eso hay que sumarle la promoción turística, porque estamos presentes en unos 190 países a través de más de 30 cadenas de televisión, además de internet: el 75% de tráfico en lavuelta.es es del extranjero».
Su jefa de prensa le reclama, nos lo había cedido durante unos minutos que se han ido alargando gracias a la amabilidad de Javier Guillén. Le esperan los patrocinadores, su día de trabajo aún no ha terminado y ya es de noche.
