La iniciativa nació con el objetivo de dar una segunda vida a los residuos metálicos que la empresa generaba en la producción. Y, tras una tormenta de ideas, el equipo de la firma navarra Alambres Pamplona (Alpa), ubicada en Ripa, decidió dejar volar su imaginación para fabricar réplicas de uno de los mayores hallazgos arqueológicos registrados en los últimos años en la Comunidad foral: la mano de Irulegi, pieza de bronce del siglo I a.C. que, según el Gobierno foral, “contiene la inscripción en lengua vascónica más antigua”.
“Todo los restos se aprovechan porque siempre los enviamos a reciclar. Pero hay materiales muy concretos que te da pena dejar. Así que, dándole vueltas y con el sentido artístico de Patxi Beroiz, de nuestra cadena de producción salió un regalo diferente para estas Navidades: nuestra propia mano de Irulegi”, detalla Iñaki Beroiz, CEO de Alpa, a Navarra Capital.
En su día a día, esta compañía trabaja con algunas de las marcas más prestigiosas de la industria del automóvil, como Volkswagen, Mercedes o Audi. En concreto, presta soluciones de almacenamiento y transporte de piezas para las cadenas de montaje. Pero en esta ocasión, se han lanzado a experimentar: “El proceso es totalmente artesanal. Nuestro objetivo era ver diferentes opciones para darle una vuelta de tuerca al aprovechamiento de los residuos procedentes de embalajes de madera y los recortes metálicos que no podemos aprovechar para la elaboración de nuestros productos. Con los restos de mejor calidad, dimos forma a las manos”.
En total, han elaborado una colección formada por veinticinco piezas. “La idea gustó. A nivel arqueológico, creo que en Navarra no habíamos visto antes nada así. Y, además, la mano es bonita. La gente que las ha visto nos las está pidiendo porque llaman la atención”, apostilla Beroiz. De hecho, tres de sus diseños están presentes en la feria de artesanía que estas Navidades acoge la plaza del Castillo. “Hace pocos días que están ahí. Imagínate que de repente tiene tirón y fortuitamente hemos encontrado una nueva línea de negocio”, bromea el CEO de Alpa.
EL PROCESO DE ELABORACIÓN
El diseñador de las esculturas es su hermano, Patxi Beroiz, también responsable de Producción y de la Oficina Técnica. Él ha sido el encargado estudiar la mano original y cada una de las inscripciones que contiene, con el fin de conseguir el acabado más fiel “Ha hecho un montón de pruebas, y la verdad es que han quedado muy bien”.
Además, los materiales elegidos mantienen cierto paralelismo con la historia que acompaña al hallazgo de la mano. “La madera elegida por nosotros para la base es quemada. Y el lugar en el que se encontraba la original, diseñada para colgar de una puerta, había sido atacado. Al mismo tiempo, la parte superior de la palma de nuestra mano es de hierro, que irá cambiando u oxidándose según el ambiente al que se exponga, emulando al bronce (material de la pieza hallada a mediados de noviembre)”.
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