Horas después de que algunos representantes de asociaciones hosteleras navarras censuraran que «ningún sindicato había aparecido» para apoyar a los trabajadores del sector, CCOO emitió un comunicado para pedir al Gobierno foral que «analice, con expertos científicos, la mejor manera de proceder a la apertura de bares y restaurantes ante el peligro de deteriorar aun más un sector que da trabajo a más de 18.000 personas». Se trata, precisamente, de una de las reivindicaciones lanzadas por el sector.
Asimismo, el sindicato instó a que los empresarios «mejoren los derechos laborales« y empleen las ayudas públicas que se están negociando con el Ejecutivo foral para «corregir las deficiencias laborales que se dan en la hostelería». En concreto, «tal y como en muchas ocasiones se ha denunciado«, estimaron que este sector sufre «con especial dureza» la precariedad laboral, las jornadas parciales ficticias, las horas extra impagadas y el alargamiento de jornada.
DAÑO AL COMERCIO Y LA DISTRIBUCIÓN
Por otra parte, CCOO subrayó que con el cierre de la hostelería «no solo están en riesgo los 18.000 empleos directos», sino que esta medida también «daña a sectores que se benefician de dicha actividad como el pequeño comercio o la distribución de bebidas«. Para el sindicato, «proteger la salud es la mejor forma de apoyar económicamente a la hostelería». Y, en este sentido, estimó que «un toque de queda específico para la hostelería, que evite los momentos de mayor riesgo, puede ser compatible con la apertura del sector y la protección de la salud», siempre y cuando los clientes mantengan actitudes «responsables».
Finalmente, CCOO defendió que durante estos meses ha desplegado «una intensa acción sindical para paliar los efectos sociales y económicos de la pandemia«, y que, al participar en el pacto de la extensión de los ERTE hasta el 31 de enero, ha protegido durante este período a las empresas y trabajadores de la hostelería.
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