En la próxima década, los drones revolucionarán la logística, especialmente el reparto de paquetería. Desde el 31 de diciembre de 2020, una nueva normativa europea legalizó el uso de sistemas de aeronaves no tripuladas para dicho fin. En esta línea, el gestor de navegación aérea en España, Enaire, creó en abril un grupo de trabajo operativo para la aviación no tripulada. Sus objetivos incluyen el despliegue de U-Space en el país, un conjunto de servicios digitales que la Comisión Europea propuso para la gestión e integración de drones en el espacio aéreo continental.
Está previsto que U-Space funcione en 2023, por lo que ese mismo año el sector contará con un contexto operativo y legal favorable. De hecho, el consorcio de movilidad aérea autónoma iMOV3D, integrado por Naitec y otros centros tecnológicos españoles, prevé que la flota de drones de uso profesional superará en el conjunto del país las 51.400 aeronaves en 2035, con un impacto económico de 1.220 millones de euros.
«El objetivo de Duoliner es integrar las tecnologías existentes de control de vuelo, gestión del espacio aéreo y creación de autopistas aéreas para drones».
Por eso, el proyecto empresarial de los navarros Alberto Chamorro e Ion Ugalde, Duoliner, tiene una visión tan futurista. «Queremos crear corredores aéreos regionales para el reparto con drones, desde bases operadas por un profesional en cada sede y con una flota de unas tress aeronaves por base», explica Chamorro a NavarraCapital.es.
La idea surgió durante unas prácticas que Chamorro realizó en una startup holandesa especializada en este tipo de tecnología. Entonces, este ingeniero automotriz de 27 años creó un modelo propio de dron, el eVTOL. «Desarrollar primero la tecnología y encontrar luego el mercado es muy típico de emprendedores con perfil técnico», bromea. Pero desarrollar, producir y certificar una aeronave de este tipo «cuesta entre doce y dieciocho meses», por lo que el ingeniero proyecta que su tecnología se introduciría en el mercado a partir de 2023.
Pero ambos socios necesitaban dar con una «aplicación más práctica y sencilla», que les permitiera empezar cuanto antes: «Al final, nuestro objetivo es integrar tecnologías existentes de control de vuelo, gestión del espacio aéreo y creación de corredores o autopistas aéreas para drones. Por eso, queremos empezar con otros modelos VTOL existentes en el mercado para, luego, integrar el nuestro». Esta idea de negocio ha servido para que Duoliner consiga el tercer puesto en la XI edición del programa Explorer Jóvenes con Ideas, impulsado por Banco Santander y coordinado por el Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE). Así mismo, fue una de las iniciativas finalistas en la aceleradora española Mentor Day en 2021.
Por el momento, Chamorro y Ugalde proyectan tener bases en Navarra, País Vasco, Burgos y La Rioja.
Chamorro no habla aún de plazos para sus primeras operaciones porque, actualmente, ambos socios están investigando la demanda de un servicio de paquetería que «no demore más de tres horas y cuyo precio por kilómetro sea de cincuenta céntimos». De hecho, han presentado su candidatura al programa Impulso Emprendedor, la aceleradora de startups del Centro Europeo de Empresas e Innovación de Navarra (CEIN), para poner en marcha un estudio de mercado. «Hemos consultado también a empresas logísticas, como Correos o DHL, y actualmente los particulares no realizan un gran volumen de envíos urgentes. Ahora estamos contactando con empresas que sí lo llevan a cabo para conocer sus necesidades», matiza.
En ese sentido, Navarra es una región estratégica para Duoliner porque «en ella y en País Vasco hay una alta densidad de población y una mayor concentración de compañías». Por el momento, Chamorro y Ugalde proyectan que las primeras bases de drones estén ubicadas en Pamplona, Tafalla, Tudela y Estella en la Comunidad foral; Vitoria, Eibar, Bilbao y San Sebastián en País Vasco; Miranda del Ebro en Burgos; y Logroño en La Rioja.
LOS RETOS
El uso de drones para el reparto de paquetería se centra, por el momento, en la última milla (el último trayecto que se hace una vez se han agrupado varios paquetes en una sede logística para ser distribuidos en una ciudad). Actualmente, ya se realizan en varios países envíos de insumos médicos. La tecnología empleada para ello ya es una realidad, por lo que el «verdadero reto» actualmente es la financiación.
Chamorro estima que España podrá ver los primeros envíos de paquetes con drones «a partir de 2023».
«Tenemos, por un lado, el problema de la identificación de la demanda. De ahí que nuestro objetivo, por el momento, es ofrecer servicios de paquetería a empresas y particulares con entregas en tres horas y alcance regional. Pero la consecución de certificados y licencias para operar también será un desafío para nuestra empresa y las que vengan en el futuro. Una cosa es que el reparto por drones sea legal, y otra es probar que nuestras operaciones son seguras», valora Chamorro. Por eso, a pesar de que el contexto empieza a ser favorable, el crecimiento del sector será gradual: «Estimo que España comenzará a ver envíos de paquetes de drones en 2023, y de última milla, en 2026″.
Por otro lado, el urbanismo de las ciudades puede constituir un aliciente o un obstáculo para este tipo de envíos, dependiendo de cada caso. «Por ejemplo, en los países anglosajones hay una gran cantidad de viviendas unifamiliares y eso hace mucho más sencillas las operaciones. Por el contrario, España es el país con más viviendas en pisos, lo que hace que sea uno de los lugares en que sea menos viable este tipo de envíos», detalla Chamorro.
De ahí que Duoliner aún no contemple envíos en las ciudades, pero sí prevé «a largo plazo» poner en marcha un servicio de envío a zonas rurales y de difícil acceso. Una meta que estos dos emprendedores comparten con otras grandes empresas del sector.