Los derechos de uso del agua se han consolidado en el mercado de futuros de Wall Street. Aunque este recurso no es nuevo en las Bolsas, en las últimas semanas ha acaparado parte del foco mediático porque, de alguna forma, alerta de un desafío cada vez más imperioso: el agua como recurso natural será uno de los principales focos para los negocios del futuro, ya que escasea.
España tiene circunstancias similares a las zonas de Estados Unidos que propiciaron la inclusión de los futuros del agua en el mayor mercado mundial de derivados financieros: el Chicago Mercantil Exchange (CME). El atlas de riesgos relacionados con el agua del Instituto de Recursos Mundiales clasifica a España en un nivel de estrés hídrico «alto». Este criterio mide la relación entre la extracción total de agua y el suministro de agua renovable disponible. Y lo cierto es que España ya consume una media de entre el 40 % y el 80 % de sus recursos hídricos mediante los usos industrial, agroalimentario y doméstico anualmente. Los valores más altos también indican una mayor competencia entre los usuarios para garantizarse el suministro mirando al mañana.
Jorge Labarta (Quant): «Cuando a una compañía o agricultor se le concede la capacidad de vender los derechos de uso del agua que les sobró tras su actividad, se les incentiva económicamente para hacer más usando menos».
En este sentido, el nuevo producto financiero estadounidense no solo pretende regular el precio del agua ante la creciente incertidumbre de su futuro, debido principalmente al cambio climático. Otro se sus objetivos consiste en que las empresas reduzcan su uso.
Así lo explica Jorge Labarta, socio fundador de Quant: «Cuando a una compañía o agricultor se le concede la capacidad de vender los derechos de uso del agua que le sobró tras su actividad, se le incentiva económicamente para hacer más usando menos. Otra cosa muy diferente son las circunstancias en las que se puede incidir con su salida al mercado de futuros, y para ello hay que regular». El agua es «mucho más importante» como recurso natural para las empresas y la vida. Por eso, Labarta valora que el auge del agua en el mercado de futuros es «muy positiva», a pesar de ser «polémica».
“Los recursos hídricos y sus propietarios van a tener la llave de los negocios más elementales de la sociedad”, subraya a este medio Mario Grande, socio director en Nowture. De hecho, Grande ya adelantó el creciente interés suscitado por el sector del agua en un reportaje publicado por NavarraCapital.es sobre cómo invertir en un contexto de irracionalidad bursátil: “El sector del agua tendrá mucha importancia en el futuro, aunque es relativamente exótico. A pesar de que no lo parezca, todo supone un consumo potente de agua. Por ejemplo, la agroalimentación o el sector textil”. Por ello, afirma que se trata de «un mercado que no será volátil» ante «los tiempos convulsos» propiciados por la crisis sanitaria.
Mario Grande (Nowture): «El sector del agua tendrá mucha importancia en el futuro, aunque es relativamente exótico. Todo supone un consumo de agua potente. Por ejemplo, la agroalimentación o el sector textil».
En la misma línea, Jesús Mariñas, socio en JDS Capital, mantiene que se trata de un bien “escaso” que “cobrará cada vez más protagonismo”. El principal motivo: la necesidad de encontrar soluciones «innovadoras» para minimizar sus problemas más graves.
“El agua y su optimización generan un montón de industrias tecnológicas, de abastecimiento, sanitarias… Por ejemplo, para la gestión de aguas residuales, se pondrán sobre la mesa nuevas y múltiples ideas empresariales. Pero también serán grandes corporaciones globales las que se centrarán en eso”. Además, el recurso natural tendrá más peso en materia energética. «No olvidemos que el agua es hidrógeno y oxígeno, es decir, un combustible inagotable en el futuro próximo de la movilidad y el transporte de personas y mercancía», remarca. En consecuencia, las oportunidades que pueden surgir a futuro en estas compañías son “muy interesantes”.
Otra arista que puede crecer en el sector son las infraestructuras. Iñaki Oroz, consultor de Inteligencia Competitiva en Imeanticipa, señala que las pérdidas de este recurso natural debidas a instalaciones “antiguas y deficientes” obliga a potenciarlas. «El mantenimiento y la aplicación de sistemas inteligentes es el futuro al que deben tender las industrias involucradas con el agua como recurso natural. Así que otro incentivo para la mejora de la eficiencia en España debe fomentar la instalación de estas herramientas y mejoras necesarias, y la investigación en tecnologías que favorezcan esto», analiza. Grande comparte esta visión: «Las infraestructuras para la optimización del agua, como las desalinizadoras y potabilizadores, tendrán una rentabilidad a largo plazo. Son apuestas seguras».
Jesús Mariñas (JDS Capital): «Solo pensar en un problema urgente, como la gestión de aguas residuales, implica idear nuevas maneras de hacerlo. Y estas son oportunidades interesantes».
No obstante, y a pesar de tener condiciones similares a las de Estados Unidos, invertir en agua sigue siendo todavía una práctica poco habitual en España y, en consecuencia, en Navarra. «Como curiosidad, traigo una apuesta empresarial en una empresa cotizada del mercado español que ha cerrado 2020 en sus máximos históricos: Fluidra. Es una empresa catalana que se dedica a la gestión del agua para el ocio. Para lo demás, no tenemos especial protagonismo», valora Mariñas.
No obstante, subraya que empresas con «notable presencia» en Navarra y un «impulso positivo» en 2020, como Siemens Gamesa o Acciona, transmiten una «magnífica inercia» para 2021, año en que «tendrán desarrollos de turbinas en alta mar, con mejoras e innovación en sus capacidades».
Por otro lado, Grande sostiene que el inversor español tipo está aún muy lejos de interesarse por este recurso natural: «En general, es tradicional. Está muy vinculado a los bancos, a la construcción y a la electricidad, aunque va invirtiendo progresivamente en opciones alternativas, como la que se hace en compañías no cotizadas o a través de plataformas de financiación participativa. Pero la introducción del agua es aún muy disruptiva. Ojalá suceda, pero me cuesta verlo».
Dentro del panorama nacional, los navarros y navarras son incluso «más tradicionales» que la media española, ya que tienden a invertir en activos inmobiliarios y terrenos, si bien la tendencia «va girando hacia la tecnología agroalimentaria y el sector de la salud». Labarta confirma estas apreciaciones. «Supongo que la idea no interesa por el momento en España, pero esto podría evolucionar en el futuro», sentencia.
Entra aquí para leer más sobre economía en Navarra.