Dicen los cardiólogos que uno o dos vasos de vino al día son beneficiosos para el corazón. Y a esa idea se aferran las bodegas navarras que, como sus homólogas en el resto de España, han visto descender de forma “brutal” las venta en estos complicados meses de pandemia. Confían en que la gente recuerde los beneficios de los caldos y pongan en sus mesas una botella para celebrar que seguimos en pie, a pesar del coronavirus.
“Aunque el vino no es un producto de primera necesidad”, recuerdan que es un producto de aquí, que nace en nuestra tierra, que genera riqueza a muchas familias y al territorio. “La gente tiene que concienciarse y consumir nuestros vinos navarros porque lo necesitamos”, claman a una sola voz productores e instituciones.
Precisamente, trabajar la marca del vino navarro es una de las asignaturas pendientes en la Comunidad foral. De ello hablan tanto bodegueros como la Estación de Viticultura y Enología de Navarra (EVENA), la Unión de Cooperativas Agroalimentarias (UCAN) y la Denominación de Origen. El nuevo director gerente de esta última, Javier Santafé, que llegó al cargo pocas semanas antes del confinamiento, resalta que esa es su misión principal: desarrollar un plan estratégico junto a las bodegas “para colocar la DO Navarra en su posición de mercado”. Una necesidad aún más acuciante debido al Covid-19, ya que “a partir de ahora tenemos que visitar nuestros rincones, nuestras bodegas y consumir en nuestra tierra”.
DIVERSIDAD DE SITUACIONES ENTRE LAS BODEGAS
Es evidente que la situación del sector es muy delicada, con bodegas que ya presentan impagos, devoluciones de vinos y otras que se han visto obligadas a presentar el correspondiente ERTE. Por eso, en los últimos días se han desarrollado varias reuniones sobre el sector en las que han participado EVENA, UCAN, la DO Navarra, el Gobierno foral y todas las unidades relacionadas con el mundo del vino para abordar posibles soluciones. Porque la uva volverá a entrar a las bodegas sí o sí en septiembre, pero primero hay que decidir que sucederá después con los vinos producidos, que se van a acumular junto a los no vendidos este año.
Antes toca profundizar en las distintas situaciones que se viven entre las bodegas navarras, dependiendo de sus principales mercados de venta. Aquellas cuyos vinos se dirigían a la hostelería y dependían por tanto del canal HORECA, como es el caso de las cooperativas, obviamente están sufriendo de una forma más intensa que las demás, ya que sus ventas se han parado en seco. Un ejemplo es la cooperativa Bodegas San Martín. “La situación es complicada en el sector y de gran incertidumbre, porque no sabemos cómo va a ir esto ni por cuánto tiempo”, admite su director técnico y enólogo, Gonzalo Celayeta. Una valoración que también comparten los demás productores consultados.
También están quienes destinan sus productos a la exportación. En este grupo figura la inmensa mayoría de bodegas de mayor renombre, que están padeciendo la abrupta caída de las ventas, aunque algo menos que las anteriores. “Empiezan a abrirse los mercados internacionales como China, Japón Alemania o Corea, ya que la mayoría cerraron seis semanas antes que nosotros”, analiza Miguel Canalejo, gerente de Bodegas Pago de Larrainzar. Dentro de las empresas exportadoras, igualmente existen diferencias entre los vinos que van a la hostelería y los que se destinan a la alimentación.
Y, finalmente, se encuentran las que menos están padeciendo la actual crisis y, en algunos casos, incluso han incrementado su actividad: las bodegas que destinan sus vinos a la distribución alimentaria. Porque en los supermercados, el vino ha sido uno de los productos más consumidos.
Lamentablemente, conforman el grupo menos numeroso de los tres. Ese es el caso, por ejemplo, de Marqués del Atrio, ubicada en Navarra pero con DO Rioja. A pesar de todos los problemas e incertidumbres que planean en torno al coronavirus, están manteniendo las ventas. “En nuestro caso, destinamos un 15 % de la producción a la hostelería, así que con el crecimiento que tenemos en alimentación, compensamos y nos estamos manteniendo”, explica a NavarraCapital.es Jesús Rivero, director general de esta bodega, una de las pocas que no han solicitado un ERTE.
EL FUTURO DE LAS COOPERATIVAS
Miguel Bujanda, vocal de UCAN para el sector y representante del colectivo en el Consejo Regulador, apela al “buen entendimiento entre hostelería y las bodegas”. Por eso, plantea que ambas partes hagan el esfuerzo “de ajustar precios” para “beneficiar a todos en medio de esta situación”. También demanda el posicionamiento de marca para que se consuma un producto “que aporta valor a la tierra y da de comer a muchas familias”.
En esta misma línea, Canalejo considera que “una buena campaña de marketing ayudaría y mucho”. En su caso, por ejemplo, han desarrollado distintas estrategias para la venta durante el confinamiento, “como la botella a un amigo”, que ha funcionado muy bien.
SEPTIEMBRE INCIERTO
La realidad es que las bodegas y las cooperativas vitivinícolas navarras viven momentos de incertidumbre, como la mayoría de los sectores que dependen de la vuelta a la normalidad y del consumo para salir adelante. Al no saber cuándo se estabilizará el mercado y cómo será el consumo en la restauración que vaya abriendo, se enfrentan a un septiembre en el que habrá un exceso de stock tras la nueva vendimia.
Todas miran a Europa para encontrar soluciones, a las ayudas que puedan llegar desde Bruselas y a las medidas que se tomen al respecto. Aunque el director gerente de la DO Navarra se muestra tajante en este sentido: “En Europa hemos perdido una importante batalla porque el ministro de Agricultura español, que es la autoridad competente, no ha hecho nada por nuestro sector”.
Javier Santafé: “En Europa hemos perdido una importante batalla porque el ministro de Agricultura español, que es la autoridad competente, no ha hecho nada por nuestro sector”.
Según Santafé, solo quedan dos vías posibles por explorar: por un lado, “confiar en que Francia, gran productor, pelee las ayudas y medidas adecuadas para el sector”; y, por otro, que desde Navarra trabajen conjuntamente el Gobierno foral, la DO, las entidades y los productores para que, a finales de año, “se puedan sacar los vinos y se recuperen las ventas”.
Precisamente, las entidades consultadas miran con diferentes ojos a las medidas que se apuntan desde Europa y que podrían finalmente aprobarse. Se trata de tres: vendimia en verde, destilación de crisis y almacenamiento. Con ellas, se intentaría frenar la producción para que no haya tantos excedentes y, aunque es evidente que bajarían los precios, el objetivo sería intentar que no se desplomen.
Miguel Bujanda: “El almacenamiento lo salvamos en Navarra porque tenemos espacio en las bodegas, algo que no ocurre en otras denominaciones”.
Las cooperativas creen que la última de estas tres medidas es la más factible de todas. “El almacenamiento lo salvamos en Navarra porque tenemos espacio en las bodegas, algo que no ocurre en otras denominaciones”, explica Bujanda.
La destilación resulta más complicada porque el precio cae a muy pocos céntimos. Y la vendimia en verde, que consiste en descargar las plantas del exceso de uvas para conseguir así que la producción sea menor, genera varios problemas: el primero, que habría que llevarla a cabo la próxima semana y ni siquiera está aprobada la medida; y el segundo son las condiciones, ya que se obliga a realizarla en terrenos completos. Por eso, desde la DO Navarra califican estas medidas como insuficientes y “muy difíciles de llevar a cabo”.
Además, el comisario de Agricultura en la Unión Europea, el polaco Janusk Wojciechowski, ha colocado a la carne, la leche, la fruta y las verduras antes que al vino en materia de ayudas, debido a que son productos de primera necesidad. Pero, curiosamente, lamenta Santafé, “ha catalogado la producción de flores como más importante que los vinos”.
Por eso, la Federación Española del Vino (FEV) trasladó hace unos días al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, los efectos negativos que el Covid-19 está provocando en el sector y subrayó la importancia de promover, desde el ámbito público, la idea de la seguridad en la vuelta al consumo y la imagen de calidad y salubridad de los vinos.
La organización le pidió poner el foco en los principales destinos de exportación “para recordar al turista internacional que puede seguir consumiendo en su país nuestros productos, mientras se levantan las restricciones impuestas a los viajes y al turismo”.
EXPECTANTES CON LA PRODUCCIÓN
Aunque todavía es pronto para valorar la calidad de la cosecha de septiembre, Ana Sagüés, jefa de la sección de Viticultura y Enología de EVENA, detalla a este medio que en un año normal, “la vendimia de la DO Navarra suele ser de unos 80.000.000 kilos de uva, mientras que la DO Rioja ubicada en Navarra ronda los 53.000.000”.
Según los datos aportados por Sagüés, el año pasado la vendimia fue más baja de lo habitual. En el vino navarro, un 30 % menor, pues se recogieron 56.000.000 kilos; y en el vino con DO Rioja se recogieron 44.000.000 kilos, un 17,3 % menos. “Esto juega a nuestro favor, puesto que hay menos ‘stock’ de cara a la caída de las ventas que en general se está produciendo”.
Gonzalo Celayeta cree que “cuando llegue la normalidad, el sector se recuperará antes de lo que parece”.
Mirando a la situación actual de las viñas, de momento está siendo un buen año y se espera una cantidad generosa, apuntan desde UCAN, EVENA y las bodegas. Aun así, prefieren ser prudentes y no hacer una valoración precisa, ya que quedan varios meses hasta septiembre y se encuentran a la espera de ver cómo evolucione la climatología.
La situación, por tanto, es de gran incertidumbre, insisten todos los protagonistas de este reportaje. Pero aunque el coronavirus está dejando un “agujero grande” en el sector, Celayeta cree que “cuando llegue la normalidad, se recuperará antes de lo que parece”. Porque todos los productores seguirán trabajando “al máximo” en sus campos.
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