La Asociación Hiru Hamabi | 3/12 de Daño Cerebral Adquirido Infantil presentó recientemente ‘Te cuento’, un material didáctico para trabajar con menores en el aula sobre esta dolencia y para sensibilizar al profesorado sobre la manera de enfocar las consecuencias formativas y de comportamiento en los niños y niñas afectados por ella.
Escrito por Alicia Escribano e ilustrado por Patri de Blas, ‘Te cuento’ integra dibujos de menores pertenecientes a la asociación, los «pequeños artistas» de Hiru Hamabi. El libro se dirige a niños y niñas de 3 a 12 años con diferentes capacidades. Pero especialmente a los que, aquejados por un daño cerebral adquirido tras su nacimiento, tienen secuelas que difícilmente se perciben y cuyo desarrollo intelectual y emocional tiene especificidades concretas. Todo ello hace que sus necesidades sean percibidas, en ocasiones, como invisibles.
Jugando con ese término, el libro busca las posibilidades positivas de la invisibilidad, pero también pone en evidencia los problemas que esa circunstancia le puede causar a un menor. La idea de fondo que transmite es que es necesario ver, escuchar y entender a todos los niños y niñas de un aula, porque todos tienen derecho a la educación y algo que aportar al grupo. Así, el cuento propone revisar con nuevos ojos los términos discapacidad, diversidad e inclusión.
El cuento contiene un código QR que redirige a un repositorio de actividades infantiles dirigidas a menores de 3 a 12 años.
«Algunas veces, ser invisible puede tener ventajas alucinantes como colarte en una pastelería y probar todas las tartas sin que nadie se entere. También puedes entrar en el cine, el teatro o ver un partido de tu equipo favorito en primera fila y ¡gratis! Otras, ser invisible no mola nada de nada, como cuando nadie te elige para jugar en su equipo o los mayores hablan de ti como si no estuvieras delante de sus ojos. De vez en cuando nos volvemos invisibles cuando no queremos serlo. ¿Será cosa nuestra? ¿Será un fallo de nuestro superpoder? ¿ O será que el problema está en los ojos de quienes no saben vernos? Todos necesitamos ayuda en algún momento y por eso tenemos un montón de ideas y consejos que daros para que podáis vernos», resume el colectivo.
El cuento es también una propuesta de juego para los más pequeños, ya que tienen un secreto entre sus páginas y recoge un código QR que redirige a un repositorio de actividades infantiles imprimibles para trabajar con menores de 3 a 12 años, tanto en el colegio como en casa. ‘Te cuento’ es un material que, junto con la guía ‘Must try harder?/ ¿Debe esforzarse más?’, la entidad beneficiaria de mecenazgo ha puesto a disposición de centros y docentes del Valle de Egüés, aunque nace con la idea de ampliarse a toda Navarra a demanda de las personas interesadas.
UN RETO PENDIENTE
La Asociación Hiru Hamabi | 3/12 de Daño Cerebral Adquirido Infantil tiene ámbito nacional, por lo que, en una segunda fase, este material «podría estar a disposición de los distintos niveles educativos de todas las comunidades autónomas». 
Además de trabajar en cambios normativos, mejoras sanitarias y ampliaciones de derechos sociales, Hiru Hamabi presta desde sus orígenes presta especial atención al ámbito educativo, ya que este es el espacio de desarrollo y entorno habitual de los menores.
Se trata de un área en el que sus agentes, a juicio del colectivo, «muchas veces no están capacitados para atender las demandas específicas de este alumnado». Para ir poniendo bases, en estos momentos la asociación está ofreciendo los talleres ‘Debe esforzarse más’ en los centros del Valle de Egüés, el Ayuntamiento cofinanciador de este cuento junto con el Gobierno de Navarra.
Los niños con Daño Cerebral Adquirido tienen secuelas de diversa gravedad y afectación, «muchos de ellos acarrean dificultades motoras y casi la totalidad de ellos cognitivas y conductuales». Esta situación provoca una «doble discriminación» en los menores y sus familias. «Aparentemente -relata la asociación en un comunicado- a los ojos de la sociedad estos niños no tienen discapacidad y son juzgamos con severidad, es lo que en el área social se denomina como la discapacidad invisible». Se trata de un patrón que, a su vez, «hace que las familias tengan que estar constantemente justificando el comportamiento y rendimiento de sus hijos e hijas con discapacidad ante cada conflicto, mientras tienen que aceptar y gestionar la nueva realidad».
