sábado, 27 abril 2024

El III Premio Alimenta Navarra al Relevo Generacional en el Campo ya tiene candidatos

Juan Jimeno, de Artajona; José Ángel Jiménez, de Cortes; y Miguel Pérez de Larraya, de Sangüesa, optan a este galardón que Navarra Capital y NAGRIFOOD entregan fuera de concurso en colaboración con UCAN. Las votaciones 'online' para el reconocimiento están abiertas desde este lunes hasta el 19 de noviembre (incluido).


Tudela - 30 octubre, 2023 - 18:29

Juan Jimeno, José Ángel Jiménez y Miguel Pérez de Larraya son los tres candidatos al premio.

Pese a las dificultades propias del sector en el que trabajan, Juan Jimeno, Miguel Pérez de Larraya y José Ángel Jiménez han dado un paso al frente en un contexto sediento de nuevos productores que garanticen alimentos de calidad. Estos tres navarros aspiran a ganar la tercera edición de los VIII Premios Alimenta Navarra en la categoría de Relevo Generacional en el Campo. Un reconocimiento que Navarra Capital y el Clúster Agroalimentario de Navarra (NAGRIFOOD), entidades organizadoras de los galardones, entregan fuera de concurso en colaboración con la Unión de Cooperativas Agroalimentarias de Navarra (UCAN), encargada de preseleccionar a las personas candidatas.

Quienes deseen votar a su candidato/a favorito/a pueden hacerlo en este enlace hasta el 19 de noviembre (incluido)

Este reconocimiento busca poner en valor a quienes deben un papel fundamental en el futuro del campo navarro. El ganador será elegido por los lectores y lectoras de este medio, a través de unas votaciones online que ya están abiertas en este enlace y finalizarán el 19 de noviembre (incluido). En 2021 fue Silvia Lázaro, propietaria de la Granja El Moro (Figarol), quien obtuvo el premio, mientras que el pasado año este recayó en Mikel Hernandorena, del Grupo SAT Lacturale.

Bajo el título ‘La industria que riega Navarra’, los VIII Premios Alimenta Navarra se entregarán en una gala prevista para el 22 de noviembre en el Teatro Gaztambide de Tudela. Estos reconocimientos, patrocinados por Eroski y CaixaBank, cuentan asimismo con la colaboración del Gobierno de Navarra, el Ayuntamiento de Tudela, la Asociación Empresa Ribera (AER), UCAN y el Basque Culinary Center.

SUS HISTORIAS

Juan Jimeno no tenía la intención de continuar con la tradición familiar. Había optado por cursar Magisterio -con especialidad en Educación Física- en Logroño. Su objetivo, una vez terminada la carrera, era hacer unas oposiciones. Pero el año en el que se graduó no hubo convocatorias y, “como no se iba a quedar quieto”, pensó en un plan ‘b’ temporal mientras esperaba la oportunidad de conseguir una plaza pública como profesor. Para su “sorpresa”, se sintió “muy a gusto” en el oficio milenario que había dado de comer a sus antepasados. Tuvo al mejor maestro: “Mi padre me enseñó todo lo que sé del campo. Esto no es un trabajo, sino una forma de vida”.

Las personas interesadas pueden votar a su candidato favorito hasta el 19 de noviembre a través de este enlace

Tras unos años enfermo, el progenitor de Jimeno falleció en 2020. Esa pérdida, sumada a la jubilación de su tío, ha puesto a este artajonés de 33 años al frente de la explotación familiar, a la que ha sumado nuevas tierras. “En este mundo se trabaja muchas horas, hay poco margen en los precios y necesitas terrenos grandes para obtener un rendimiento. Sin embargo, cuando las cosas marchan adecuadamente, se ven muy bien los frutos del esfuerzo. El campo te recompensa y eso es muy gratificante”, sostiene.

Además de sembrar cereal, también se dedica a la viticultura. “Mi padre y yo plantamos una viña hace tres años, justo antes de que él falleciera. Por otro lado, tengo otras viñas con treinta años”, apunta. Junto a otros veintisiete colegas, Jimeno participa además en un proyecto “muy bonito” para rescatar una bodega de Artajona: “Ahora, nosotros mismos hacemos el vino con un enólogo del pueblo y ha salido espectacular. Estamos intentando levantar como podamos el precio de la uva. Ya estamos vendiendo el vino en la bodega y vamos a intentar comercializarlo lo antes posible en el exterior”, adelanta.

Juan Jimeno: «Mi padre me enseñó todo lo que sé del campo. Esto no es un trabajo, sino una forma de vida»

El destino de José Ángel Jiménez, en cambio, solo fue heredado en parte. Tras culminar sus estudios de Forestal, trabajó como soldador, montador y operario de mantenimiento industrial en importantes empresas navarras. Así fue combinando momentos de prosperidad con otros de crisis dentro del sector, aunque en el fondo había algo que le arrastraba hacia el campo. “Al igual que a mi abuelo, a mi padre también le gustaba mucho todo esto y tenía algo de tierras. Sin embargo, él no estaba directamente metido en ese mundo porque trabajaba como encargado en una fábrica conservera”, rememora.

De su progenitor aprendió las bases para empezar a moverse con soltura en el agro, pero el paso del tiempo, que a su vez ha traído nuevas normativas y restricciones a nivel supranacional, le llevaron a buscar más experiencia antes de lanzarse a la piscina. De esta forma, además de asesorarse por expertos, buscó un empleo por cuenta ajena. “Primero estuve de peón para un amigo que es agricultor. Y como veía que me iba gustando, quise montar algo propio”, precisa.

José Ángel Jiménez: «Me gusta estar al aire libre, haciendo cada día algo diferente. Aquí puedes controlar tus propios horarios»

En 2018 comenzó a trabajar su propia explotación, valiéndose primero de los terrenos que otrora eran propiedad de su familia paterna. “Poco a poco he ido ampliando la explotación. Antes podías vivir con una hectárea de pimientos o tomates. Eso ya no es así. Yo de brócoli, por ejemplo, pongo unas dieciocho hectáreas. Para que sea rentable -argumenta-, necesitas tener mucho volumen”.

Además de brócoli, este vecino de Tudela de 39 años siembra trigo, cebada, maíz, romanescu, espinacas y guisantes. Todo ello en Cortes, un lugar en el que creció y donde nunca se aburre: “Me gusta estar al aire libre, haciendo cada día algo diferente. Aquí puedes controlar tus propios horarios y organizarte para librar algún día si lo necesitas, aunque a veces toca trabajar sábados y domingos y lidiar con muchas pegas”.

Miguel Pérez de Larraya también forma parte de una estirpe que labró su futuro en la tierra. A diferencia de Jimeno y Jiménez, este sangüesino de 27 años siempre tuvo claro que llevaba su futuro en la sangre. “Mis dos abuelos fueron ganaderos, mi padre fue agricultor antes de jubilarse y mi madre lleva la ganadería de la familia. Es algo que viví desde pequeño y siempre me ha gustado”, confiesa.

Miguel Pérez de Larraya: «Mis dos abuelos fueron; mi padre, agricultor; y mi madre lleva la ganadería de la familia»

En su empeño por “quedarse en el campo”, estudió un Ciclo Formativo de Grado Medio de Explotaciones Agropecuarias en el Centro Integrado Agroforestal de Villava. Ahora se dedica a sembrar cebada, avena, alfalfa y forraje para alimentar a ovejas “y algo de maíz”. ¿Lo que más le gusta de su oficio? “Que nadie me manda -contesta con sinceridad-. Si te gusta, esto al final no es un trabajo. Yo lo veo como un hobby, aunque es verdad que requiere meter muchas horas”.

En el sector primario no solo se ha hecho un hueco, sino que además ha encontrado a colegas con los que comparte los mismos retos, inquietudes e ilusiones. “Nos conocimos en reuniones del sector, empezamos a relacionarnos y ahora quedamos en Navidades y en festivos. Nos juntamos sin necesidad de hablar de trabajo ni nada de eso. Simplemente nos hemos hecho amigos. Gracias a eso, he conocido a un montón de gente de Pamplona, Tafalla, Estella, Tudela y el resto de Navarra”, atestigua. En la actualidad, Pérez de Larraya compagina sus obligaciones agrícolas diarias con la labor de concejal, que desempeña desde el pasado mes de junio. Cuando le necesitan, además, ayuda a su madre a cuidar de las ovejas que pastan en la ganadería familiar.


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