miércoles, 11 diciembre 2024

El ‘match point’ de Izaskun Arricaberri

De niña, el caserío de sus abuelos en Valcarlos era su rincón favorito. Allí pasaba las horas jugando con su hermano, paseando por el monte o subida a una bicicleta. Gran lectora y apasionada del mundo de las letras, pronto supo que quería dedicarse a la comunicación. Por eso, se licenció en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad de Navarra. Más tarde, trabajó siete años en la agencia Crealia hasta que se incorporó al Club Tenis Pamplona como directora de Comunicación. Tras trece años en el cargo, recientemente fue nombrada gerente de una entidad que suma 17.500 socios.


Pamplona - 16 febrero, 2024 - 14:32

Natural de Valcarlos, nuestra invitada subraya que la comunicación, la lectura y la escritura son sus grandes pasiones. (Fotos: Maite H. Mateo)

Hace 41 años, nació en Valcarlos una niña de sonrisa radiante. Entre carreras en bicicleta y paseos por el monte, Izaskun Arricaberri pronto conoció “el valor de la libertad”. El rincón favorito de aquella pequeña muchacha de alma inquieta era, sin duda alguna, el caserío de sus abuelos. Allí, rodeada de gallinas, cerdos y vacas, el tiempo transcurría con una armonía especial. “La vida que hacíamos en el pueblo me encantaba”, sonríe ahora. Cuando caminaba por las calles de la localidad, solía detenerse asombrada ante una enorme pared. “Pasaba horas jugando en el frontón de Pekotxeta con mi hermano”, rememora con ternura.

“¿Qué quieres ser de mayor?”, le preguntaban curiosos los adultos. Ella, sin saber bien qué responder, barajaba opciones muy variadas. Pediatra, profesora, policía… “¿Te das cuenta de que todas las profesiones que eliges comienzan por la letra ‘p'”?, reía su madre. Y, al final, la ‘p’ acabó orientando su vida. Así, se mudó a Pamplona para estudiar Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad de Navarra.

El primer día de clase, los nervios le hicieron mella. La escuchamos con atención, confirmando que nosotras también nos hemos hecho las mismas preguntas alguna vez, con la mochila a la espalda, un bloc de apuntes en la mano y la incertidumbre propia de una estudiante despistada. ¿Haré amigos? ¿Me gustarán las asignaturas? ¿Habré escogido bien la carrera? ¿Qué aula era? Poco a poco, los interrogantes se desvanecieron. Ahora, subraya que la vida universitaria le sirvió para cultivar, aún más, aquella libertad que tanto había definido su infancia: “Empecé a salir y a conocer a gente maravillosa mientras me formaba en algo que me apasionaba. Esos años fueron increíbles, sentía que estaba descubriendo un mundo”.

“UNA VISIÓN COMPLETA DEL MERCADO”

Al finalizar su formación, tenía claro que su lugar se encontraba en las agencias de publicidad. “Pensaba que eso me proporcionaría una visión completa del mercado”, expresa. Así, permaneció siete años en Crealia, donde se dedicó a la comunicación de diferentes compañías como el Grupo Inerzia o el Club Tenis Pamplona. La relación con este último, poco a poco, se tornó más estrecha. Tanto es así que, tiempo después, la entidad le brindó la oportunidad de ocupar el cargo de directora de Comunicación. Izaskun, entusiasmada, aceptó la oferta.

“Yo estaba acostumbrada a la empresa y este ámbito me resultaba muy diferente. Enseguida descubrí que trabajar en el tiempo libre de los demás es muy gratificante y que me apasiona mejorar el ocio de las personas”, remarca tras mencionar que ya son trece los años que lleva formando parte del club. Ahora, como nueva gerente, se siente “tremendamente afortunada” de liderar la comunidad. 

Tras trece años en el Club Tenis Pamplona como directora de Comunicación, en febrero fue nombrada gerente de la asociación.

Tras trece años en el Club Tenis Pamplona como directora de Comunicación, en febrero fue nombrada gerente de la entidad.

Mientras nuestra protagonista narra sus vivencias, no podemos evitar posar la mirada en la estampa idílica que se asoma tras los ventanales. Al sol de febrero, familias y niños disfrutan del aire libre. Izaskun se percata de nuestra curiosidad e inmediatamente se ofrece a realizarnos un tour por las instalaciones: “¿Os enseño el club? Os va a encantar”.

“Entran diariamente 2.500 personas en invierno y casi 3.000 en verano. El club está muy vivo durante todo el año”

Tenis, pádel, natación, taekwondo, gimnasia artística, waterpolo, pelota vasca, judo… Las opciones son casi infinitas. En un laberinto de escaleras y numerosas salas, aterrizamos en el jardín y respiramos la paz del lugar.

A los pies de un magnolio, dos niñas pequeñas juegan y, sentados en mesas, adultos y jóvenes disfrutan de un café. Lo cierto es que, con 17.500 socios, la entidad derrocha vida en cada rincón. “Entran diariamente 2.500 personas en invierno y casi 3.000 en verano. El club está muy vivo durante todo el año”, constata nuestra invitada.

UNA PROFESIONAL “MUY DE LETRAS”

A pesar de su nombre, entre los deportes favoritos de los miembros del Club Tenis Pamplona también destacan la natación y el pádel. Incluso hay un hueco muy especial para los amantes del frontón y del trinquete, sobre todo con el conocido Torneo del Jamón, que ya celebra más de cincuenta ediciones. De hecho, debido al cariño que profesa al club y a este certamen, nuestra protagonista escribió un libro que recoge la historia de la entidad en sus cien años de trayectoria. “Lo hice a partir de actas, entrevistas personales, documentos del archivo municipal… Fue un trabajo duro, pero el resultado fue excelente”, reconoce para acto seguido enseñarnos el libro de actas original, fechado en 1918, que se mantiene expuesto y protegido dentro de un cubo de cristal.

“La lectura y la escritura son mis grandes pasiones, me encanta tener la mente despierta”

“Esta comunidad comenzó con un pequeño grupo de personas aficionadas al tenis, que por aquel entonces todavía era un deporte bastante novedoso. Me enorgullece ver lo activo que está ahora y todo lo que ha crecido a lo largo del tiempo. Por eso quise hacer un homenaje escribiendo un libro y contando su historia”, relata.

Su mirada se ilumina cuando habla de aquello que le apasiona. Lo cierto es que escribir es una de sus grandes aficiones. De niña era una “pequeña devoradora de libros”, costumbre que nunca abandonó y que hoy continúa cultivando en sus ratos libres. “Soy muy de letras. La lectura y la escritura son mis grandes pasiones, me encanta tener la mente despierta”, sostiene tras admitir que, aunque actualmente no tiene ningún proyecto editorial entre manos, su cabeza está continuamente “maquinando cosas”.

DIGITALIZAR PARA AVANZAR

Grandes figuras del deporte como Paula Badosa o Carlos Alcaraz han jugado en las instalaciones del club. “¡Solo falta por venir Rafa Nadal!”, ríe nuestra entrevistada tras recalcar que disponen de siete pistas de tierra batida. Pero, aunque le encanta el tenis, admite que prefiere practicar pilates o yoga.

Izaskun es autora del libro ‘Torneo del Jamón’, en el que narra los orígenes del club y describe las cincuenta ediciones de este certamen.

Izaskun es autora del libro ‘Torneo del Jamón’, en el que narra los orígenes del club y describe las cincuenta ediciones de este certamen.

Como si estuviésemos en una burbuja temporal, seguimos explorando el entorno hasta que, casi sin darnos cuenta, dejamos atrás los jardines y regresamos a la entrada. Diversas puertas automáticas controlan el acceso. Movemos la mano, pero parece que los sensores no han detectado nuestra presencia. No hacen ademán de moverse. “No os van a hacer caso, funcionan por reconocimiento facial”, vuelve a reír nuestra invitada. Entonces, acentúa la importancia de la digitalización en un mundo en el que las tecnologías avanzan a una velocidad incontrolable. “Estamos intentando digitalizar todo lo que podamos. Por ejemplo, ahora los socios pueden inscribirse a las actividades a través del móvil. Es esencial adaptarnos a la actualidad”, apostilla.

Pero en el Club Tenis Pamplona no se olvidan de sus mayores: “Además de la tecnología, también trabajamos en la individualización de nuestros servicios. Ofrecemos gimnasia sénior, natación… Es importante recordar que la gente mayor nos ha criado y se merece el cariño y el cuidado que nos ha dado siempre”. Suspiramos y respaldamos las palabras de Izaskun que, con una sonrisa permanente en el rostro, vuelve a recordar a sus abuelos y el caserío donde creció. Ahora, los padres de nuestra protagonista han heredado la finca, y su hija Andrea, de nueve años, sigue disfrutando de ese paraíso familiar ubicado en Valcarlos. “Mi marido Iñaki y mi niña son mis grandes pilares. Sin ellos, no sería ni la mitad de lo feliz que soy”, reconoce con alegría al imaginar a su hija saboreando la misma libertad que, a su edad, ella también descubrió.


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