lunes, 6 mayo 2024

Arturo del Burgo, en titulares

Desde joven intuía que algún día sería abogado como su padre y que la literatura le llevaría a explorar nuevos mundos, como le había ocurrido a su abuelo. Así fue. Nuestro protagonista de hoy ha publicado cuatro libros y fundó un periódico jurídico y una editorial especializada. Además, como socio director de Écija Abogados en Pamplona, el pasado noviembre fue reconocido por el directorio Best Lawyers como uno de los mejores abogados de España en el área mercantil.


Pamplona - 9 febrero, 2024 - 12:23

Quinto de seis hermanos, siempre sintió una profunda vocación por el mundo de las letras. (Fotos: Maite H. Mateo)

Cuando tenía 13 años, los Reyes Magos le regalaron una máquina de escribir. «¿Qué hago yo con esto?», pensó. Aunque durante un tiempo abandonó aquel trasto en una esquina de su habitación, la llegada del verano le inspiró y, pronto, Arturo del Burgo hizo de la literatura su refugio. «Empecé a escribir cuentos de aventuras y espías», recuerda ahora mientras narra con ternura las fantasías que volaban por la cabeza de aquel niño.

Nuestro protagonista es el quinto de seis hermanos, aunque su perro, Sultán, también era «uno más de la familia». Hoy, Arturo relata sus memorias con una sonrisa permanente. «Las vacaciones en el balneario de Fitero, los paseos por el parque de la Media Luna… Fui un niño muy feliz. Los padres facilitan la infancia de los hijos, y yo estoy enormemente agradecido por todo lo que he vivido».

Siguiendo el ejemplo de su padre, siempre pensó que de mayor,sería abogado. Y así sucedió: «Los números y las ciencias no me gustaban, prefería las letras. Desde pequeño asumí que heredaría la profesión de mi padre. No se me hubiera ocurrido dedicarme a otra cosa». Así, estudió Derecho en la Universidad de Navarra y, más tarde, complementó su formación con un máster, especializándose en el ámbito de la empresa. «La carrera no me gustó demasiado. Todo era memorizar, y yo quería materializar mis conocimientos. Pasar de la teoría a la práctica fue lo que me hizo confirmar que este mundo me interesaba», apostilla.

FUNDADOR DE UN PERIÓDICO Y UNA EDITORIAL

Carrera universitaria, máster, trabajo… Parecía que su trayectoria ya estaba definida. Pero no. El destino de nuestro protagonista lo escribe (literalmente) él. Durante catorce años trabajó en el despacho que fundó su padre, Del Burgo Abogados, pero siempre con un ojo puesto en el ámbito editorial.

Finalmente, decidió probar suerte en este. En paralelo con su profesión como letrado, creó La Tribuna del Derecho, un importante periódico jurídico. «Mi abuelo Jaime obtuvo el Premio Nacional de Literatura. En nuestra casa siempre se fomentó la lectura, y yo quería aprender a desenvolverme en este mundillo», especifica haciendo hincapié en la admiración que sentía por su abuelo. La iniciativa nació con el fin de recopilar noticias y análisis de la actualidad legal española. «Llegamos a editar más de ochenta números y a reunir 80.000 lectores. Conseguimos convertirlo en un referente del sector», subraya satisfecho.

«Mi abuelo Jaime obtuvo el Premio Nacional de Literatura. En nuestra casa siempre se fomentó la lectura»

Al mismo tiempo, fundó la Editorial Laocoonte, un sello independiente especializado en la edición de libros y revistas. De esta forma, durante unos años pasó a centrarse exclusivamente en sus proyectos editoriales: «Logramos realizar un catálogo de medio centenar de obras, entre las que destacaron títulos de historia y política». Arturo recuerda aquellos años como «los más bonitos» de su trayectoria profesional. De hecho, en aquel momento cultivó su espíritu de trotamundos: «Me encargaba de distribuir nuestras obras en zonas como Estados Unidos y diversos países hispanoamericanos. También viajé a lugares como Fráncfort y Bolonia para comprar derechos de libros».

NOVELISTA «POR AMOR A LA LITERATURA»

A sus 45 años, la pasión por viajar sigue muy presente en su vida. Tanto es así que, con sus dos hijos y su mujer, suele aventurarse a conocer diferentes rincones del mundo. Entre sus destinos favoritos se encuentra Italia, donde se ambienta su reciente novela. Lo cierto es que, desde que le cogió el gusto a teclear en aquella vieja máquina de escribir, le apasiona jugar con las palabras y sumergirse en las aventuras que su cabeza imagina.

Bajo el título ‘Un lugar al que volver’, la obra, enmarcada en la Segunda Guerra Mundial, vio la luz el pasado septiembre. Fruto de la incertidumbre de la pandemia, a nuestro invitado se le ocurrió plasmar una historia de amor en un contexto bélico, donde una joven llamada Valeria ve caer del cielo a un piloto americano que pondrá su vida del revés. «Quería mostrar cómo un puñado de individuos decide el futuro de gente como tú y como yo. Y, al final, son cientos de personas quienes padecen las consecuencias», puntualiza para, acto seguido, reconocer que él escribe «por amor a la literatura».

Amante de la novela histórica, el pasado septiembre publicó su obra 'Un lugar al que volver'.

Amante de los viajes y la novela histórica, el abogado pamplonés publicó su obra ‘Un lugar al que volver’ el pasado septiembre.

Pero esta no es su primera creación literaria, y tampoco será la última. «Una vez empiezas a escribir, no puedes parar», atestigua. Como compañera del gremio, ratifico sus palabras: me veo reflejada en ellas. Entonces, lanzo una pregunta al aire: ¿Qué tendrá la escritura, que con tanto fervor sujeta nuestra vida? Nos miramos en silencio, reflexivos, buscando una respuesta que no llegamos a enunciar. 

En 2009 publicó tres libros para el público juvenil, titulados ‘También fueron niños los grandes conquistadores’, ‘También fueron niñas las grandes reinas’ y ‘El club de la supervivencia’. Los dos primeros narran la infancia de grandes figuras históricas como Pizarro o Alejandro Magno. Ahora, sin embargo, se ha decantado por la novela negra y, si sus planes salen se cumplen, su próximo título se publicará en el último trimestre de este año. «Te exige más imaginación y más creatividad que la novela histórica, pero eso me encanta. Estoy todo el día dándole vueltas a la cabeza», resalta. Una vez más, como si sus palabras fuesen un espejo, asiento y, casi por inercia, comienzo a pensar en cómo redactaré esta entrevista. 

UNO DE LOS MEJORES ABOGADOS DE ESPAÑA

Planear un buen inicio. Despistar al lector. Volver al inicio. Sugerir otras ideas. Volver al inicio. Confundir al público. Volver al… ¿inicio? Así se construyen las historias de misterio. Y así ha sido, en parte, la vida de nuestro protagonista. Tras más de seis años, decidió dejar sus negocios dentro del sector empresarial y retomar la abogacía, esta vez como socio director en el despacho Cremades & Calvo-Sotelo de Pamplona. Allí trabajó tres años junto con su hermana Paula, asesora fiscal, hasta que más tarde se incorporaron a Écija Abogados, donde lleva casi seis años ocupando el cargo de socio director en la oficina de la capital navarra.

«Hay que acompañar al cliente y estar a la altura. Lo que más me gusta es cuando cogemos confianza y pasamos a ser amigos»

«Con veinticinco años de andadura, el despacho se especializó en nuevas tecnologías cuando este ámbito era prácticamente nuevo en España», expresa Arturo orgulloso. Ahora, en pleno proceso de expansión, la firma cuenta con siete oficinas en el país y diecinueve a nivel internacional.

Las cifras, además, respaldan su gran crecimiento. El diario Expansión señala que Écija se ha consolidado entre los diez bufetes españoles con mayor facturación, con unos ingresos de más de 80 millones de euros a nivel global. Nuestro protagonista, con gesto humilde, vuelve a sonreír: «Trabajar aquí es extraordinario».

Premiar el trabajo bien hecho es algo que siempre emociona. Por eso, su mirada se ilumina cuando le preguntamos por su reciente selección, por parte del directorio estadounidense Best Lawyers, como uno de los mejores especialistas españoles del sector en el área mercantil. La organización reconoce anualmente a los mejores letrados del país entre los más de 150.000 que ejercen la profesión. Y en su última edición, publicada a finales del pasado noviembre, seleccionó a más de una docena de origen navarro.

Entre ellos también se encuentra Amaya Rández, que profesa un gran cariño a la familia del Burgo porque, de hecho, trabaja con uno de los hermanos de Arturo: Ignacio. Curiosamente, este también es novelista. «Es un reconocimiento que se realiza entre compañeros y eso me hace estar muy agradecido», destaca el socio director de Écija Abogados en la capital navarra.

Además, Best Lawyers lleva años seleccionando a su empresa como la Firma del Año en Tecnologías de la Información. Pero estos no son los únicos logros del bufete. También cuenta con el reconocimiento como Mejor Firma de España en Tecnología, Medios y Comunicaciones (TMT) por Chambers Europe 2023 y con el galardón a la Firma Más Innovadora de Europa Continental por Innovative Lawyers Europe 2022, entre otros.

Arturo ha sido reconocido por Best Lawyers como ‘Lawyer of the Year’ dentro de la disciplina Mercantil.

Arturo del Burgo ha sido reconocido por el directorio estadounidense Best Lawyers como uno de los mejores abogados mercantiles de España.

Después de enumerar los grandes hitos de Écija Abogados, nuestro entrevistado detalla que uno de sus principales valores es el trato personalizado: «Hay que tener actitud y aptitud para acompañar siempre al cliente y estar a la altura de lo que necesita. Lo que más me gusta es cuando cogemos confianza y pasamos a ser amigos. Al final, sufres sus problemas como si fueran los tuyos».

En toda buena historia, los matices son importantes. Por eso, antes de marcharnos, reparamos en las fotografías que adornan el despacho de nuestro invitado. Sus hijos, Patricia y Arturo, y su mujer, Marta, copan la estancia. El ambiente, acogedor y cálido, evidencia algo: ha hecho de su oficina un hogar repleto de momentos felices. ¿Cuántos recuerdos caben en una foto? ¿Es cierto aquello de «una imagen vale más que mil palabras»? Quizás no para un novelista como Arturo. Porque las fotografías capturan historias, y él prefiere escribirlas.


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