El ultimate frisbee es un deporte de equipo que combina elementos del fútbol americano y el baloncesto. Se juega con un disco volador y se caracteriza por su buen ambiente, ya que los propios jugadores se autoarbitran. «Si no se ponen de acuerdo tras una falta, se inicia de nuevo la jugada. En esta modalidad predomina la estrategia y consiste principalmente en recorrer yardas con el frisbee. Los pases se efectúan hacia delante, y el equipo que consigue quince tantos gana», explica Fabián Tarazona a Capital Sport.
Este colombiano, responsable de Proyectos en Solarfam, comenzó a practicar esta modalidad en 2017 en su ciudad natal. Y, cuando llegó a Pamplona para completar sus estudios con un Máster en Energías Renovables, decidió buscar un equipo para seguir jugando. «Aquí no existía ninguna opción, pero encontré uno en Burgos. Me desplazaba con ellos a competir», relata.
Precisamente, su participación en un torneo celebrado en Galicia le llevó a conocer a Jackie Abesamis. Esta estudiante de origen filipino, que se encontraba de viaje en el momento en el que se realizó esta entrevista, vivía una situación muy parecida a la del ingeniero. «Este deporte es muy popular en su país y, cuando se mudó a Pamplona, también tuvo que buscar un equipo fuera de la ciudad. Ella estaba en un club de Getxo y, hablando durante la competición, vimos que los dos teníamos la misma inquietud», detalla Tarazona. Aquel encuentro les motivó para lanzarse a fundar su propio equipo. Así, en abril de 2022, crearon el primer conjunto de este deporte en Navarra: Ultimate Frisbee Pamplona.
«Es un juego de estrategia, que se parece mucho al fútbol americano pero sin contacto. Se basa principalmente en recorrer yardas con el ‘frisbee'»
Al poco tiempo de empezar con los entrenamientos, sus caminos se cruzaron con el de Gabriela Fajardo. Esta joven de 24 años también jugaba a ultimate desde el colegio, pero cuando aterrizó en Pamplona para realizar un Doctorado en Relaciones Internacionales, perdió el contacto con la disciplina.
«No podía creerme que aquí no se conociese este deporte. En Colombia es muy famoso. ¡Cuando conocí a Fabián y a Jakie, no dudé en sumarme a su proyecto!», exclama. De hecho, pasó a formar parte de la estructura de esta iniciativa: «Llevo la publicidad en las redes…», especifica.
Tarazona, por su parte, se encarga de la gestión: «Ahora estoy intentando ponerme en contacto con el Instituto Navarro de la Juventud y el Instituto Navarro del Deporte para dar visibilidad al deporte y también me gustaría asociarme con el equipo de disc golf que hay en Navarra. Creo que puede ser bueno para crecer. Ellos entrenan en Irurtzun«.
También mantiene contactos con la Federación Española de Disco Volador. «En un futuro próximo, queremos organizar algún torneo y promover alguna colaboración con equipos vecinos como los de Burgos, Getxo, Zaragoza o Santander«, adelanta. En la actualidad, hay países como Australia, Canadá, Japón, Estados Unidos o Colombia que cuentan con su propia liga oficial.
LA EVOLUCIÓN DEL EQUIPO
Existen dos modalidades de este juego: hierba y playa. Los tres jóvenes afincados en la capital navarra juegan sobre césped y, en este momento, entrenan en la Vuelta del Castillo, detrás de la estación de autobuses: «La gente que pasa caminando por esa zona se queda sorprendida y mira, pero no se atreve a probar. Lo ideal sería encontrar un campo de fútbol».
Tarazona aprovecha para destacar que, aunque este deporte no es muy conocido en España, el país cuenta con muy buenos equipos en la modalidad de playa. «Ha tenido poca repercusión, pero uno de Canarias ganó el Campeonato Europeo de playa», remarca Fajardo.
«El hecho de que solo se necesite un disco volador para jugar hace que sea accesible y económico»
Abesamis y Tarazona se reparten la labor de entrenar al grupo. En la actualidad, este está integrado por ciudadanos de muchos países que han ido interesándose por la actividad. «Para conseguir jugadores, promocioné el equipo, sobre todo en una página de Expats (de personas que vienen a Pamplona) y a través de las redes sociales», apostilla Fajardo.
Así, cuentan con jugadores de Brasil, Lituania, Ucrania, Venezuela, Colombia, México o Filipinas. Además, también se han ido sumando otros estudiantes de las universidades navarras. «Hemos terminando la temporada y ahora, de media, estamos seis o siete porque el resto se encuentra de vacaciones. Pero, durante el año, rondamos las quince personas», afirma la joven colombiana.
EL JUEGO
Los equipos que disputan los partidos son mixtos y están conformados por siete jugadores. Cuentan con varios quarterbacks y corredores. Estos últimos buscan espacios dentro del campo para recibir el disco y seguir avanzando: «Los jugadores más altos hacen pases de hasta ochenta metros».
Las dimensiones del terreno de juego donde se practica este deporte, que nació en Estados Unidos a finales de los sesenta, son cien metros de largo por 37 de ancho. Las zonas de anotación están ubicadas en cada extremo del campo, igual que en el fútbol americano. «Estaría genial poder llevar a cabo los entrenamientos a un campo de fútbol, que es de similares medidas», indican ambos.
Poco a poco, esta disciplina está experimentando un crecimiento significativo en España. «Es un deporte de equipo emocionante, que combina habilidad, estrategia y fair play. Tiene un espíritu muy inclusivo y es atractivo para jugadores de todas las edades y habilidades. Además, el hecho de que solo se necesite un disco volador para jugarlo hace que sea accesible y económico», remata Fajardo.