Desde el amplio ventanal de su despacho se avista un mar de árboles. El rector de la Universidad Pública de Navarra, Ramón Gonzalo García, trabaja entre esculturas de Jorge Oteiza y Antonio Eslava, envuelto en incienso con aroma a loto blanco. Discreto y amable, este logroñés nacido en 1972 dibuja una amplia sonrisa cuando recibe a NavarraCapital.es. Hoy se celebra el acto de apertura del curso 2019-2020, el primero de él como rector.
¿En qué ha cambiado la UPNA desde que usted era alumno?
En todo. Cuando yo empecé como alumno, solo había dos bloques de aulario, el tercero estaba sin hacer y el resto era un campo de tierra. Al segundo año, el aulario estaba completo, así que podíamos dar clases ahí. Pero no había nada más. Poco a poco se fueron haciendo más edificios. Cuando yo acabé, justo se acababa la biblioteca. Evidentemente, no teníamos verde. Eso que hacen los estudiantes en verano o primavera de tumbarse en la hierba yo no lo pude hacer. Un aspecto muy importante del cambio es la consciencia que tiene ahora mismo la sociedad navarra de su universidad. Cuando se crea algo, al principio tienes que ir viendo cómo evoluciona. Uno de los grandes cambios ha sido, a nivel territorial, tener una universidad que considero que aporta mucho. Cada vez hacemos más cosas con el tejido empresarial y social de Navarra. Esto ha supuesto un cambio para la universidad porque se ha puesto a funcionar y lo estamos haciendo de una manera más estable.
Usted dijo que la carrera de Medicina se debía de implantar con la «máxima calidad». ¿Ha cumplido sus expectativas? ¿Qué falta por implementar?
Nosotros teníamos 60 plazas y al final tenemos 62 matriculados. Queda todo por hacer. Este año está previsto hacer un laboratorio de anatomía, que ya está licitado y probablemente lo tengamos a principios de noviembre. Después, el edificio. Necesitamos un edificio para implantar Medicina porque el que hay ahora de ciencias de la salud no tiene suficiente espacio. Se necesitan muchos laboratorios específicos, sobre todo los primeros años, porque luego la mayor parte de la docencia va al Complejo Hospitalario de Navarra. Está previsto hacer uno nuevo al lado del edificio de ciencias de la salud. Todo eso hay que licitarlo, concursarlo, diseñarlo, equiparlo y añadirle profesorado. 
¿Cuál ha sido la inversión realizada para poner en marcha la titulación de Medicina y qué retorno ha generado en matriculaciones este año?
Normalmente, el retorno en matrículas no cubre los gastos que tienen los estudiantes. Está financiado. Públicamente, se calcula que el estudiante paga entre el 10 % y el 20 % del coste anual de la matrícula. Y el resto está financiado por el Gobierno, por toda la sociedad. De momento, el coste no está siendo muy elevado, acabamos de empezar. Estamos usando profesorado que ya teníamos, aunque con alguna contratación nueva. El laboratorio de anatomía ha habido que licitarlo, pero lo ha hecho directamente el Gobierno. Realmente, a fecha de hoy, el coste no ha sido demasiado elevado. Será a partir de ahora cuando haya que poner en marcha el edificio, dotarlo de todas las infraestructuras y de profesorado para todos los años de carrera.
Ramón Gonzalo García: «Cada vez hacemos más cosas con el tejido empresarial y social».
En las elecciones para el puesto de rector, el sector estudiantil fue el único que no lo apoyó. ¿Ha iniciado ya los contactos con sus representantes para conocer sus necesidades? ¿Ha habido algún acercamiento?
Ahí ya te has pasado (risas). El porcentaje de estudiantes que me votó creo que era del 40 %. Donde más diferencia hubo fue en el campus de Tudela. La diferencia fue muy grande. Lo que estamos haciendo nosotros es, en esa parte, intentar potenciar el campus todo lo que podamos con la ayuda del ayuntamiento de la localidad. En eso estamos trabajando con el profesorado de allí. Respecto al campus de Arrosadía, nuestra idea es que haya más participación del estudiante. Es un proceso en el que iremos poco a poco, pero es uno de los grandes objetivos. Queremos que el alumno sienta que está en su universidad y que la universidad le apoya. 
Desde 2009, la investigación científica española ha perdido más de 20.000 millones de euros. ¿El panorama es desalentador para los jóvenes talentos? ¿Cómo ve usted el futuro del sector científico español?
Buena pregunta. La puesta en investigación a nivel nacional el último año ha crecido un poco, pero la verdad es que es muy baja. Comparada con cualquier país europeo, la apuesta por la investigación en España es realmente ridícula. Al final, eso repercute en la juventud porque con proyectos de investigación es como se consiguen financiar las ayudas predoctorales o postdoctorales. Estamos muy lejos de Europa, pero desesperar no hay que desesperar nunca. Creo que esto es cuestión de tiempo y de que realmente los políticos y los que gestionan los recursos públicos se den cuenta de que la investigación es una inversión de futuro. Los países más desarrollados, cuando ocurrió la crisis, invirtieron aún más en investigación en lugar de recortar como se hizo en España. Eso es un síntoma de algo. Esos países han tenido menos problemas durante la crisis. Al final, si tu inviertes en tu tejido, en tus personas, tu capacidad de aguantar una crisis es mayor y la capacidad de adaptarse a nuevos tiempos también. Lo importante es que se den cuenta de que esto es una inversión realmente muy productiva.
La UPNA es la tercera universidad pública más pequeña de España en número de alumnos. ¿Va a implementar alguna estrategia para hacerla crecer en este ámbito? ¿Contempla la implantación de nuevas titulaciones?
En esta pasada legislatura hemos puesto en marcha cuatro grados nuevos, este año hemos puesto tres más y está previsto que el curso que viene se ponga otro nuevo. Todo esto viene del análisis del mapa de titulaciones que se hizo en la legislatura anterior. Esto supone automáticamente un crecimiento, aunque hay que tener en cuenta que son grados que no tienen un número de alumnos muy alto. En esta próxima legislatura, la idea es implantar un nuevo grado, pero tampoco muchos más. Capacidad de crecimiento tenemos porque, ahora mismo, nuestra oferta en primero es de 2.000 alumnos y los estudiantes que acaban son más de 3.100, con lo cual hay margen de crecimiento. Tenemos información de hacia dónde quiere ir Navarra y de lo que quieren los estudiantes. Con todo eso puedes generar una oferta que sea atractiva, tanto para el territorio como para los estudiantes. Ese es el objetivo. No vamos a crecer desmesuradamente porque tenemos la apuesta de intentar consolidar los grados que hemos puesto en marcha. El crecimiento ha sido bastante meditado y razonado.
¿Qué espera del nuevo gobierno presidido por María Chivite?
Uno de los grandes pasos que reclamábamos ya lo ha dado. Ha sido la creación del Departamento de Universidad, Innovación y Transformación Digital. Esto es fundamental porque supone que vamos a tener una interlocución mucho más directa con un consejero cuyo objetivo es que la universidad se desarrolle y que contribuya al desarrollo. Nuestro objetivo es trabajar conjuntamente con ellos y contribuir al desarrollo regional, en el que la universidad es un actor muy relevante y uno de los tractores del desarrollo. Además, para nosotros es muy importante el contrato plurianual porque nos da estabilidad. Eso es lo que esperamos del Gobierno.
EL CAPITALTEST DE RAMÓN GONZALO GARCÍA
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