Innovación y tradición son dos términos aparentemente contrapuestos. Sin embargo, cuando hablamos de las empresas familiares pueden ir de la mano. Así se evidenció este jueves en el diálogo que mantuvieron el director gerente de Exkal, Daniel Antoñanzas, y Elena Martínez, consejera delegada de Martínez Somalo.
Bajo el título, ‘El relevo generacional: una oportunidad para innovar en el negocio’, ambos invitados a la cuarta edición de Tudela Capital conversaron sobre el desafío que supone afrontar ese relevo desde la I+D. Este foro, promovido por Navarra Capital, busca proponer ideas, estrategias y soluciones inspiradoras en medio de la infodemia actual. La cita contó con el patrocinio de LORTU Desarrollo Empresarial, Grupo Enhol, Laboral Kutxa y Forjados Orgues. También con la colaboración de la Asociación Empresa Ribera (AER), la Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar Navarra (ADEFAN) y ‘Plaza Nueva‘.
En concreto, más del 70 % de las empresas españolas desaparecen cuando pasan de la primera a la segunda generación. Así lo refleja un estudio elaborado en 2020 por KPMG. El documento también indica que ocho de cada diez quiebran antes de ser gestionadas por la tercera generación. Pero, a pesar de estos datos, hay motivos para ser optimistas. El momento de incorporar a nuevos socios o propietarios a una empresa también es una oportunidad única para incentivar el cambio dentro de la misma.
Así lo destacó Joseba Pérez, CEO y fundador de LORTU Desarrollo Empresarial, quien intervino antes de que diera comienzo el diálogo entre los dos invitados. «Para mí hay dos factores clave», aseguró haciendo referencia a la innovación y las personas.
Joseba Pérez: «Sin las personas adecuadas, las empresas no van a innovar».
Desde su punto de vista, la innovación es el resultado de la creatividad. «Cuando queremos que las empresas, familiares o no, sigan funcionando como hasta ahora, seguimos igual. ¿Estamos dispuestos a que las cosas sean diferentes?», cuestionó.
Además, para que el cambio llegue a buen puerto, es indispensable contar con las personas adecuadas. «Sin ellas, no vamos a innovar en las empresas», advirtió Pérez.
Antoñanzas y Martínez recogieron el guante de esta reflexión al inicio del encuentro. Esta última atestiguó que la innovación en su compañía ha venido marcada por la evolución en el sector cárnico. Su bisabuelo fundó la compañía en el año 1900 y, a partir de ahí, realizaron sucesiones «sencillas» hasta que llegó la cuarta generación en 2011.
En plena crisis económica, surgió una pregunta: «¿Qué comerán nuestros nietos?». Y lo cierto es que ya por aquel entonces se empezaba a hablar de productos cárnicos cultivados en laboratorios.
Elena Martínez: «Tenemos que cuidar lo que ya hay, pero poniendo la vista en el futuro».
El equipo de Martínez decidió explorar esa vía: «Localizamos un laboratorio en San Sebastián que estaba trabajando en esa línea y pensamos que en el futuro necesitarían a alguien para industrializarse». Así nació un proyecto que muestra la filosofía de su relevo generacional. «Tenemos que cuidar lo que ya hay, pero poniendo la vista en el futuro», añadió.
Para Antoñanzas solo hay dos tipos de empresas: «las que cambian y las que van a morir». Precisamente por eso, en Exkal existe una unidad de I+D que persigue esa evolución permanente. «Nos dimos cuenta de que con la innovación ya no es suficiente», comentó.
¿La razón? «Su impacto solo dura entre tres y seis meses». Por eso, en su compañía el equipo se emplea a diario para encontrar diferenciales competitivos con más recorrido. «El objetivo es generar ese conocimiento que en el futuro dará lugar a un producto», puntualizó. A su juicio, el cambio es hoy «continuo, transversal, disruptivo y acelerado». Y en ese contexto, la investigación es la vía para llegar a esos diferenciales competitivos. «Nos harán sostenibles para que la quinta generación sea viable», enfatizó.
LA INTERNACIONALIZACIÓN
En relación a la internacionalización de las empresas familiares, ambos invitados reconocieron la importancia de dar este paso. «El mundo ha dejado de tener barreras», recordó Martínez. Y Antoñanzas diferenció la era previa al Covid-19 de la actual: «Antes de la pandemia, pensábamos en la internacionalización fuera de Europa porque nos parecía más sencilla», subrayó. Sin embargo, el Covid-19 llevó a su equipo a centrar la mirada en el continente europeo. «El principal reto que nos encontramos es allá donde tenemos que contar con personas nativas, pero es factible», especificó.
Galería de fotos
Los invitados también hicieron referencia a las afecciones que está teniendo el contexto actual en sus empresas. «Está afectando y mucho», confirmó la consejera delegada de Martínez Somalo. Y lamentó que muchos proyectos se han visto frenados.
En ese sentido, hizo alusión a la diferencia entre la forma de trabajar de las empresas familiares y los políticos. «Nosotros, además de ganar dinero, queremos que la compañía pase a la siguiente generación», defendió. Y esto hace que centren sus esfuerzos en el largo plazo: «Pero parece que nuestros políticos en muchas ocasiones solo piensan en cómo hacerlo bien para seguir en el poder y eso les hace ser ineficientes».
LA IMPORTANCIA DE LAS PERSONAS
Dentro de la estrategia de Exkal, las personas están en el centro. «Nuestro objetivo es maximizar el valor añadido que aportamos a nuestros grupos de interés», remarcó su director general. Y para ello, hay que «potenciarlas y generar cultura de cambio». Algo que, a su juicio, se consigue dotándoles de capacidad para tomar decisiones. En ese punto, Antoñanzas recordó su época en una multinacional. «Allí se trabajaba para maximizar el valor de la acción. Así no se puede construir a largo plazo», contrapuso.
Daniel Antoñanzas (Exkal): «Los diferenciales competitivos nos harán sostenibles para que la quinta generación sea viable».
«Nuestro equipo son familias», puso en valor. «Cuando contratas a alguien y sabes que tiene un hijo, lo ves de otra forma». Tanto es así que, cuando llegó el Covid-19, en vez de plantear posibles despidos, estudió iniciar nuevas líneas de negocio como batas o dispensadores de hidrogel. «Esta decisión afectó económicamente, pero permitió que el equipo estuviera más preparado e ilusionado».
A este respecto, Martínez también hizo hincapié en que su firma otorga un puesto privilegiado a las personas. «Nuestros mimbres eran personas que ya estaban en la empresa». De hecho, agradeció que toda la generosidad y humildad que les transmitió su padre a ella y sus hermanos se contagió al resto del equipo: «Fuimos muy humildes para reconocer aquello en lo qué éramos buenos y donde éramos mejores». Y, en un momento determinado, el área comercial decidió lanzar al mercado un chorizo con vino: «El desarrollo de ese producto fue el germen que nos hizo darnos cuenta de que sí podíamos desarrollar cosas diferentes».
Entra aquí para leer más sobre los encuentros de Navarra Capital.