viernes, 13 diciembre 2024

La Cátedra Grupo AN cumple 10 años como puente entre la UPNA y la industria

Un puente entre la Universidad y la industria agroalimentaria. Un trampolín para el talento. Una herramienta para ayudar a resolver algunos de los desafíos más importantes de la alimentación del futuro. Y, sobre todo, una historia de confianza y de colaboración público-privada intachable. Así se puede resumir la trayectoria de la Cátedra Grupo AN a tenor de lo vivido en el acto organizado en la Universidad Pública de Navarra (UPNA) para festejar los primeros diez años de esta unidad para la transferencia de conocimiento.


Pamplona - 26 abril, 2024 - 18:44

Uno de los principales logros de la Cátedra es haber servido como nexo para la formación y captación de talento cualificado. (Fotos: cedida / Izeia Encina)

Los datos hablan por sí solos. Según el recuento que ofreció Ramón Gonzalo, rector de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), la colaboración de Grupo AN con la entidad educativa se ha concretado en cerca de un millón de euros de inversión; 170 prácticas formativas, de las cuales casi un tercio se ha materializado en posteriores contrataciones; más de 40 contratos de transferencia tecnológica; y numerosos proyectos de investigación colaborativos.

Sin embargo, Gonzalo quiso poner el énfasis en intangibles como la relación de profunda confianza que se ha logrado entre las dos partes. “Tenemos mucho que agradecer a Grupo AN por haber apostado por la UPNA y por su compromiso y confianza”, defendió este viernes durante el acto de celebración de la primera década de trayectoria de la Cátedra Grupo AN.

Ramón Gonzalo: «Tenemos mucho que agradecer a Grupo AN por haber apostado por la UPNA»

Uno de los principales logros de la Cátedra es haber servido como nexo para la formación y captación de talento cualificado. Sobre esta cuestión versó el primer bloque de la jornada, en el que intervinieron Pablo de Juana, Eneko Sanz y Lorena Huici, graduados en Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural. Los tres realizaron prácticas curriculares en Grupo AN y proyectos de fin de grado o máster vinculados con problemáticas reales del sector  y enmarcados en la Cátedra.

Lorena Huici, Eneko Sanz y Pablo de Juana elogiaron la implicación de los profesores y empresa y su nivel de coordinación.

Precisamente, los tres coincidieron en elogiar el alineamiento entre los proyectos y las problemáticas de la industria. En el caso de Pablo de Juana, su proyecto consistió en analizar la gestión de diversas explotaciones en el sector hortícola a lo largo de toda España. “Esta experiencia me abrió los ojos sobre la importancia de la gestión y las deficiencias en digitalización del sector”, afirmó. Un ámbito en el que posteriormente ha profundizado a lo largo de su carrera profesional. “De la Cátedra destacaría la coordinación entre profesores y empresas. Había realizado otras prácticas anteriormente y los objetivos que debía alcanzar como estudiante no estaban tan definidos como en Grupo AN”, elogió.

Por su parte, el proyecto de Eneko Sanz, que tras las prácticas fue contratado y actualmente trabaja en la firma, le llevó a analizar la implantación de un sistema de codificación interna en el almacén de productos fitosanitarios del Grupo en Tafalla. Esta solución buscaba mejorar la trazabilidad de los productos y el control del stock, además de ahorrar tiempo y minimizar los errores en las operaciones. “Para mí, la Cátedra fue un nexo perfecto entre los estudios y el mundo laboral porque, desde el primer minuto, me trataron como a un trabajador más y me dieron responsabilidad de afrontar una problemática real e importante para ellos”, remarcó.

Este es también Lorena Huici, quien tuvo que dar respuesta a un desafío de absoluta vigencia para muchas empresas. La nueva Directiva de Sostenibilidad Corporativa de la UE exige a las grandes compañías un análisis de doble materialidad en las dimensiones social, ambiental y económica. Ante esta novedad regulatoria, desde Grupo AN le propusieron un proyecto para analizar si el plan estratégico de la firma estaba bien alineado con las nuevas exigencias normativas. Su conclusión fue que sí, que la firma está bien posicionada para dar respuesta a las nuevas exigencias en sostenibilidad, pero identificó algunos puntos de mejora a los que ahora podrá contribuir desde dentro porque hace un mes se incorporó a la plantilla de Fundación AN. «Me sorprendió que no me pusieran ninguna pega para hablar directamente con todos los grupos de interés de la firma y que hicieron todo lo que estaba en su mano para ayudarme», puso en valor.

DOBLE IMPULSO A LA FORMACIÓN

En el segundo bloque de la jornada, Luis Arregui, profesor de la UPNA y secretario académico en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y Biociencias (ETSIAB), y Sergio Menéndez, tutor y coordinador del Grupo de Innovación de Campo de Grupo AN, ofrecieron algunas pinceladas sobre lo que las prácticas y los proyectos de investigación de los estudiantes representan para ambas entidades.

Ambos destacaron la figura del tutor para orientar y ayudar «a volar solos» a los jóvenes en una fase en la que están a punto de acceder al mercado laboral. En esta transición, las practicas curriculares son una opción perfecta, como atestigua el hecho de que, a pesar de tratarse de una asignatura optativa, “la práctica totalidad de los estudiantes deciden realizar prácticas curriculares”, compartió Arregui con los asistentes.

De hecho, en palabras de Menéndez, la Cátedra es para la empresa un primer filtro de cara a valorar si los estudiantes “tienen interés, ganas y capacidad” y así recurrir a ellos en caso de necesitar incorporar talento específico. No es casualidad, por tanto, que en los proyectos escojan temáticas muy vinculadas con sus necesidades y desafíos actuales. “En los últimos años, hemos impulsado muchos trabajos relacionados con la medición de huella de carbono o el compostaje de subproductos, por ejemplo, porque la sostenibilidad es algo clave para nosotros, ya no solo por responsabilidad, sino por la creciente exigencia de las administraciones”, aseguró.

Sergio Menéndez, coordinador del Grupo de Innovación de Campo de Grupo AN, y Luis Arregui, profesor de la UPNA.

Pero los impulsores de la Cátedra intentan mirar más allá de los problemas de hoy para adelantarse a los retos a los que la industria deberá dar respuesta en el medio y largo plazo. “Para mí, el mayor plus de esta Cátedra es que trabajamos con las líneas de futuro de la empresa en mente y preparamos a nuestros estudiantes para que vayan por delante de lo que va a venir en unos años, alineados con las necesidades de empleabilidad del futuro”, sentenció Arregui.

UN FARO DE INSPIRACIÓN

En el cierre de la jornada, Ramo Barrena, directora de la Cátedra Grupo AN, se refirió a esta unidad como “un faro de inspiración y un punto focal” que ha logrado explorar nuevos horizontes y desafiar convenciones en la industria agroalimentaria. La actual directora defendió que “la verdadera grandeza de esta Cátedra es la capacidad de generar sinergias y fomentar la colaboración”. Asimismo, vaticinó que la próxima década será aún más fructífera siempre y cuando la unidad sirva de instrumento para aunar distintas visiones frente a los problemas multifacéticos de la industria. Entre ellos, citó la importancia de garantizar la seguridad alimentaria en un mundo cada vez más poblado, trabajar la relación de la industria con la sostenibilidad, adoptar prácticas más respetuosas con el medioambiente, asegurar un uso más eficiente del agua, proteger la biodiversidad y bienestar animal o idear formas innovadoras de sostener la productividad de forma sostenible.

A continuación, Maite Muruzabal, directora de la Fundación AN, celebró que la jornada había servido para visibilizar los frutos “de una de las primeras cátedras que tuvo la Universidad”. Además de las numerosas actuaciones de formación y divulgación impulsadas «no solo en la ETSIAB, sino en numerosas escuelas y facultades de la Universidad», Muruzabal defendió el acierto en el diseño de las prácticas, ideadas «para favorecer la generación de nuevo conocimiento” y de abrir nuevas líneas de trabajo que trasciendan a la actividad actual del Grupo. Un enfoque que “refuerza más si cabe la preparación de estos nuevos profesionales”.

Por último, Francisco Arrarás, presidente de Grupo AN, constató que los objetivos trazados por la empresa hace diez años con el lanzamiento de la Cátedra “siguen vigentes”. En este sentido, defendió el valor de que los estudiantes conozcan de cerca y lo antes posible la realidad empresarial y “cómo funcionan las empresas, cómo se toman las decisiones, cómo se ejecutan y qué consecuencias tienen”. A modo de conclusión final, se refirió al futuro de la Cátedra con ambición y advirtió de que su alcance se debe ampliar para seguir dando respuesta a las necesidades de la empresa y el sector. “No solo necesitamos a profesionales de la Ingeniería Agronómica, sino también de ramas como la Economía, el Derecho o la Ingeniería Industrial y deberemos profundizar en ello”, compartió.


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