Aunque muchos hosteleros han visto cómo los propietarios de los locales reducían el precio de los alquileres desde el inicio de la pandemia, no todos han corrido la misma suerte. Entre ellos, hay quienes no pueden hacer frente a los arrendamientos en las actuales circunstancias. Por eso, se ven obligados a cambiar de emplazamiento en busca de locales más baratos. Este es el caso de un emblemático bar de la calle Estafeta que, a finales de enero, abandonará las instalaciones que lo acogieron desde su apertura en 2015 para reubicarse en una opción más asequible: la Taberna Cocotte.
Sus propietarios pagan actualmente “5.000 euros al mes por unos cien metros cuadrados”. Uno de sus dueños, el cocinero Martín Iturri, confirma a NavarraCapital.es la decisión de cambiar de emplazamiento: “A la mayoría de los hosteleros le han facilitado las cosas, pero el dueño de nuestro local no nos ha rebajado ni un euro”. Su planteamiento se alinea con el análisis de Nacho Calvo, secretario general de la Asociación de Hostelería y Turismo de Navarra. En declaraciones a este medio, Calvo destaca que el “principal” problema de muchos asociados en estos momentos es de naturaleza inmobiliaria. “Lo más grave es que algunos propietarios no han querido ayudar a sus arrendatarios, que están aguantando a base de ERTE y de préstamos ICO”, señala.
Martín Iturri: “A la mayoría de los hosteleros le han facilitado las cosas, pero el dueño de nuestro local no nos ha rebajado ni un euro”.
Desde la irrupción del coronavirus, las asociaciones del sector habían advertido del peligro de que una gran cantidad de establecimientos bajara la persiana por no poder hacer frente a los alquileres. De ahí la importancia de contar con la comprensión de los propietarios. Iturri, sin embargo, no abandonará el proyecto que comenzó hace cinco años junto a Santi Enciso y Santos Muñoz. Más bien, le dará un giro.
“Le dijimos al propietario que, si no nos ayudaba, nos iríamos a otro sitio. No nos parecía apropiado que, tras haber pagado religiosamente el alquiler todos los años, no nos apoyara en estos momentos de tantas dificultades”, resalta el también dueño del restaurante Beti-Jai (Aoiz). Y así lo hará: su personal abandonará definitivamente el número 81 de la Estafeta a finales de febrero. Y aunque él y sus socios ya han elegido dónde reabrirán la taberna, prefiere no desvelar todavía el lugar hasta que no esté cerrado el contrato.
Eso sí, continuará en el centro de la capital navarra, aunque en un local “con más metros y pagando un alquiler mucho más barato”. Y espera que, “en unos cuatro meses”, pueda retomar la actividad en el nuevo establecimiento. Después de haber sido uno de los primeros que reabrió en Pamplona tras la irrupción del Covid-19 para vender arroces a domicilio, Iturri apuesta por una cocina más grande, que le permita “desarrollar más” el servicio de ‘delivery’: “Vemos que tiene un potencial muy fuerte”.
EL CASO DE SANFERFOOD
No es el primer establecimiento situado en ese tramo de Estafeta que se ve afectado por los altos precios de los alquileres. Tal y como adelantó NavarraCapital.es el pasado mes de junio, Sanferfood, un proyecto impulsado por el creativo Mikel Urmeneta, el chef Iñaki Andradas, el exciclista Peio Ruiz Cabestany y la empresa MGestión, cerró su tienda al menos hasta el verano de 2021. Y lo hizo apenas un año y medio después de haber iniciado su actividad en el mismo local donde, tiempo atrás, se encontraba Kukuxumusu.
Precisamente, Sanferfood estaba a escasos metros de la Taberna Coccotte. Eso sí, las circunstancias particulares de este negocio eran distintas. Tras los Sanfermines de 2019, Andradas y sus socios decidieron bajar la persiana, con la intención de “volver a abrir cada año” solo para las fiestas. Sin embargo, el coronavirus echó al traste sus planes. “Intentamos negociar el precio de la renta, que el propietario nos hiciera una rebaja. Pero no hubo acuerdo (…). Aunque nos dio mucha pena, a nivel empresarial no tenía sentido conservar la tienda en estos momentos. ¿Quién puede asumir 4.500 euros al mes ahora?”, detalló el chef.
Ante esta tesitura, pactaron una solución intermedia con el dueño del local, que posteriormente lo puso en alquiler: “Le dijimos que si no le sale ningún arrendador, nosotros seguiremos interesados de cara al verano de 2021”.
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