La crisis internacional provocada por la escasez de componentes electrónicos ya está sintiéndose en la Comunidad foral y va más allá del conocido caso de Volkswagen Navarra, que detuvo su producción entre el el 24 y el 26 de marzo de este año. Falcón Electrónica, firma especializada en el diseño y la fabricación de placas electrónicas y equipos mecatrónicos, explica a NavarraCapital.es las claves de esta problemática global y sus efectos en numerosos sectores productivos, además de la automoción. En 2020 y por cuarto año consecutivo, la compañía fue reconocida por la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) con el sello Cepyme500. Una distinción que evidencia su “posición de liderazgo” en el tejido económico nacional y en su sector.
Su directora general, Yolanda Falcón, constata que el sector electrónico está pasando por la “peor crisis de componentes” de la historia: “Hemos vivido varias en nuestros 45 años de historia, algunas de ellas importantes. Pero podemos decir que la actual destaca por la celeridad con la que está avanzando y la magnitud que tendrá respecto a familias de componentes afectadas y el plazo de los cortes de suministro”.
“La crisis de componentes está afectando a todos los sectores por igual. Un micro puede ir en una tarjeta de control de una máquina expendedora, de un aerogenerador o de un equipo médico”.
Entre las dificultades a las que se enfrenta actualmente su industria, Falcón enumera el “aumento drástico en los plazos de entrega, que han llegado a duplicarse”; “cancelaciones inminentes de envíos”; y una “incipiente escalada de precios“.
No obstante, las circunstancias que conlleva la crisis han intensificado la actividad en Falcón Electrónica, cuyo equipo se está entregando al máximo para adelantarse a esta situación y atender las peticiones de sus clientes: “Hemos solventado todos los posibles cortes de suministro y estamos capeando bastante bien el temporal. El Departamento de Compras es, sin duda, el que está en primera línea en contacto con proveedores y fabricantes, pero el resto también mantienen la alerta. La Unidad de Ingeniería está buscando alternativas y homologando nuevos componentes, el Departamento de Calidad realiza test y comprobaciones extras a componentes que se compran en vías secundarias no oficiales, y el Departamento de Producción acelera lo máximo posible las fabricaciones”.
Porque, tal y como resalta Falcón, la carencia de componentes no solo afecta a la automoción, sino a los diez sectores con los que trabaja esta firma, entre los que se encuentran las energías renovables, la salud, el ferroviario, máquinas expendedoras y la hostelería, defensa, la industria… “La falta de componentes está afectando a todos los sectores por igual. Un micro puede ir en una tarjeta de control de una máquina expendedora, de un aerogenerador o de un equipo médico, con lo que todos sufren esa carencia”, apunta.
“A esta crisis se añaden los problemas relacionados con la saturación en transportes internacionales de mercancías y sucesos imprevistos, como el buque encallado en el Canal de Suez”.
LAS CAUSAS
El auge del 5G y los coches eléctricos provocó que la industria de componentes empezara a tensionarse. Y, con la llegada del Covid-19, la crisis terminó de desencadenarse, ya que el sector vivió un efecto dominó provocado por el crecimiento desorbitado de la demanda de equipos electrónicos. Los motivos: el confinamiento y la implantación del teletrabajo. Adicionalmente, hubo una disminución de la fabricación de semiconductores por los cierres temporales de plantas productivas en países con altos niveles de incidencia de la pandemia.
Ahora, los grandes fabricantes multinacionales, que “no son muchos”, están enfrentándose a un “cuello de botella” originado por la gran demanda a la que están sometidos y prevén que habrá un “problema grave en los suministros” durante todo 2021 y gran parte de 2022 . Por eso, Falcón augura que el conflicto tendrá “una rampa de subida que está sucediendo ahora, un pico y un descenso de vuelta a la normalidad en un periodo mínimo de catorce meses“.
A corto plazo, se añaden también los “problemas de saturación en transportes internacionales de mercancías” y otros sucesos, como el terremoto de Fukushima y el temporal de Texas, que afectó a varias plantas productivas en febrero de este año. También el buque encallado en el Canal de Suez el pasado marzo. “Tenemos que pasar por un efecto mariposa cuando los proveedores y fabricantes están distantes geográficamente”, apostilla la directora general de la firma peraltesa.
Falcón augura que el conflicto tendrá “una rampa de subida que está sucediendo ahora, un pico y un descenso de vuelta a la normalidad en un periodo mínimo de catorce meses”.
PREMIO ESPECIAL CEPYME500
Con una facturación anual de unos 25 millones de euros, Falcón Electrónica ha tenido una media de crecimiento por ejercicio del 20 %. De hecho, gracias a sus volumen de ingresos y su trabajo en el campo de la innovación, fue reconocida por Cepyme como una de las “500 empresas de tamaño pequeño y medio que lideran el crecimiento empresarial del país”. Y fue una de las ocho que lo logró por cuarto año consecutivo.
“Estoy muy orgullosa del equipo que formamos todas las personas de la empresa. El año pasado fue muy complejo. Sin embargo, resultó también satisfactorio porque demostramos agilidad frente a los cambios”, valora Falcón.
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