jueves, 12 diciembre 2024

La empresa de Etxarri Aranatz que exporta sus motores para ascensores a cuatro continentes

Permagsa, que también cuenta con sedes en India y Dubái, es una referencia internacional dentro de su sector. En la actualidad, las exportaciones suponen el 90 % de su facturación, que oscila entre los 15 y los 18 millones. El fundador de la compañía, Asier Leiza, detalla a Navarra Capital que la firma busca ahora aumentar sus ventas en Sudamérica y el norte de África, así como extender sus servicios a otros sectores.


Etxarri Aranatz - 26 junio, 2024 - 05:58

Entre todas sus plantas, la firma navarra produce 20.000 motores al año. (Foto: cedida)

Permagsa, empresa especializada en diseñar y fabricar motores de imanes permanentes, se ha convertido en una referencia del sector del ascensor en Europa. Esta compañía, ubicada en Etxarri Aranatz, vende sus productos a numerosos países como Arabia Saudí, Estados Unidos, Argentina, Colombia, Alemania, Grecia, Portugal o Inglaterra. De hecho, las exportaciones representan el 90 % de su facturación, que actualmente oscila entre los 15 y los 18 millones de euros.

Además de su sede central en Navarra, la firma cuenta con dos delegaciones más. La primera en India, donde realiza procesos de fabricación, y otra Dubái, que utiliza para logística y transporte. Ahora, según afirma el fundador y gerente de la compañía, el arbizuarra de 47 años Asier Leiza, Permagsa busca expandirse a otros países. “Queremos estar más en Sudamérica y en el norte de África. Estamos introduciéndonos en Marruecos y, a través de Arabia Saudí, también en Egipto“, explica a Navarra Capital.

ELECTRICIDAD RAMOS, EL ORIGEN

La firma surgió gracias a Electricidad Ramos, una empresa de Alsasua fundada en 1965 por Juan Ramos y Patxi Leiza, este último padre de Asier. La fábrica se dedicaba al bobinado de motores y, en la actualidad, se ha ido centrando poco a poco en otros sectores como la automatización de procesos o las instalaciones eléctricas de alta y baja tensión.

El gerente de Permagsa comenzó a trabajar en la compañía alsasuarra. Pero, en 2000, una empresa de San Sebastián dedicada al sector de los ascensores acudió a sus instalaciones. “Nos explicaron el cambio que estaba sufriendo el mercado y comenzamos a hacer el diseño de un motor. Como había terminado la carrera de Ingeniería Eléctrica, me pusieron a cargo del proyecto y así creamos Permagsa como una compañía independiente de Electricidad Ramos”, rememora.

Y es que, durante los años 90, la multinacional finlandesa Kone introdujo los motores de imanes permanentes en el sector del ascensor. Antes, los edificios contaban con un cuarto de máquinas, donde se introducía un propulsor de mayor tamaño y un reductor que permitía que el elevador pudiera subir con fuerza pero a bajas revoluciones. “Gracias a este invento, la unidad de potencia se podía introducir dentro del hueco del ascensor y se eliminaron las salas de maquinaria. Ofrece un sistema muy eficiente a velocidades lentas. Por eso, el sector se vio obligado a utilizarlos”, argumenta el fundador de Permagsa.

LOS DISEÑOS ESPECÍFICOS, LA CLAVE

La principal línea de negocio de Permagsa es la producción de motores de imanes permanentes para ascensores. Desde la sede central de Etxarri Aranatz, la firma busca constantemente mejoras para sus productos: “Al desarrollar una nueva unidad de potencia, en el ordenador parece perfecto. Pero, al plasmarlo en el mundo real, surgen carencias. Por ejemplo, al introducir el cobre en el bobinado. Cuando sumas todas las imperfecciones, el motor genera una pequeña vibración, que se transmite por los cables y llega a la cabina donde resuena, como si fuera una guitarra. Nuestro trabajo se centra en minimizar esos defectos, que los clientes no los noten. Hemos trabajado para que la gente viaje en un ascensor muy silencioso. Así nos diferenciamos, esa es la clave”.

Gracias a esta labor, la compañía navarra produce en torno a 20.000 motores al año. Para ello, subcontrata gran parte de los procesos de fabricación tanto en Navarra como en sus otros puntos fuera de España. Así, comercializa cuatro tipos de propulsores: Optimus, Belt Machine, 320 Pulley y High Load. Cada motor se adapta a los mercados donde opera la firma. Por ejemplo, el primero es ideal para Europa, donde los ascensores son muy pesados, mientras que en Estados Unidos cuentan con poleas de menor tamaño, por lo que se emplea más el High Load.

Por otro lado, la compañía realiza trabajos personalizados para clientes. Y no solo eso, también colabora en proyectos de I+D+i a nivel nacional e internacional, como el desarrollo de un coche sostenible que, junto a un dron, facilita el reparto de mensajería en entornos urbanos y rurales. “El objetivo es buscar aplicaciones especiales donde se requiera algo diferente. En una empresa dedicada a moler piedras en una cantera, por ejemplo, podemos analizar su proceso y diseñar un motor más eficiente para ella. Si ofertamos un motor al mejor postor es complicado, hay mucha competencia y ya hay marcas introducidas. De cara al futuro, queremos introducirnos en nuevos mercados y ofrecer servicios innovadores para el sector de los vehículos eléctricos”, adelanta.


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