Joaquín Almunia es uno de los políticos españoles con mayor experiencia internacional y un gran defensor del proyecto de la Unión Europea, institución para la que trabajó durante catorce años como vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Economía, entre otros cargos. De modo que por su conocimiento de la UE, que despliega en diferentes think tanks y como visiting professor en el European Institute de la London School of Economic and Political Science, fue uno de los protagonistas en la segunda jornada de los II Cursos Europeos de Verano, organizados por NavarraCapital.es y Diario de Navarra y patrocinados por el Parlamento Europeo.
Durante su ponencia, reconoció que Europa vive una época de grandes cambios tecnológicos, climáticos y geopolíticos, que ya se vislumbraban antes de la pandemia. En este último ámbito, destacó las próximas elecciones de Estados Unidos, respecto a las que hizo su particular lectura. “La geopolítica mundial empeorará si gana Trump”, subrayó.
Desde la crisis de 2008, «Europa ha perdido peso, protagonismo y relevancia«.
Repasó igualmente cómo Europa arrastra una sucesión de crisis en los últimos años, que todavía no ha superado: “el Brexit; una nueva recesión en la economía, que llega de manera muy virulenta cuando todavía no hemos superado el final de la crisis anterior; un atraso tecnológico negativo con respecto a EEUU en unas áreas y en otras respecto a China; una crisis de refugiados contenida, pero no eliminada; un desafío inmenso en materia demográfica y de inmigración; una crisis del orden internacional; los populismos, que erosionan la confianza de los ciudadanos; y, ahora, la pandemia”.
«Necesitamos una política europea en Defensa, en comercio internacional y recuperar el diálogo con China, sin olvidar que no comparte nuestros valores».
También hizo hincapié en que, desde la crisis de 2008, “Europa ha perdido peso, protagonismo y relevancia”, a pesar de éxitos como la fortaleza del euro. Y profundizó en la idea de que la trascendencia perdida en las “relaciones internacionales” y a la hora de “influir en otras partes del mundo” se ha convertido en “un problema” para la UE: «Necesitamos una política europea en Defensa, en comercio internacional y recuperar el diálogo con China, sin olvidar que no comparte nuestros valores y no es un país democrático».
«EL EJE FRANCOALEMÁN HA VUELTO»
No obstante, y en la misma línea que el resto de participantes en los II Cursos Europeos de Verano, Almunia definió la respuesta dada por Europa en esta crisis como “rápida y contundente, más de lo que cualquiera podríamos imaginar y esperar en el mes de marzo”. Además, subrayó que “Alemania y Francia han reaccionado de manera contundente”, con una sintonía que ha sido crucial. “El eje francoalemán ha vuelto”, se congratuló el excomisario de Economía, quien advirtió no obstante de que Merkel ya no estará al frente del país germano en el año 2021 y de que Macron afrontará unas «difíciles» elecciones en 2022, por lo que animó a países como España a “reforzar ese eje”.
«Alemania y Francia han reaccionado de manera contundente».
Porque, en el fondo, a nadie se le escapa la importancia de que ambos países compartan una visión común ante la pandemia: “Otros países hemos jugado un papel importante y la Comisión Europea ha ampliado y mejorado la propuesta francoalemana. Pero todos somos conscientes de que los otros veinticinco países no pueden tomar una decisión en el Consejo Europeo contra Alemania y Francia”.
No obstante y de cara al futuro, la Unión Europea deberá llevar a cabo «un trabajo ingente», advirtió Almunia en la misma línea de lo que ya dijeron un día antes, durante una mesa redonda de los cursos, la eurodiputada Adriana Maldonado; la directora general de Política Empresarial, Proyección Internacional y Trabajo en el Gobierno foral, Izaskun Goñi; y el comisario de los cursos, Pablo Zalba.
Almunia destacó la importancia de que la UE evite la destrucción de tejido productivo y proteja el mercado interior.
En este sentido, enumeró aquellos desafíos donde los veintisiete deberán centrarse en las próximas semanas: evitar la destrucción de tejido productivo; proteger el mercado interior; invertir los recursos nacionales, así como «los que pone la Unión Europea con visión de futuro»; valentía para combatir las desigualdades; ganar en competitividad; o reforzar la educación, la sanidad y la protección social, entre otros.
Y a modo de remate, puso el énfasis en la relación entre las políticas nacionales y la Unión Europea, que «debe ser más estrecha y con mucha más coordinación tras esta crisis».
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