lunes, 20 mayo 2024

La mirada detallista de Gorka García sobre la Inteligencia Artificial de Navarra

De pequeño, le llamaban la atención los alimentos que nacían en la huerta de su familia. Gran observador, el pamplonés Gorka García se entretenía creando "cachivaches" y "escenarios", de ahí que estudiara Ingeniería Industrial. Tras haber trabajado en Mecadetol, MTorres, Nordex Group y EPER, desde hace dos años ocupa el cargo de director gerente en el centro de investigación de Inteligencia Artificial NAIR Center. Una entidad que ha triplicado su plantilla y ha aumentado su presupuesto un 66 % respecto al año anterior.


Pamplona - 10 mayo, 2024 - 12:06

Tras trabajar en Mecadetol, MTorres, Nordex Group y EPER, García se unió hace dos años al NAIR Center. (Fotos: Maite H. Mateo)

Aterrizamos en el edificio El Sario, en el campus de la Universidad Pública de Navarra (UPNA). Nuestro protagonista nos recibe con una amable sonrisa, que mantendrá durante toda la entrevista. «Nuestra sede se ubicará en el cuarto piso, estará lista a finales de este año», apunta. Enseguida, nos conduce hacia el patio interior de las instalaciones, donde un jardín de color verde intenso será el escenario principal de las fotografías. Entre árboles y césped, un pequeño artilugio capta nuestra atención. «Es una casita para pájaros», deducimos. Casi sin querer, hemos adivinado una de las aficiones de Gorka García, el director gerente del centro de investigación de Inteligencia Artificial NAIR Center: la ornitología.

«Soy un PTV», confiesa. Ante mi desconcierto, fruto de mi origen vallisoletano, apostilla: «Soy de Pamplona de Toda la Vida, un PTV». Tras compartir un par de carcajadas, empieza a narrar su historia, que comienza en el barrio pamplonés de Iturrama, donde creció. Sin embargo, sus recuerdos más nítidos se sitúan en el valle de Etxauri, concretamente en Ciriza, donde su familia construyó una esplendorosa casa «desde cero». Piscina, jardín, frontón… Sumergida en plena naturaleza, la vivienda albergaba una infinidad de espacios en los que Gorka dejaba volar su imaginación: «Era un entorno de libertad absoluta». Entre todos los rincones que podía explorar, él tenía un claro favorito: la huerta. «Me fijaba en cómo crecían las verduras y en los árboles frutales, sobre todo en los cerezos», rememora. Tan hondo caló en él aquella «cultura agroalimentaria» que, de hecho, ahora tiene una huerta donde cultiva tomates, lechuga y cebolla.

«La tecnología es un complemento, no un enemigo. Para que la gente la perciba así, tiene que entender qué es la IA y en qué nos puede ayudar. La IA no es magia, está creada por humanos»

Con una camiseta «agujereada» y unas viejas deportivas, aquel pequeño Gorka se entretenía persiguiendo lagartijas o inventando «cachivaches». «Me gustaba crear escenarios. Por ejemplo, a veces montaba puestos de mercadillo, simulando que estaba en las fiestas de algún lugar», ríe para acto seguido mencionar que siempre le ha caracterizado cierto espíritu creativo, que combinaba también con una profunda perseverancia en los estudios. En el colegio, aunque lucía mejores calificaciones en letras que en ciencias, este segundo mundillo captaba más su atención. Como alumno ejemplar, tenía unas excelentes notas, y cada verano, entre la huerta, la piscina y el frontón, revisaba los libros de todas las asignaturas antes de comenzar el curso.

EL ÁREA DE COMPRAS, LA «FUSIÓN PERFECTA»

Nuestro invitado se decantó por estudiar Ingeniería Industrial en la Universidad Pública de Navarra (UPNA), donde además se especializó en la Organización y Dirección de Empresas. Durante la carrera, se percató de la importancia de la colaboración y el trabajo en equipo, valores que hoy, a sus 44 años, todavía mantiene. Después de realizar prácticas universitarias, fichó por Mecadetol, una empresa especializada en componentes para tráileres y camiones. Allí permaneció cuatro años, en el departamento de Compras y Logística. «Muchos pensarán que no tiene nada que ver con la ingeniería, pero no es así. El área de compras es la fusión perfecta entre lo técnico y las habilidades personales. Es importante saber lo que compras y qué especificaciones tiene», defiende.

Entonces, el panorama empresarial español se encontraba en pleno boom de expansión en China. «Mi jefe me dijo: ‘Tienes que ir allí sin fecha de vuelta. Vuelve cuando consigas proveedores'», recuerda. Así que, con un par de maletas y sin dominar el idioma, se subió a un avión rumbo a Kunshan. En tan solo un mes cumplió la misión que le habían encomendado. 

Más tarde, se marchó a MTorres como técnico de compras y, al poco tiempo, fue ascendido a jefe del departamento. Así, permaneció trece años en la firma, que estuvieron marcados por un «profundo compañerismo».

SALIR DE LA «ZONA DE CONFORT»

Tras aquella «larga y maravillosa» etapa en MTorres, Gorka optó por «salir de la zona de confort» y desprenderse del «temor al cambio». Su destino fue una multinacional, Nordex Group, que le fichó como Global Sourcing manager. Pero, después de un año, decidió «cambiar de aires» y ejercer como head of Purchasing en EPER. La aventura no duró mucho porque, a los pocos meses, recibió una llamada con una propuesta muy interesante…

«Me llamaron del NAIR Center, el centro de investigación de Inteligencia Artificial de Navarra, y me propusieron ser su director gerente. Lo primero que pensé fue: ‘¿Gerente? ¿Yo? ¡Pero si lo máximo que he sido es jefe de compras!'», ríe con modestia. Sopesó la opción durante un tiempo, sin saber realmente qué respuesta dar. «Luego pensé ‘¿y por qué no?’. Y dos años después aquí estoy», apostilla.

El centro, surgido como una fundación «con el impulso del Gobierno foral y capital inicial de ADItech«, fue creciendo en el tiempo. Tanto es así que, de hecho, este año ha triplicado su plantilla, que ya suma nueve personas, y ha aumentado su presupuesto en un 66 % con respecto al año anterior, alcanzando el medio millón de euros. Gorka se muestra ilusionado y no duda en confesarnos algo: «Soy muy fan del término ‘auzolan’, que en euskera significa ‘trabajo de barrio’. Lo hemos aplicado en NAIR Center. Juntar a las personas y mejorar entre todos es lo que hemos conseguido».

UNA IA MÁS «DISRUPTIVA»

La principal labor del centro es la investigación, tanto básica como aplicada. Así, sus líneas de trabajo se dividen en cuatro áreas: fusión inteligente de datos, aprendizaje inteligente, IA disruptiva e IA y sociedad. «Buscamos que las investigaciones sirvan para solventar problemas cotidianos de empresas y organismos», puntualiza nuestro invitado antes de aclarar en qué consisten sus tareas.

¿Cómo toman las decisiones los sistemas tecnológicos? ¿Cómo se instruye a una máquina? ¿Cómo sabe ChatGPT qué respuesta nos tiene que dar? Lo cierto es que detrás de esta compleja realidad hay miles de algoritmos y mecanismos. «Analizamos los procedimientos que están detrás del autoaprendizaje de las máquinas, es decir, todo eso que consigue que aprendan de manera autónoma», manifiesta.

«La IA ya es disruptiva en sí misma, pero nosotros intentamos identificar nichos dentro de ella que no estén muy explorados»

NAIR Center también tiene cierto componente innovador: «La IA ya es disruptiva en sí misma, pero nosotros intentamos identificar nichos dentro de ella que no estén muy explorados». Entonces, Gorka vuelve a mencionar uno de sus hobbies a modo de metáfora: «Exploramos oportunidades en huertas que no estén muy pisadas». En este sentido, el centro se centra especialmente en la salud y la medicina, con el desarrollo de diagnósticos más precisos y personalizados. El neuromarketing también es uno de sus puntos fuertes: «Combinamos neurociencia y marketing para comprender cómo el cerebro de las personas reacciona ante estímulos publicitarios».

La irrupción de la IA está generando cierta controversia. Aunque hay quienes opinan que representa una amenaza, otros la perciben como un verdadero apoyo. Al abordar este debate, nuestro protagonista coge aire y suspira. «La tecnología es un complemento, no un enemigo. Para que la gente la perciba así, tiene que entender qué es la IA y en qué nos puede ayudar. La IA no es magia, está creada por humanos», apunta. Con el fin de materializar este objetivo, el centro trabaja en comprender el impacto y la interacción entre la IA y la sociedad, explorando cómo afecta a la vida de las personas, las organizaciones, la economía y la política.

Nuestro protagonista, gran apasionado de la ornitología y el senderismo, anima a percibir la IA como un "complemento" capaz de ayudar a las personas.

Nuestro protagonista, gran apasionado de la ornitología y el senderismo, anima a percibir la IA como un «complemento» capaz de ayudar a las personas.

Gorka no puede evitar entusiasmarse cuando explica todos los ámbitos que aborda el NAIR Center. De hecho, su voz se mantiene firme cuando asegura que «Navarra está dando pasos interesantes en el mundo de la IA». Tanto es así que fue una de las primeras comunidades en instaurar el Grado en Ciencia de Datos de la UPNA y, próximamente, impartirá un Máster en Inteligencia Artificial. «Ya tenemos cantera, pero es pequeñita. Terminan promociones de quince o veinte personas, y muchas de ellas se marchan de Navarra cuando salen al mercado laboral. Es importante captar y retener talento», precisa.

LA INVESTIGACIÓN ES «COMO UN RÍO»

Tras una pausa en la que aprovechamos para dar un sorbo al café al que nuestro protagonista nos ha obsequiado amablemente, observamos las instalaciones de la UPNA, con la que el centro colabora. De nuevo, decide utilizar una metáfora: «Imagínate que la investigación es un río. La universidad está en una orilla y NAIR Center en otra. Hemos creado una pasarela entre ambas: el convenio de colaboración. Lo fundamental es que por ese puente transcurran personas para que las dos orillas puedan entenderse». También con este fin, el centro se alió recientemente con la consultora tecnológica CYC, con la que comparte conocimientos y recursos.

Hablando de ríos y orillas, lo cierto es que otro de los grandes hobbies de Gorka es el senderismo. Se define como un gran observador: «Me gusta fijarme en la corteza de los árboles, en cómo brotan las plantas en cada rincón, en las particularidades de la naturaleza… Me encanta observar, soy muy detallista». Junto a su hijo y sus dos perros, aprovecha los fines de semana para recorrer la Comunidad foral con la visión de quien busca el detalle detrás de lo evidente. Siempre explorando más allá del paisaje, aún conserva la mirada curiosa que evidenciaba de pequeño, en aquella huerta de su familia donde pasaba el tiempo rodeado de verduras y árboles.

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