sábado, 27 abril 2024

La primera agencia navarra de viajes para moteros acelera hasta Portugal y los Alpes

Después de sufrir un cáncer de riñón que cambió su vida, el pamplonés Fernando Arizcuren fundó Sentidomotero. Una aventura en la que rueda junto a su novia, Arantza García. En la actualidad, la pareja organiza rutas por Navarra, Castilla-La Mancha, Aragón, la vertiente cantábrica, Portugal, los Pirineos y los Alpes. Y en el futuro, según adelantan a este medio, quieren llegar hasta Rumanía, Hungría, Alemania, República Checa y Eslovenia.


Funes - 25 marzo, 2024 - 05:59

En 2021, Fernando Arizcuren fundó la agencia de viajes, que hoy dirige junto a su pareja, Arantza García. (Fotos: cedidas)

En 2003, Fernando Arizcuren empezó a trabajar como higienista dental en una clínica de Pamplona. Entraba a las nueve de la mañana y realizaba las tareas propias de un asistente de odontólogo hasta las cinco de la tarde. Así, semana tras semana, de lunes a viernes.

El 9 de diciembre de 2018 podía parecer una mañana como otra cualquiera, pero le tocaba pasar una revisión médica. Aquel día, la enfermera en prácticas que le recibió le encontró un pequeño tumor cancerígeno en un riñón. Solo diez días después le extirparon el órgano y, aunque pudo celebrar la Navidad junto al resto de sus seres queridos, algo había cambiado en su interior. A raíz de aquel episodio, Fernando, de 43 años, decidió dejar su empleo para dedicarse a lo que más le apasiona: viajar y las motos.

Sentidomotero mezcla la carretera con visitas a lugares históricos y culturales como el Castillo de Javier, degustación de productos típicos y parajes naturales.

Sentidomotero planea rutas moteras a lugares históricos y culturales con degustaciones de productos típicos locales.

En agosto de 2021, dio un paso más y fundó Sentidomotero, una agencia de viajes turísticos en moto por Navarra que también cubre la vertiente cantábrica, Portugal, los Pirineos, los Picos de Europa e incluso los Alpes. También ofrece la posibilidad de realizar los viajes con autoguía para quienes prefieran ir por su cuenta. Las redes sociales le han servido para crear comunidad, y ya cuenta con casi 7.000 seguidores en Instagram (@sentidomotero). «Acabamos de cerrar un viaje a los Alpes por diez días para ocho motos y dieciséis personas», resalta a Navarra Capital.

En esta tarea le ayuda su novia Arantza García, pamplonesa de cuarenta años a la que conoció cuando él tenía veintiuno en la plaza de los Ajos de la capital navarra. Ninguno de los dos era motero por aquel entonces: «Pero un amigo mío se compró una de 125 cc y me dio envidia. Hoy somos pareja dentro y fuera de la carretera». Quizás por eso cada vez organizan más viajes para parejas. Al de los Alpes, además, acudirán varias moteras. «El casco es quien mejor te conoce, el que te ha visto llorar y reír, y necesitaba que mi vida me llenara de verdad», resalta este emprendedor.

De cara al futuro, el objetivo es trabajar con más guías y organizar expediciones a Rumanía, Hungría, Alemania, República Checa o Eslovenia.

De cara al futuro, el objetivo de la empresa es organizar expediciones a Rumanía, Hungría, Alemania, República Checa y Eslovenia.

De hecho, antes de fundar Sentidomotero se embarcó con Arantza en un viaje hasta los cuatro puntos cardinales de España. Llegaron a la Punta de Estaca de Bares, al norte; a la punta de Tarifa, en el sur; Touriñán, al oeste; y el cabo de Creus, al este. «El primer viaje que organizamos se llamó ‘Siente Navarra’, y a los apuntados les regalamos un pañuelico por ser nuestros primeros clientes», recuerda.

ARRANCA LA TEMPORADA

Es ahora, a partir de marzo, cuando Sentidomotero da el pistoletazo de salida a sus rutas. Las más próximas tienen como destino Teruel y su sierra de Albarracín, Guadalajara y los Pueblos Negros, un viaje por casi toda Navarra, la Transcantábrica, la Transpirenaica, un tour solo por Cantabria y otro por el Pirineo foral. «Cualquiera con moto puede venir», apostilla Fernando.

Al margen de la experiencia sobre las dos ruedas, la agencia también ofrece actividades culturales como degustaciones de quesos y productos típicos de la zona, visitas a monumentos históricos, miradores y entornos naturales como los nacederos del Tajo y del Segura… «Es mototurismo. No vamos a correr, sino a disfrutar del grupo, de la carretera, de parar a almorzar y detenernos en un mirador», remarca.

«El casco es quien mejor te conoce, el que te ha visto llorar y reír»

Fernando trata de que el número de motos no supere las ocho porque el peligro aumenta cuanto más numeroso sea el grupo. Él siempre marcha delante, controlando la velocidad y supervisando por el retrovisor que el resto se mantenga unido. Arantza, por su parte, cierra el pelotón. «Desde octubre hasta marzo intentamos no viajar porque el tiempo es peor y hay menos horas de luz», atestigua Fernando. En la actualidad, organizan dos escapadas al mes durante abril, mayo y junio, y llegan a tres durante julio, agosto y septiembre. En total, se embarcan en una veintena de expediciones al año.

"No vamos a correr, sino a disfrutar del grupo, de la carretera, de parar a almorzar y detenernos en un mirador", apunta Fernando.

«No vamos a correr, sino a disfrutar del grupo, de la carretera, de parar a almorzar y detenernos en un mirador», apunta Fernando.

Reconoce que los orígenes fueron complicados por su falta de experiencia gestionando grupos, «pero ahora la cosa va rodada», sobre todo gracias al apoyo de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Servicios de Navarra y CEIN: «Incluso hay quien repite y quien empieza a preguntar la fecha del siguiente viaje en cuanto terminamos el anterior». De cara al futuro, el objetivo es trabajar con más guías y organizar expediciones a Rumanía, Hungría, Alemania, República Checa y Eslovenia, adonde Fernando ya ha viajado por su cuenta.

Su propia moto le sirve para hacer promoción de Sentidomotero. Una BMW-GS 1250 Adventure verde y negra que adquirió al montar la agencia. Anteriormente, viajó a lomos de una Suzuki Intruder C800, «con sus alforjas y todo»; de una Hyosung GV250 Aquila; de una Yamaha IBR 125; y de una Triumph Trophy 1200, de la que sigue enamorado.

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