domingo, 28 abril 2024

La UPNA monitorizará la producción eléctrica lograda por primera vez en la Antártida

El grupo de Ingeniería Térmica y de Fluidos, liderado por el catedrático David Astrain, volverá el próximo verano austral al Polo Sur para comprobar el estado de la tecnología instalada, que por primera vez ha permitido generar energía eléctrica en el lugar.


Pamplona - 27 febrero, 2024 - 14:27

De izda. a dcha., Miguel Araiz, Leyre Catalán y David Astrain, ya de vuelta de la Antártida. (Foto: cedida)

Una expedición de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) probó en la Antártida la tecnología que ha permitido, por primera vez a nivel mundial, generar energía eléctrica allí de manera continua, sin interrupciones, a partir del calor geotérmico del interior de la Tierra. Concluye así su campaña en isla Decepción con la instalación de un sistema electrónico de monitorización para vigilar la producción eléctrica. El grupo de Ingeniería Térmica y de Fluidos, liderado por el catedrático David Astrain, volverá el próximo verano austral para comprobar el estado de la tecnología instalada en este volcán activo antártico, que constituye un avance en la monitorización en tiempo real de fenómenos geológicos y volcánicos.

«La energía eléctrica producida por el generador termoeléctrico instalado en la Antártida va a permitir, por primera vez, la monitorización remota de este volcán en lugares alejados de la base y durante todo el año, incluido el invierno», afirmó Astrain. Ha trabajado durante 18 días en Isla Decepción, donde está ubicada la base militar española Gabriel de Castilla. Le acompañaron Miguel Araiz Vega y Leyre Catalán Ros, investigadores del Instituto de Smart Cities (ISC).

Esta primera participación de la UPNA en una campaña polar antártica ha sido posible gracias al proyecto ‘Generadores termoeléctricos autónomos para vigilancia volcánica’ (Vivoteg), cuyos investigadores principales son Astrain y el profesor Álvaro Martínez. Se trata de un proyecto financiado por la Agencia Estatal de Investigación (en la convocatoria de Generación del Conocimiento) y coordinado por el Comité Polar Español con el apoyo logístico de la Armada Española.

El grupo de investigación de la UPNA empleó módulos termoeléctricos de efecto Seebeck, unos dispositivos que transforman el calor geotérmico en energía eléctrica. Para que dichos módulos funcionen, necesitan tener un lado caliente y otro frío. El calor de la Tierra calienta un lado del módulo y el aire frío de la Antártida enfría el otro. El equipo investigador creó esa diferencia necesaria con el desarrollo de intercambiadores de calor de alta eficiencia, que son capaces de transportar el calor geotérmico, producido en el interior de la Tierra y liberado a través de fumarolas volcánicas, desde el suelo, a una profundidad de solo cuarenta centímetros, hasta el módulo termoeléctrico, con muy poca pérdida de temperatura.

TECNOLOGÍA PUNTA EN EL POLO SUR

Los generadores termoeléctricos geotérmicos diseñados en la UPNA no emplean partes móviles, como bombas o ventiladores, lo que reduce al mínimo el mantenimiento y convierte a estos dispositivos en generadores eléctricos muy robustos, «una característica esencial para ser instalados en la Antártida», afirmó Astrain. En esta primera campaña en el Polo Sur, los dos prototipos de generadores termoeléctricos registraron 6 W (vatios) de potencia eléctrica, la necesaria para alimentar los sensores de vigilancia e investigación volcánica y hacer posible su funcionamiento durante todo el año, incluido el invierno. Además, la tecnología diseñada por la UPNA es modular, por lo que se puede aumentar la potencia producida simplemente instalando más módulos termoeléctricos.

SUMINISTRAR ENERGÍA CONTINUA

La importancia de este avance en la investigación radica en el enorme reto tecnológico que representa el suministro energético necesario para alimentar los sensores de medida y equipos de emisión de datos de diferentes proyectos científicos geológicos y vulcanológicos, así como a las estaciones de vigilancia volcánica, especialmente en lugares remotos y de climatología extrema. «Actualmente, se emplean módulos fotovoltaicos para el suministro energético», señaló el investigador. Sin embargo, esta tecnología solar presenta graves problemas debido a la discontinuidad del suministro energético, que se acentúa en episodios de nieve, niebla, ceniza, calima y la propia noche, cuya duración puede ser de varios meses en latitudes altas, como la Antártida.

El grupo en Ingeniería Térmica y de Fluidos (ITF), autor de esta tecnología, cuenta con una dilatada experiencia en el desarrollo de generadores termoeléctricos pasivos, aquellos cuyos intercambiadores no precisan de partes móviles. La aplicabilidad de esta tecnología a la geotermia ya ha sido probada por el grupo en los generadores termoeléctricos instalados en el Parque Nacional de Timanfaya y en el Teide, en Canarias.


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