El folklore es la ciencia de la tradición. El naciente, denominado así cuando incluye rasgos del acervo en las nuevas creaciones, es una de sus manifestaciones. La gaitera Susana Seivane, la jotera aragonesa Beatriz Bernad y la banda navarra Mielotxin integran el elenco de artistas de ‘Tierras’, un festival que trae a Tudela un repertorio que sumergirá al espectador en un viaje por el folklore musical renovado, nutrido de sonidos convencionales y sorprendentes gestos vanguardistas.
Los día 5, 6 y 7 de diciembre, a las 8 y media de la tarde, sus voces, música e instrumentos mostrarán al público, en el escenario del Teatro Gaztambide, cómo han conseguido establecer nuevos vínculos creativos. Las entradas para disfrutar de este festival ya pueden comprarse en la página web.
Tierras no forma parte de un programa diseñado previamente para recorrer otros escenarios. Ha sido ideado en Tudela, en las cocinas del Centro Cultural Castel Ruiz. Sobre lo que le llevó a trazar este Festival, Manuel Motiva, coordinador cultural y promotor de ciclo, explica que “hemos querido llamar la atención hacia la música popular más genuina de las diferentes ‘tierras’, de momento de España”. “Es un Festival que mira a la música tradicional desde una perspectiva innovadora y experimental, de calidad sin fisuras y contrastada por la excelente trayectoria de los participantes”, añade.
LAS PILARES
Beatriz Bernad presentará en el escenario del Gaztambide su disco ‘Las Pilares’, un trabajo dedicado a las cantadoras de jota más tradicionales; un disco de vieja y nueva Jota. Dicen que hablar de ella solo como jotera “es no entender el alcance de sus interpretaciones. Toma como base la jota aragonesa, de donde procede. Pero la ‘fusiona’ de tal manera y le imprime tal cúmulo de sentimientos, matices musicales e influjos tan variados que el resultado, aun siendo reconocible, es admirable”, asegura Motilva.
En Tudela se podrá escuchar cómo “los instrumentos de viento dulcifican la música popular que nutre sus creaciones. Hasta la vestimenta que emplea contribuye a realzar su puesta en escena”.
Pero esta artista no solo se limita a interpretar con la base de jota: “Canta igual melodías populares tradicionales. Y se adentra con total seguridad tanto en las isas canarias como versionando la «Trikitrixa para Aragón feat«, de Kepa Junkera, haciendo que la música permeabilice las fronteras, algo que muchos políticos se empeñan en separar”, agrega.
Beatriz Bernad estará acompañada por los músicos Alberto Gambino a la guitarra, David Aznar al acordeón, Javier García a los vientos, Sergio Aso cuerdas y al baile Alicia Guerri.
GAITAS Y TXISTUS
La gaitera Susana Seivane llega a Tudela “meciendo las ramas de la tradición gallega en los vientos de los nuevos tiempos”. Sin perder de vista “el aire de los antiguos gaiteros”, se abre a otras músicas. Acompañada por un elenco de músicos de gran talento, “consigue un espectáculo fresco, dinámico y original que mantiene la diversión del público desde los primer compas, señala la organización.
Para el coordinador de Castel Ruiz, Seivane “hace de la gaita gallega su seña de identidad. Aprendiendo de la mano de Milladoiro, transforma el tradicional instrumento en su arma artística y con ella proclama un nuevo aire a las tradicionales mazurcas, reviravoltas, foliadas o muñeiras, ayudándose de instrumentos como zanfonas, violines, bouzuki y la misma gaita transformada. Aires nuevos a viejas músicas que no pierden las dulces melodías de la dulce Galicia”.
Sobre Mielotxin habla así: “Es una banda navarra que rinde homenaje al folklorista americano Alan Lomax, que en 1953 recopiló centenares de grabaciones populares y que hoy versionan con nuevas aportaciones sin perder el sentido tradicional, que musicalizan con acordeón, guitarra, txistu, flauta, txalaparta, silbo, etc. Mazurcas, jotas, romances de ciego y baladas se irán desgranando en nuevas versiones repletas de originalidad”. En Tudela, Mielotxin mostrará en escena cómo “explora nuevas sonoridades”.
Tierras nace con vocación de continuidad: “Para futuras ediciones, ya iremos viendo la conveniencia de extender el ámbito de atención saltando ciertas fronteras– pero interpretadas con matices diferenciales, que no se quedan en la repetición de modelos convencionales, sino que investigan nuevos modos interpretativos de las músicas tradicionales y populares, bien mediante melodías innovadoras, con versiones de mayor complejidad musical, bien acompañándose de instrumentos insólitos en estas formaciones tradicionales que dan un resultado siempre sorprendente y de una altura artística fuera de duda”, concluye Motilva.