La adquisición de Balat por parte de la multinacional Modulaire Group se ha ido al traste. Ambas empresas, según pudo saber Navarra Capital, decidieron de mutuo acuerdo abandonar la operación por la que Algeco, filial del grupo inglés, esperaba comprar el 100 % del capital de la firma navarra y de sus filiales (Alquibalat Locaçao y Balat France). De esta forma, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) resolvió el pasado 8 de febrero archivar el expediente de esta compraventa, cuya materialización estaba condicionada al visto bueno del organismo regulador.
Las fuentes consultadas por este medio señalaron que la venta de la compañía navarra se vio frustrada porque “las condiciones exigidas por la CNMC eran muy difíciles de cumplir”. En concreto, un primer análisis del organismo regulador, publicado el 11 de mayo de 2022, concluyó que la concentración de estas dos firmas era susceptible de “tener efectos sobre la competencia” en el mercado de alquiler de construcciones modulares.
Según refleja el expediente C/1262/22, que este medio reproduce a continuación, la CNMC acordó entonces iniciar una segunda fase de análisis, es decir, un procedimiento que se lleva a cabo “cuando las operaciones entre empresas implican riesgos importantes para la competencia en los mercados afectados”.
Según un primer informe de la CNMC, existían “dudas razonables” de que el resto de empresas del sector tuviera la capacidad suficiente para competir en algunas regiones
En su primer análisis, la Sala de Competencia indicó que la concentración “fusionaría a los dos principales operadores” en el mercado nacional de alquiler de módulos, tanto en términos de tamaño de flota como en cobertura geográfica. En este sentido, agregó que el mercado geográfico relevante para este sector es de “ámbito autonómico” y que “prácticamente la totalidad de los competidores tienen una marcada especialización geográfica, sin capacidad de competir en todo el territorio nacional”.
En este contexto, la CNMC valoró que existían “dudas razonables” de que el resto de empresas tuviera la capacidad suficiente para competir con la entidad resultante de la operación en algunas regiones. Al mismo tiempo, hay “barreras de entrada y/o barreras a la expansión en el mercado de alquiler de construcciones modulares, que dificultan alcanzar una escala y dimensión suficiente para acceder a contratos de mayor volumen”.
“Ese documento venía a establecer una cuota de mercado a las partes e identificaba problemas de competencia en nueve comunidades autónomas. Entonces, tanto Algeco como Balat desestimaron la operación. Solucionar esta cuestión requería de fuertes desinversiones, que las partes no estaban dispuestas a realizar”, añadieron las fuentes con las que contactó Navarra Capital.
“Ambas compañías creían firmemente en la operación porque sus actividades eran muy complementarias, pero han estado sumergidas en un año de incertidumbre”
Además, la Sala de Competencia analizó que los riesgos detectados se reforzaban “por el escaso poder de la demanda, fragmentada especialmente en contratos privados, y por la escasez de alternativas a la hora de competir en la adjudicación de contratos de ciertos volúmenes”.
La CNMC concluyó la necesidad de llevar a cabo durante los meses posteriores al anuncio “una investigación en profundidad para evaluar correctamente los efectos de la operación”. Un estudio para el que contaría con alegaciones de personas físicas y jurídicas “que puedan resultar afectadas por esta concentración y el Consejo de Consumidores y Usuarios”. Nueve meses después, informó su resolución de archivar el expediente después de que Algeco comunicase “su decisión de desistir, solicitando la retirada de la notificación”.
EL PRIMER INTENTO
La iniciativa para adquirir Balat se remonta a diciembre de 2019, cuando la multinacional controlada por el fondo de inversión Brookfield anunció la operación, que quería materializar a través de Algeco. Dicha compra, que el grupo esperaba culminar en el primer cuatrimestre de 2020, se vio interrumpida por el inicio de la pandemia. En concreto, el expediente C/1100/20, reproducido a continuación por este medio, recoge el primer paso dado por Algeco ante la CNMC para llevar a buen puerto la compra.
La operación fue notificada el 27 de febrero de 2020. Pero, el 12 de junio, se archivó. “La Sala de Competencia ha analizado el expediente de concentración tramitado de acuerdo con la Ley 15/2007, de 3 de julio, de Defensa de la Competencia relativo al expediente C/1100/20 Algeco / Alquibalat. La notificante no ha solicitado el levantamiento de la suspensión del plazo al amparo de la disposición adicional tercera del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo (con el que se declaró el estado de alarma)”. Algeco figuraba como “adquiriente” y la empresa navarra, como “adquirida”.
No obstante, Modulaire Group reactivó el acuerdo en 2022. “Ambas compañías creían firmemente en la operación porque sus actividades eran muy complementarias, pero es cierto que han estado sumergidas en un año de incertidumbre. Es un proyecto que no se va a retomar”, concluyeron las fuentes consultadas.
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